¿Cómo pueden las inyecciones de PrEP de acción prolongada reducir los nuevos casos de VIH?

Un grupo de investigadores evalúa el potencial del primer tratamiento de acción prolongada para el VIH como herramienta de control de las nuevas infecciones por VIH en grupos de alto riesgo.

Prueba de VIH. (Foto. Comunidad de Madrid)
Prueba de VIH. (Foto. Comunidad de Madrid)
Ángel Luis Jiménez
25 enero 2023 | 13:00 h
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A lo largo de los últimos años se han logrado importantes avances en la lucha contra el VIH. Desde el punto de vista del tratamiento, sin duda, destacan los antirretrovirales que han permitido realizada un control de la enfermedad hasta convertirla prácticamente en crónica. Recientemente se ha dado un paso más con el lanzamiento del primer tratamiento de acción prolongada para el VIH. Este se administra mediante una inyección intramuscular una vez cada dos meses. De esta forma, aquellas personas que lo reciban ven reducida la frecuencia de dosificación y se reduce la carga asociada a la toma diaria de un comprimido.

En base a este nuevo tratamiento, un grupo de investigadores pertenecientes al HPTN, la Red de Ensayos de Prevención del VIH (colaboración entre el Imperial College de Londres y el Fred Hutchinson Cancer Center de Seattle), ha evaluado el potencial de este tratamiento de acción prolongada a la hora de reducir los nuevos casos de VIH entre los grupos de alto riesgo. Los hallazgos de este trabajo han sido publicados en la revista The Lancet Regional Health Americas.

Según los autores de la investigación este enfoque podría prevenir hasta un 10% más que el tratamiento diario antirretroviral las nuevas infecciones que utilizando solo este. Con una ampliación de la cobertura el tratamiento de profilaxis previa a la exposición (PreP) de acción prolongada podría contribuir de forma sustancial a combatir la epidemia que el VIH continúa siendo para muchos países.

La PreP es una medida preventiva que pueden utilizar las personas VIH negativas, pero que están riesgo de infección. Se ha demostrado que es eficaz para prevenir nuevos casos de VIH entre grupos de alto riesgo de infección, como hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres o aquellas personas con parejas con VIH.  El principal problema que plantea este tratamiento preventivo es la falta de adherencia, fundamental para su eficacia. Razón por la que los expertos consideran que la administración del tratamiento inyectable cada dos meses podría reducir los problemas de adherencia.

El cambio de las pastillas a la inyección probablemente evitaría el 44,6% de las nuevas infecciones

Los ensayos clínicos realizados por los investigadores del HPTN han modelado el impacto de las dos formas de PrEP en una población bien definida en Atlanta (Estados Unidos). Se estimaron las nuevas infecciones por VIH en esta población entre 2022 y 2026, modelando escenarios en los que hombres que toman la PrEP oral diariamente (tenofovir disoproxil fumarate/emtricitabine) o la forma inyectable, en comparación con los que no tomaban ningún tipo.

De acuerdo con el uso actual, estiman que la PrEP oral por sí sola evitaría más de un tercio de las nuevas infecciones por VIH (36,3%), en comparación con la ausencia de PrEP. El cambio de las pastillas a la inyección probablemente evitaría el 44,6% de las nuevas infecciones, en comparación con la no utilización de ninguna de las dos modalidades.

Los investigadores han hallado que aumentar la cobertura de PrEP en un 20% más allá del uso actual que se hace en el caso concreto de Estados Unidos, podría disminuir aún más los nuevos casos de VIH con el impacto del tratamiento inyectable sobre las pastillas diarias aumentando en un 30% durante un periodo de cinco años. De esta forma la población analizada podría experimentar una reducción de las nuevas infecciones de entre el 47-54% entre los años 2025 y 2030.

A pesar de estos resultados los autores del trabajo que nos ocupa señalan algunas limitaciones. La primera de ellas es que el coste del tratamiento inyectable es mayor que las pastillas diarias, lo que podría suponer una barrera para su uso. Explican además que para lograr el objetivo actual de eliminación de VIH en Estados Unidos del 90% en las nuevas infecciones para 2030, el 93% de todos los hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres no infectados deberían administrarse la PrEP de forma inyectable. Y esto, no es una meta realista. Argumentan que se requieren además importantes mejoras en áreas como el diagnóstico para reducir la transmisión.

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