La inseguridad alimentaria juega un preocupante papel en el riesgo de cólera

Un estudio realizado en zonas rurales de Haití denuncia que el hambre moderada y severa en estos hogares se asoció positivamente con antecedentes de cólera grave.

Campaña de vacunación contra el cólera en Haití ( Foto. MINUSTAH/Logan Abassi)
Campaña de vacunación contra el cólera en Haití ( Foto. MINUSTAH/Logan Abassi)

“Una persona padece inseguridad alimentaria cuando carece de acceso regular a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para un crecimiento y desarrollo normales y para llevar una vida activa y saludable. Esto puede deberse a la falta de disponibilidad de alimentos y/o a la falta de recursos para obtenerlos”. Con estas palabras la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) describe un problema que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente en los países de medios y bajos ingresos, y que tiene preocupantes repercusiones para su salud.

La inseguridad alimentaria está estrechamente relacionada con la pobreza y viceversa. Un ejemplo perfecto lo encontramos en el cólera. Un grupo de investigadores expone en PLOS Neglected Tropical Diseases que la inseguridad alimentaria se ha asociado de forma independiente con el desarrollo del cólera, y existe una relación inversa entre la seguridad alimentaria que se produce en un país y la incidencia anual del cólera. El trabajo que han publicado en la referida revista ahonda en los poco explorados factores que median el riesgo de cólera entre los hogares con inseguridad alimentaria.

Para ello han realizado una encuesta transversal en 1.072 hogares de las zonas rurales de Haití, uno de los países más castigados por esta enfermedad extremadamente virulenta, para analizar el papel de los comportamientos alimenticios (como por ejemplo los hábitos dietéticos o las prácticas de manipulación de los alimentos), como mediadores del riesgo de cólera entre las familias que presentan una mayor inseguridad alimentaria.

De acuerdo al estudio sus autores exponen que el hambre moderada y severa en estos hogares se asoció positivamente con antecedentes de cólera grave, en comparación con aquellas familias en las que no se habían reportado problemas relacionados con el hambre.

"El cólera afecta a las comunidades más empobrecidas del mundo, y la desigualdad en el acceso a las necesidades humanas básicas como el agua, el saneamiento, la higiene y los alimentos son componentes importantes"

Las prácticas alimentarias de alto riesgo se han identificado como una posible vía causal a través de la que la seguridad alimentaria incrementa el riesgo de desarrollar cólera. “Dos comportamientos de alto riesgo, el uso de antiácidos y el consumo de alimentos y/o bebidas preparados fuera del hogar, se identificaron como factores de riesgo independientes para el cólera”. La ingesta de comida sobrante, probablemente por las malas condiciones de conservación, también se posiciona como un factor de riesgo para el cólera.

Para entender el papel de los antiácidos los expertos explican que las personas que padecen hambre crónica pueden experimentar también molestias gastrointestinales crónicas como resultado de la seguridad alimentaria. Los medicamentos que suprimen la acidez gástrica son de fácil acceso y a un bajo coste, por lo que son ampliamente utilizados entre las personas afectadas por el hambre y la inseguridad alimentaria. “Se han informado altas tasas de dispepsia e infección por Helicobacter pylori en Haití, así como evidencia de consumo de antibióticos, antagonistas de los receptores H2 y antiácidos que se dispensan fácilmente para su tratamiento”, recoge la investigación.

En datos el estudio revela que la relación entre el hambre en el hogar y el cólera (informado a las autoridades sanitarias) es lineal. Se ha observado un aumento del 40% en las probabilidades de cólera por cada aumento en la categoría de inseguridad alimentaria.

“Dado que se están realizando esfuerzos para eliminar la transmisión del cólera y reducir las muertes por cólera para 2030, se necesitan enfoques innovadores de salud pública para complementar los programas de agua potable, saneamiento, higiene y vacunación”, señalan los responsables del estudio. “El cólera afecta a las comunidades más empobrecidas del mundo, y la desigualdad en el acceso a las necesidades humanas básicas como el agua, el saneamiento, la higiene y los alimentos son componentes importantes del complejo riesgo intersectorial de la mala salud”, concluyen.

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