La resistencia a los antimicrobianos provocará 10 millones de muertes anuales en 2050

DKV y ECODES han presentado los resultados del informe “La resistencia a los fármacos antimicrobianos desde la perspectiva ‘One Health’”.

Científicos analizando muestras en un laboratorio (Foto. iStock)

Este martes 15 de noviembre DKV y ECODES han presentado los resultados del informe del Observatorio de Salud y Medio Ambiente bajo el título de “La resistencia a los fármacos antimicrobianos desde la perspectiva ‘One Health’”. Un trabajo que aborda la forma en la que se ha transformado la relación entre las personas, los animales, las plantas y el medio ambiente, y cómo estos cambios han favorecido la aparición de zoonosis. Un escenario que plantea la urgencia de adoptar nuevos enfoques basados en el uso responsable de los antibióticos.

El evento ha contado con la participación de Miguel García, director de Comunicación y Negocio Responsable de DKV; José Ángel Rupérez, presidente de ECODES; Carmen Ferrer, presidenta del Comité de RSC del Hospital Central de la Cruz Roja, Madrid, y vocal de la Red de RSC Hospitales Públicos; Ricardo Carapeto, coordinador en el área de medioambiente del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos; y Jesús Pérez-Gil, miembro de la Junta Directiva de la Plataforma One Health y representante de la Conferencia Española de Decanos y Decanas de Biología; bajo la moderación de Marta Pahissa, responsable de Transformación Ambiental de DKV.

“Cuando somos agresivos con los ecosistemas pueden producirse situaciones tan críticas como la que hemos vivido estos años. La crisis climática y de biodiversidad es el problema más importante a nivel global y, a pesar de sus efectos devastadores, no se le está prestando atención”, ha comenzado la jornada Miguel García. La ONU advertía en 2016 del aumento de las enfermedades zoonóticas que ya representan el 75% de las enfermedades que afectan a los seres humanos. En 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) instaba a todos los países a luchar contra el problema de salud pública que supone la creciente resistencia a los antimicrobianos. Las previsiones para 2050 señalan que será la responsable de 10 millones de muertes anuales si no se comienza a cambiar la mentalidad sobre unas económicas que deben cuidar el entorno ante el avance del cambio climático.

4.000 MUERTES ANUALES EN ESPAÑA

“Muchas personas no relacionan su salud con la crisis climática. Hay quién incluso ve la protección del medio ambiente como un lujo no prioritario. Sin embargo, no ha relación más evidente que la liga la salud de las personas y la salud de la biosfera. Los seres humanos solo somos una parte de esa biosfera. Somos lo que comemos e introducimos a nuestro cuerpo parte de nuestro entorno”, ha expuesto José Ángel Rupérez, poniendo como ejemplo el aire y los alimentos contaminados que consumimos. “Se requiere una visión integradora de la salud. El cambio climático aumenta la vulnerabilidad de los seres humanos y, la resistencia a los antimicrobianos, es una de las principales amenazas existentes para la humanidad”, ha remachado.

“Necesitamos un abordaje integral o será un problema imposible de resolver”

En este sentido ha expresado que solamente en España, la resistencia a los antibióticos provoca alrededor de 4.000 muertes anuales. “Este es un problema complejo y multifactorial, al igual que lo es su solución”, ha matizado Rupérez destacando el papel del medio ambiente como escenario de difusión para las bacterias y organismos que están aumentando su resistencia a los antibióticos. “La ingesta de estos por animales y plantas hace que las resistencias lleguen finalmente a nuestro organismo. La contaminación del aire favorece la circulación de las bacterias, el aumento de las temperaturas favorece su crecimiento y los movimientos de los animales son motores de transmisión”.

“La resistencia son herramientas de las que disponen las bacterias para defenderse frente a los antibióticos. Esto está codificado en sus genes por lo que se transmite a su descendencia y a otras bacterias presentes en el entorno. Es muy importante entender este mecanismo”, ha expuesto por su parte Ricardo Carapeto. En este sentido ha recalcado la vital importancia de, por parte de por parte de los profesionales sanitarios prescribir el antibiótico adecuado y, por parte de los pacientes, de cumplir con la dosificación prescrita y nunca automedicarse. “Si solo se toman los medicamentos durante tres días cuando la pauta era de siete, aunque notemos mejoría por la reducción del número de bacterias, persisten las resistentes y se corre el riesgo de complicaciones ante un nuevo tratamiento”.

“La resistencia son herramientas de las que disponen las bacterias para defenderse frente a los antibióticos. Esto está codificado en sus genes por lo que se transmite a su descendencia y a otras bacterias presentes en el entorno. Es muy importante entender este mecanismo”

El medio ambiente no solo es receptor de bacterias resistentes sino también de residuos antibióticos. “De media, el 50% de los medicamentos que se prescriben se excretan y esto va al medio ambiente junto con las bacterias resistentes que tenemos en nuestra flora internacional. Las estaciones depuradoras son una de las principales fuentes de emisión. En el caso de los animales los excrementos se utilizan como abono y actúa como diseminador de estas bacterias”, lo que plantea numerosas vías de exposición que no se están teniendo en cuenta en palabras de Carapeto.

CORRESPONSABILIDAD Y ALFABETIZACIÓN DIGITAL

Carmen Ferrer ha puesto el foco en el “fomento de la corresponsabilidad”. “Un concepto fundamental que puede fomentarse mediante el autocuidado”. El papel de la Enfermería en esta tarea es el de informar a los pacientes. “No solo parte de los profesionales médicos a través de la prescripción”, ha aseverado. “El papel que las enfermeras tienen es explicar sobre las consecuencias de los actos y por eso invertimos tiempo en el desarrollo de estrategias de autocuidado. Hecho fundamental en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos”, con acciones como el correcto desecho de los medicamentos cuando ya no son útiles y ayudar a comprender los importantes riesgos de la automedicación.

Ante estas reflexiones el concepto One Health se erige como un enfoque básico para avanzar en la lucha contra la resistencia a los antibióticos. A pesar de que ahora está en boga, lo cierto es que se trabaja desde el año 2000 ante el temor de surgimiento de epidemias y pandemias, tal y como ha descrito Jesús Pérez. “Es ahora cuando parece que este abordaje es absolutamente indispensable como consecuencia de la Covid-19. No se trata de salud humana, animal y ambiental, sino que las tres son la misma salud, la salud de nuestro planeta”.

“Estamos muy acostumbrados a tomar decisiones cuando ya es irremediable y el enfoque One Health tiene mucho de prevención. Debemos tratar de promover desde todos los agentes implicados, especialmente la clase política, esta idea”, ha remachado Pérez. Un camino para el que la alfabetización digital es clave. “A veces, tenemos demasiada información y no se dirigiere adecuadamente. El trabajo que hacemos es apostar por contar con la suficiente información de calidad adecuada a cada contexto. Fundamental para que las personas tomen el control, adopten decisiones y asuman sus consecuencias”, ha argumentado Ferrer. “Se ha invertido muy poco y trabajos en silos independientes y esto repercute en los pacientes”.

La globalización y el nivel socioeconómico son dos factores que deben ser tenidos en cuenta a la hora de poner en marcha las iniciativas para luchar contra la resistencia a los antimicrobianos. “Necesitamos un abordaje integral o será un problema imposible de resolver”, ha apostillado Jesús Pérez.

La protección del medio ambiente es fundamental para salvaguardar la salud humana. Los expertos han coincidido en señalar que la separación de la salud del aire que respiramos, los alimentos que consumimos o el agua que bebemos es un error. Se debe poner además el foco en la prescripción y/o consumo descontrolado de antibióticos. El medio ambiente es un elemento emisor y receptor por lo que cada uno de nosotros somos co-responsables de la salud de nuestro planeta.

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