La enfermedad renal crónica alcanza a casi 400.000 mujeres en Andalucía

Para la Federación Nacional de Asociaciones de Pacientes Alcer, la principal desventaja de la mujer con ERC frente al hombre es la de tener que compatibilizar su enfermedad con su condición de cuidadora en muchos casos.

Más de 380.000 mujeres adultas en Andalucía padecen una enfermedad renal crónica
Más de 380.000 mujeres adultas en Andalucía padecen una enfermedad renal crónica
CS
5 marzo 2018 | 14:00 h
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Más de 380.000 mujeres adultas en Andalucía padecen una enfermedad renal crónica (ERC), asociada a factores como la hipertensión arterial, la diabetes, elevados niveles de colesterol, sedentarismo, tabaquismo y antecedentes cardiovasculares, además de la edad. Son datos del Informe que la Sociedad Española de Nefrología (SEN), elaborado con motivo del Día Mundial del Riñón (que se celebra el próximo 8 de marzo) basado en los estudios Epirce y Enrica-Renal, que recogen un anexo especial dedicado a la salud en la mujer.

Según estos datos, en Andalucía hay 912 mujeres por millón de población (pmp) en diálisis o trasplante (Tratamiento Renal Sustitutivo), por encima de la media nacional de 842 pmp. Por su parte, el número de nuevos casos alcanza las 103 mujeres pmp, también superior a la media nacional de 86 pmp. El número total – hombres y mujeres- que están en TRS en la comunidad autónoma se sitúa en 1.172 pmp, inferior a la media nacional de 1.200 pmp, y la incidencia en 130 pmp, por debajo de las 142 pmp de la media nacional. 

En Andalucía hay 912 mujeres por millón de población en diálisis o trasplante

El informe elaborado por la SEN hace hincapié en la necesidad de combatir de forma específica los factores de riesgo de la ERC que, en algunos casos, alcanzan una prevalencia preocupante. Según datos del Estudio Enrica1 (Estudio de Riesgo Cardiovascular en España) y del subestudio Enrica-Renal1, el sedentarismo llega en la mujer al 70%, un porcentaje bastante mayor que en el hombre. De hecho, menos del 50% de las mujeres cumplen con la recomendación de 150 minutos de actividad física semanal en ratos de ocio (2,5 horas), mientras dedican 840 minutos (14 horas) a ver la televisión.

Los datos de sedentarismo se conectan con los de sobrepeso-obesidad: un 74% de las mujeres adultas en España presenta exceso de peso. Por su parte, los niveles elevados de colesterol afectan a más de la mitad de las mujeres (52%). Y el tabaquismo sigue en niveles también muy preocupantes, esto es, un 25% de las españolas fuma, según este estudio. En relación con el resto de factores de riesgo, según datos del estudio Enrica, la prevalencia global de hipertensión arterial (HTA) en mujeres se sitúa en el 28%, aunque en mayores de 65 años sube al 68%, mientras que el 6% de las mujeres padecen diabetes, porcentaje que sube al 17% en mujeres mayores de 65 años.

El 17% de las mujeres mayores de 65 años padece enfermedad renal crónica

Junto a todos estos factores de riesgo, la prevalencia de la enfermedad renal crónica crece en las mujeres con la edad, y si la prevalencia global se sitúa entre el 7 y el 9%, la específica en el grupo de mujeres mayores de 65 se eleva al 17%. El 39% de las mujeres en Tratamiento Renal Sustitutivo (TRS) -hemodiálisis, diálisis o trasplante- tienen edades comprendidas entre los 36-55 años, situándose la media de edad en los 55 años, y un 13% son pacientes de 18 a 35 años. En España, más de 21.100 mujeres están en TRS y en 2016 representaron el 33 por ciento de nuevos casos.

Las principales causas de ERC que conducen a TRS en la mujer son la diabetes (18%), la nefropatía vascular (17%), la nefropatía intersticial crónica (11%) y las glomerulonefritis (10%). En el caso del trasplante, las mujeres son, en España, más donantes que receptores. En concreto, las mujeres representan el 40% de los donantes de riñón, y el 36% de los receptores.

El informe muestra cómo determinadas características sociodemográficas influyen en la insuficiencia renal

El informe de la SEN recoge también los resultados de una encuesta realizada por la Federación Nacional de Asociaciones de Lucha contra la Enfermedad Renal (Alcer), que muestran cómo determinadas características sociodemográficas de la población femenina incluyen en la insuficiencia renal. Una encuesta reveló que el 5% de estas mujeres no tiene estudios, un 11% sólo sabe leer y escribir, el 31% tienen estudios primarios, el 33% cursaron estudios secundarios y sólo el 18% son universitarias.

Asimismo, un 66% de las mujeres en tratamiento con hemodiálisis son pensionistas no contributivas por invalidez, y un 21% son mujeres trasplantadas, con pensión contributiva. Su mayor preocupación es el impacto de la ERC sobre su propia autonomía personal y cómo esta afectará a la situación familiar y la fase inicial de la enfermedad renal es la más impactante sobre la mujer, pues hace que el desconocimiento de la enfermedad, el cansancio y otros factores influyan en su estado emocional. En general, puede decirse que la mujer con ERC se ve frecuentemente con respecto al hombre en una situación de desventaja fundamental: la de tener que compatibilizar su enfermedad con su condición de cuidador o cuidadora

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