La peligrosa moda de los sensores de glucosa en RRSS: "A veces es una excusa para crear contenidos"

Los sensores de glucosa se han popularizado entre 'influencers' que los emplean para controlar la ingesta de alimentos o adelgazar, una situación que puede fomentar trastornos de la conducta alimentaria

Los sensores de glucosa se popularizan entre 'influencers' (Foto. Freepik)
Los sensores de glucosa se popularizan entre 'influencers' (Foto. Freepik)
Carmen Bonilla
1 mayo 2024 | 00:00 h
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En los últimos años, personajes públicos o ‘influencers’ han popularizado el uso de sensores de glucosa para controlar la ingesta de alimentos o adelgazar, hasta el punto de convertirse en una peligrosa moda en redes sociales. Esta situación se une al empleo de fármacos destinados a personas con diabetes con fines adelgazantes, que dio lugar al desabastecimiento del medicamento en algunas farmacias.

Los sensores de glucosa son dispositivos que tienen la función de monitorizar la glucemia de las personas con diabetes. “Exactamente, miden la glucemia intersticial, es decir, la glucosa que está alrededor de las células. Constan de un sensor, un transmisor y un receptor, y las personas que los llevan tienen insertado el sensor en el tejido subcutáneo del brazo o el abdomen”, explica para ConSalud.es la médico especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Naval del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol, Cristina Tejera Pérez.

En los últimos dos años, numerosos ‘influencers’ han exhibido, a través de las redes sociales y medios de comunicación, dichos sensores de glucosa. “También se han popularizado entre deportistas profesionales y amateurs. Algunos de estos tipos de sensores son de venta libre y pueden adquirirse por Internet, lo que se ha traducido en un ligero incremento de las ventas”, continúa la experta.

"Algunos de estos tipos de sensores son de venta libre y pueden adquirirse por Internet, lo que se ha traducido en un ligero incremento de las ventas”

Detrás de este fenómeno puede haber una mayor preocupación por una ingesta saludable, para ver el efecto que producen determinados alimentos sobre los niveles de glucemia en sangre, según argumenta la doctora Tejera Pérez. “Por otra parte, los deportistas pueden emplearlos para optimizar su alimentación y para analizar el momento más conveniente para hacer reposición de nutrientes a lo largo del entrenamiento o competición. En otros casos, supone una moda más y una excusa para crear contenido en redes”.

Sin embargo, estos dispositivos no están validados en personas sin diabetes y los estudios están hechos en su mayoría con personas que presentan diferentes tipos de la enfermedad o valores en prediabetes. Esto puede suponer que no se recojan los valores exactos que una persona sana necesita, puesto que la glucosa es un parámetro continuo en constante movimiento, debido a que es una variable en la que influyen numerosos valores además de la ingesta y la actividad física.

Actualmente, se está hablando mucho de los picos de glucosa. En condiciones habituales, las personas sanas tras las comidas pueden llegar a alcanzar valores de hasta 180 mg/dLde glucosa. El uso de estos sensores puede conllevar una excesiva preocupación por la ingesta si no se tienen en cuenta estos aspectos, conducir a la carbofobia, es decir, el miedo a ingerir hidratos de carbono, y pueden ser un factor precipitante de un trastorno de la conducta alimentaria, además de una fuente de malestar psicológico por no tener unos determinados valores”.

"El uso de estos sensores puede conllevar una excesiva preocupación por la ingesta, conducir a la carbofobia, es decir, el miedo a ingerir hidratos de carbono, y pueden ser un factor precipitante de un TCA"

“Efectivamente, alimentos menos saludables pueden producir mayores picos de glucosa. Pero si esos alimentos contienen más grasa, esa elevación va a ser mucho más sostenida y no tiene por qué  producir niveles muy elevados de glucosa, y ser igualmente perjudiciales”, continúa la experta.

El uso de los dispositivos y tratamientos para personas con diabetes por parte de aquellos que buscan adelgazar debe estar siempre supervisado por un profesional médico. En este mismo contexto, hay fármacos aprobadospor la Agencia Europea del Medicamento, como la semaglutida, a dosis e indicaciones concretas. Su uso está aprobado en personas con obesidad o sobrepeso y comorbilidades.

“Son fármacos eficaces y seguros para la pérdida ponderal, y son moléculas que se emplean en determinados casos de la diabetes tipo 2, en dosis que pueden variar de las indicadas en obesidad”. Sin embargo, su empleo debe estar prescrito por un médico y se tiene que acompañar de un estilo de vida saludable y un seguimiento cercano.

“Su uso no supervisado, fuera de las indicaciones o comprado en canales no oficiales, puede ser peligroso por efectos secundarios, reacciones alérgicas o por otras sustancias que se encuentren en el producto de venta ilegal”. A pesar de esto, un gran número de personas adquirió estos tratamientos, dando lugar a desabastecimientos en farmacias.

Afortunadamente, el uso de sensores por parte de personas con diabetes no se ha visto comprometido, según apunta la experta. Aún así, para evitar que esto pase, la sociedad debe tomar conciencia de los riesgos que esto supone. “Los influencers tienen una posición privilegiada para poder motivar de forma positiva a la población. Especialmente, impactan en la población más joven, que es el grupo que más se mueve en estos entornos de redes sociales”.

“Deben ser conscientes de que sus acciones van más allá de comunicar sobre un tema concreto, sino que algunos de esos seguidores pueden imitar su estilo de vida, por eso tienen que ser responsables, no dar mensajes sobre salud si no se tienen los conocimientos adecuados y evitar hacer altavoz de iniciativas no saludables”.

"La educación para la salud es una de nuestras responsabilidades como profesionales"

Por otro lado, los profesionales de la salud también tienen un papel determinante en esta situación. “Los profesionales sanitarios deberíamos tener formación en comunicación y es importante que estemos ahí para desmentir bulos. La educación para la salud, educación en este caso en concreto para la diabetes, es una de nuestras responsabilidades como profesionales y va más allá de nuestra actividad diaria en consultas del hospital. Debemos estar abiertos a la comunicación en medios”.

Por otro lado, para prevenir posibles desabastecimientos para las personas con diabetes, que de verdad necesitan esta tecnología para su día a día, “la compra de estos dispositivos médicos debería contar con prescripción médica, en caso de desear adquirir el sensor si se tiene diabetes y no se cumplen las situaciones actualmente contempladas sobre el uso de sensores de forma financiada”.

Por último, la experta anima a que se busque información en las sociedades científicas de referencia, como la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), la Sociedad Española de Diabetes (SED), o en asociaciones de pacientes y la Federación que las agrupa, FEDE, entre otras.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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