Osteoporosis: El 80% de los casos se da en mujeres, ¿por qué?

Los huesos más pequeños de las mujeres y los cambios hormonales tras la menopausia las hacen más proclives a sufrir esta patología de salud pública

Una paciente de osteoporosis en consulta médica (Foto. Freepik)
Una paciente de osteoporosis en consulta médica (Foto. Freepik)

Hay enfermedades que afectan más a un sexo biológico que a otro. Por fisionomía, por hormonas, por condiciones sociales más asociadas con el género que con el sexo… Todo ello hace que haya enfermedades más comunes en las mujeres que en los hombres, y viceversa, un ejemplo de la primera situación es la artrosis. Otro ejemplo, la osteoporosis.

Aunque se reivindica que el 40% de las fracturas óseas se dan en hombres, para que esta patología silenciosa sea visibilizada y no se retrase el diagnóstico hasta que se produce su consecuencia más catastrófica, lo cierto es que el 80% de los casos de osteoporosis son en mujeres, según datos de la Oficina para la Salud de la Mujer del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.

La prevalencia de osteoporosis en las mujeres mayores de 50 años es de un 29,07%, y asciende hasta un 80% en mayores de 80 años

En nuestro país, la Fundación Internacional de Osteoporosis estima que hay 3 millones de personas con esta patología, y según datos de la Sociedad Española de Reumatología (SER), 2,2 millones de mujeres mayores de 50 años padecen osteoporosis. Se trata de una de las principales causas de la fragilidad ósea, debido a que consiste en pérdida de la masa ósea, cuyo impacto más grave es la fractura.

El problema es que es una enfermedad asintomática y silenciosa, lo que dificulta el diagnóstico. Además es crónica y degenerativa, por lo que muchas veces la detección se hace tarde, cuando se produce una fractura. El 20% de los pacientes que sufre una fractura de cadera fallece.

¿Por qué afecta más a las mujeres? Durante años los expertos han coincidido en que la principal razón que explica este mayor riesgo es que las mujeres presentan, por regla general, una densidad ósea y una musculatura menor que la de los hombres, siendo más susceptibles a la pérdida de masa ósea. Además, las mujeres suelen vivir más años que los hombres, y con el envejecimiento, el riesgo aumenta. Según un estudio publicado en la 'Revista de Osteoporosis y Metabolismo Mineral', de la Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral, la prevalencia de osteoporosis en las mujeres mayores de 50 años es de un 29,07%, y asciende hasta un 80% en mayores de 80 años.

LA MENOPAUSIA AUMENTA EL RIESGO

Lo que los autores definen como osteoporosis senil afecta también a los hombres, un 8% de los mayores de 50 años pueden sufrirlo. Normalmente la pérdida acontece a partir de los 65 años, momento en el que cambio celulares, a veces tóxico para la formación ósea, lleva a una mayor porosidad del hueso. En las mujeres, esto se agrava con la menopausia.

Otros factores de riesgo son un cuerpo pequeño y delgado, con un peso menor de 57 kilogramos, falta de calcio y vitamina D, falta de ejercicio físico, periodos de amenorrea o interrupción menstrual por tres meses consecutivos, o trastorno de la conducta alimentaria

En la menopausia ocurre una reducción de los niveles de estrógeno, una hormona relacionada con el ciclo menstrual que presenta una función importante en el mantenimiento del hueso. Es por ello que, con una reducción de sus niveles, la densidad ósea se reduce, dando lugar a unos huesos más frágiles y un mayor riesgo de sufrir osteoporosis. Según datos de una investigación publicada en ‘The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism’,  durante los primeros 10 años de este periodo, las mujeres pueden llegar a perder hasta el 25% de la masa ósea.

Fuera de la menopausia y el envejecimiento, diferentes estudios señalan otros factores de riesgo como un cuerpo pequeño y delgado, con un peso menor de 57 kilogramos, falta de calcio y vitamina D, falta de ejercicio físico, periodos de amenorrea o interrupción menstrual por tres meses consecutivos, trastorno de la conducta alimentaria, tabaquismo, diabetes, falla ovárica prematura, enfermedad celíaca o inflamatoria del intestino, algunos tratamientos y alcoholismo.

Atender los signos, como son una reducción de la altura progresiva, "hablamos de más de tres centímetros", y la aparición de una joroba o cifosis, y mantener un estilo de vida adecuado, puede prevenir esta enfermedad que se ha erigido como un importante problema de salud en el mundo.

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