INCLIVA analiza los efectos adversos de CMV en la sangre de pacientes receptores de terapias CAR-T

La investigación pretende conocer mejor la dinámica del CMV en pacientes con neoplasias hematológicas tratados con nuevas terapias como CAR-T

Eliseo Albert, David Navarro, Carlos Solano y Estela Giménez, investigadores del estudio desarrollado por INCLIVA (Foto: INCLIVA)
Eliseo Albert, David Navarro, Carlos Solano y Estela Giménez, investigadores del estudio desarrollado por INCLIVA (Foto: INCLIVA)

El Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, del Hospital Clínico de València, ha desarrollado un estudio para analizar y evitar efectos adversos derivados de la presencia de citomegalovirus (CMV) en la sangre de pacientes receptores de terapias CAR-T. Estas terapias podrían convertirse en un pilar del tratamiento de diversos tipos de cáncer hematológico.

El tratamiento con células CAR-T (células T con receptor de antígeno quimérico) es una forma de inmunoterapia que ha demostrado su eficacia en el tratamiento de ciertos tipos de cáncer, especialmente los hematológicos. El proceso de este tratamiento implica varios pasos, comenzando con un procedimiento similar al de la donación de sangre.

De este modo, se extraen células T del paciente, que se envían a un laboratorio donde son genéticamente modificadas para expresar un receptor de antígeno quimérico (CAR) específico para el antígeno presente en las células cancerosas. Una vez que las células T han sido modificadas genéticamente, se multiplican en el laboratorio, con la finalidad de obtener un número suficiente de células CAR-T que se infunden nuevamente en el paciente para destruir selectivamente las células cancerosas

 Los investigadores se preguntaron si la terapia CAR-T puede conducir a una reactivación del CMV en pacientes con infección latente

A pesar de que este tratamiento ha producido respuestas clínicas notables en algunos subconjuntos de leucemia o linfoma de células B, aún hay muchas limitaciones en lo relativo a su eficacia en tumores sólidos y neoplasias malignas hematológicas. Esto supone ciertos desafíos, como la infección por una amplia variedad de bacterias y virus, siendo especialmente relevante la infección por CMV por su prevalencia y morbimortalidad.

En este contexto se ha desarrollado el estudio, publicado en la revista Clinical Microbiology and Infection, en un artículo titulado "Cytomegalovirus DNAemia in hematological patients undergoing CD19-directed CAR-T cell therapy: should it be systematically monitored?".

Así, los investigadores se preguntaron si la terapia CAR-T puede conducir a una reactivación del CMV en pacientes con infección latente. Con esta investigación se pretendía conocer mejor la dinámica del CMV en pacientes con neoplasias hematológicas tratados con nuevas terapias como CAR-T.

Estas terapias son más dirigidas y aumentan la eficacia antitumoral y mejoran resultados previos, pero también pueden tener impacto en la susceptibilidad a este virus y en las estrategias de monitorización, profilaxis o tratamiento. Por su parte, la presencia del CMV en sangre puede detectarse en un gran porcentaje (hasta un 45%) de los pacientes seropositivos tratados con esta terapia. Sin embargo, faltan datos acerca de su comportamiento e inmunobiología, así como su posible contribución a empeorar los resultados clínicos.

Los investigadores concluyeron que la DNAemia por CMV fue un fenómeno común en los pacientes, pero resolvía espontáneamente y no condujo en ningún caso a enfermedad de órgano diana

El estudio observacional retrospectivo reclutó 51 pacientes CMV-seropositivos sometidos a terapia CAR-T en el Hospital Clínico de València o el Hospital La Fe. Los investigadores monitorizaron la presencia del CMV en la sangre del paciente, hasta el día +90 tras la infusión de la terapia CAR-T, recogiendo suero de los pacientes los días +0, +7, +14, +21, +30, +60 y +90. 

A continuación y mediante ensayos de reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real, se determinó la presencia o no del CMV en la sangre del paciente (DNAemia). Después se recogieron distintas variables de interés y se estudió la relación de la reactivación del CMV con estas variables, así como la correlación entre ellos.

Gracias a esto, concluyeron que la DNAemia por CMV fue un fenómeno común en los pacientes, pero resolvía espontáneamente y no condujo en ningún caso a enfermedad de órgano diana. Los investigadores consideran que los pacientes con CAR-T pueden beneficiarse de la monitorización sistemática de la DNAemia por CMV, especialmente los pacientes seropositivos para CMV con DNAemia por CMV detectada al inicio del estudio.

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