Los especialistas desaconsejan la combinación de paracetamol o ibuprofeno con alcohol

A pesar de tener un uso muy común y de no estar conceptuado como algo malo, los resultados de la mezcla pueden ser altamente nocivos para el organismo.

La mezcla de alcohol con ibuprofeno o paracetamol puede tener grandes consecuencias negativas para el hígado
La mezcla de alcohol con ibuprofeno o paracetamol puede tener grandes consecuencias negativas para el hígado
CS
21 febrero 2018 | 18:01 h
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Según informa El Español, el ibuprofeno y el paracetamol son los dos medicamentos genéricos más consumidos en nuestro país. En total, según cifras del Sistema Nacional de Salud, los españoles toman más de 50 millones de envases cada año. Lo cierto es que la popularización de su consumo no sólo ha conllevado un uso incorrecto de estos fármacos, sino que, además, se ha terminado menospreciando sus efectos adversos y mezclándolos con alcohol. El resultado es una combinación realmente peligrosa para nuestro organismo.

Este fármaco, que se absorbe en un periodo de tiempo de entre 15 y 30 minutos, multiplica los efectos de la bebida, facilitando que se puedan dar graves intoxicaciones

Aunque la gente suele decir que no pasa nada con la mezcla de ambas sustancias, un especialista siempre desaconsejará su combinación. El ibuprofeno es un antiinflamatorio no esteroideo que se metaboliza en el hígado e inhibe la acción de algunas enzimas presentes tanto en la mucosa gástrica como en los vasos sanguíneos. Así, cuando se mezcla con grandes dosis de alcohol de forma esporádica, el uno influye sobre el otro. Este fármaco, que se absorbe en un periodo de tiempo de entre 15 y 30 minutos, multiplica los efectos de la bebida, facilitando que se puedan dar graves intoxicaciones. Tanto el alcohol como el ibuprofeno aumentan el riesgo de lesión a nivel de la mucosa digestiva y los efectos secundarios se potencian. Por otro lado, si el consumo de ibuprofeno y alcohol es habitual también hay que añadir un mayor riesgo de padecer problemas gastrointestinales.

¿Y CON EL PARACETAMOL?

Con el paracetamol ocurre prácticamente lo mismo. Se trata de un analgésico con un perfil de seguridad altísimo y que es utilizado para combatir desde fiebres moderadas a dolores de garganta derivados de procesos catarrales. Sin embargo, la combinación con el alcohol puede resultar extremadamente tóxica para el hígado. La mezcla con alcohol retrasa los procesos de metabolismo y aumenta la concentración de este medicamento en los órganos receptores. La suma de ambas sustancias potencia su toxicidad y produce daños hepáticos. Un factor influyente es la gradación de la bebida alcohólica. A mayor gradación, mayor cantidad de alcohol y mayor probabilidad de interacción y daño hepático. Por ello, y porque es imposible conocer todos los factores que pueden producir un efecto adverso, lo más prudente es no beber alcohol durante cualquier tipo de tratamiento.

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