Pegamento de neopreno, pinturas o popper: las drogas inhalantes que pueden causar la muerte

Las sustancias de uso industrial o comercial llegan rápido a la sangre y al cerebro, provocando efectos que pueden causar desde vómitos o mareos hasta paro cardiaco o asfixia

Pinturas pulverizadas (Foto: Freepik)
Pinturas pulverizadas (Foto: Freepik)
Carmen Bonilla
4 marzo 2024 | 00:00 h
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Las drogas son sustancias que pueden cambiar el funcionamiento del cuerpo y la mente, pero con numerosos peligros para la salud física y mental. Este concepto engloba desde las más conocidas como el cannabis o la cocaína, hasta algunas desconocidas pero que igualmente son perjudiciales para la salud. En esta última categoría se encuentran las drogas inhalantes.

Las drogas inhalantes son sustancias volátiles de uso industrial o comercial cuya única forma de consumo es a través de su inhalación. De este modo, las personas que emplean estas drogas de forma recreativa respiran los humos de la sustancia a través de la nariz o la boca. El perfil de personas que recurren a estas drogas suelen ser niños y adolescentes. En el último año, en torno al 2% de los menores de 14 a 18 años declaran haber consumido alguna sustancia de este tipo, y muchos lo hacen antes incluso de probar otras drogas, debido a que los inhalantes son más fáciles de conseguir, pero igualmente peligrosas. 

“Desprenden vapores y pueden provocar efectos que alteran nuestras funciones y comportamiento. Por ello, las consideramos como sustancias de abuso o drogas”, aclara para ConSalud.esCelia Prat, Jefa de Equipode Formación de Fad Juventud. En general, el efecto que producen los inhalantes dura unos pocos minutos, por lo que las personas intentan prolongar el efecto inhalando constantemente durante varias horas.

Generalmente, no están relacionadas con la adicción o la dependencia de fármacos, pero tienen el potencial de ser muy perjudiciales para la salud de que quien las usa. “Por la rapidez con la que estas sustancias llegan a la sangre y al cerebro, los efectos se notan también de forma rápida. Así, afectan al habla, al movimiento, la coordinación o la percepción, entre otras cuestiones”, continúa explicando la experta de la Fad.

Celia Prat: “Por la rapidez con la que estas sustancias llegan a la sangre y al cerebro, los efectos se notan también de forma rápida"

Además, incluso aunque su consumo se realice de forma ocasional, una dosis excesiva puede conducir a la muerte. La mayor parte de estas sustancias producen su efecto al reducir la actividad del sistema nervioso central, por lo que son consideradas como drogas depresoras. “Hay que tener en cuenta que muchas de ellas son anestésicos”, comenta la experta.

De acuerdo con el National Institute of Drug Abuse de Estados Unidos, el consumo de inhalantes, aunque sea ocasional o aislado, puede alterar el ritmo del corazón y causar la muerte, ya sea por paro cardiaco o por asfixia provocada por niveles de oxígeno muy bajos. El abuso regular de estas sustancias puede causar daños graves a los órganos vitales, entre los que se encuentran el cerebro, el corazón, los riñones y el hígado.

Algunas de las drogas inhalantes que más se consumen son el pegamento de neopreno, pinturas pulverizadas, atomizadores para desodorantes y fijadores de cabello, las anestesias médicas o los nitritos como el “popper”, una de las drogas más populares entre los jóvenes. Esta última, a diferencia de las anteriores, no actúa directamente sobre el sistema nervioso central, sino que dilata los vasos sanguíneos.

“Bajo el término de drogas inhalantes podemos englobar distintas sustancias que pueden tener diversos usos y efectos farmacológicos y que se encuentran en distintos productos de uso médico, doméstico o industriales con distintas presentaciones. Los más comunes son los agentes volátiles, los aerosoles, los nitritos y distintos gases de uso médico como anestésicos”, concreta Celia Prat.

Celia Prat, Jefa de Equipo de Formación de Fad Juventud (Foto: Universidad Nebrija)

De acuerdo con la experta, existe la posibilidad de que el uso de estas sustancias conlleve la necesidad de un consumo repetido y genere síntomas en su abstinencia, especialmente si se han consumido durante un periodo prolongado de tiempo. Para saber si una persona abusa de estas sustancias, es necesario prestar atención a las señales.

“Los síntomas iniciales del consumo son parecidos a los de una intoxicación por alcohol. La persona está desorientada, tiene dificultades para hablar, se marea, está irritable o puede vomitar. Además, puede dejar muestra de su consumo con restos de los productos utilizados”, continúa la experta de la Fad.

Sin embargo, en el ámbito de la prevención, es complicado encontrar acciones específicas sobre las drogas inhalantes. Generalmente, suelen incorporarse dentro de los planes generales que desarrollan distintas entidades y administraciones públicas.

APARICIÓN Y USO DE NUEVAS SUSTANCIAS

El consumo de drogas no es una costumbre nueva. Desde hace miles de años, las personas han recurrido a sustancias que alteran el funcionamiento normal del sistema nervioso central. Desde la cocaína, la heroína o el cannabis, las drogas a las que recurren las personas son numerosas. Sin embargo, cada vez son más nuevas y extrañas las sustancias que consume la gente, ya sea por su “potencia” o su facilidad de adquisición.

Ejemplo de ello es el fentanilo, un opioide sintético hasta 50 veces más fuerte que la heroína, recetado por los médicos para tratar el dolor intenso. Las drogas causan efectos en la salud de las personas tan variados como variedades de ellas hay. 

Celia Prat: “El rosin parece ser una sustancia que se extrae del cannabis tras someterlo a un proceso químico específico que permite una gran concentración de principios activos”

A su vez, la “cocaína rosa” o “tusi” se volvía también conocida por ser la sustancia por la que podría haber fallecido un menor en Getafe. Por otro lado, la Policía Nacional ha desmantelado un laboratorio de una nueva sustancia estupefaciente, conocida como “rosin”. “Parece ser una sustancia que se extrae del cannabis tras someterlo a un proceso químico específico que permite una gran concentración de principios activos y, por lo tanto, mayores efectos psicoactivos”, comenta Celia Prat.

Según explica la experta, esta droga presenta riesgos para la salud similares a los del consumo de otras formas de cannabis en dosis elevadas, especialmente si su consumo es prolongado. Así, podría desencadenar trastornos respiratorios, cardiovasculares o, incluso, problemas de salud mental, depresiones o psicosis. “Sin embargo, por el momento no se trata de una droga muy conocida en nuestro país”, concluye Celia Prat.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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