Reyes Velayos (Cesida): “El objetivo de cero discriminación por VIH es en el que más falla España”

Con motivo de la celebración del Día Mundial de Lucha contra el Sida, ConSalud.es entrevista a Reyes Velayos, recién elegida nueva presidenta de la Coordinadora estatal de VIH y Sida (Cesida).

La presidenta de la Coordinadora Estatal de VIH y Sida (Cesida), Reyes Velayos (Foto: Cesida)
1 diciembre 2021 | 13:00 h
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En 2021 se han cumplido 40 años desde que se diagnosticó el primer caso de VIH en España. Después de estas cuatro décadas, la tasa de mortalidad se ha reducido de forma importante pero aún hoy se trata de una infección de transmisión sexual que produce en torno a 4.000 nuevos diagnósticos anuales en nuestro país.

Con motivo de la celebración del Día Mundial de Lucha contra el Sida, este 1 de diciembre, ConSalud.es ha entrevistado a Reyes Velayos, recién elegida nueva presidenta de la Coordinadora estatal de VIH y Sida (Cesida). Con ella hablamos de cómo de cerca está España de lograr una generación libre de VIH antes de 2030, de los problemas de implementación de la PrEP y de la aún patente discriminación hacia las personas diagnosticadas.

Ha sido elegida presidenta de Cesida en un congreso que llevaba el lema ‘Camino al 2030’. ¿Qué escenario contempla para que España llegue con éxito a ese año?

Tendrían que venir dos etapas. Primero cumplir con los objetivos de ONUSIDA de 2025 para asegurarnos de que vamos en buena dirección. Es decir, llegar a un 95% en los tres principales objetivos y, sobre todo, avanzar mucho en el objetivo del 0% de estigma y discriminación, que es en el que más fallamos en España. En los otros, estamos más o menos cerca. Si conseguimos llegar en 2025 con esos objetivos logrados, estaremos en el camino de conseguir acabar con el VIH en 2030.

“Llevamos años con unas tasas de diagnóstico tardío cercanas al 50%. Parece que no somos capaces de reducirla”

¿En qué situación se encuentra España con respecto a dichos objetivos?

Fallamos en el diagnóstico precoz, es decir, la prevención, porque estamos en un 87% de personas con VIH diagnosticadas, bastante alejados. De ellas, el 94% está en tratamiento, por lo que estaríamos a punto de cumplirlo. Y de esas, el 90% tiene la carga viral indetectable, más o menos en línea para llegar. También estamos muy lejos del cuarto, referido a la calidad de vida, donde también influye mucho el estigma.

¿Por qué la detección precoz no está yendo tan bien?

Tenemos unas tasas de diagnóstico tardío cercanas al 50% y llevamos años en esa cifra. Parece que no somos capaces de reducirla. Además, el VIH, que puede afectar a toda la población, sigue ensañándose con los colectivos más vulnerables. Tener un diagnóstico tardío implica que puedes tener más secuelas adicionales por VIH que si se hiciera un diagnóstico precoz y tardes más en alcanzar la carga viral indetectable.

“Para los jóvenes son necesarias campañas, pero también educación afectivo-sexual en los colegios, mucha información y, sobre todo, hablar del VIH más allá del 1 de diciembre”

¿En qué hay que incidir para rebajar esa cifra que se resiste?

Se necesitan campañas de promoción de la salud y de prevención. No solamente desde el Ministerio de Sanidad, que las está realizando desde hace tres años, sino también las comunidades autónomas y los ayuntamientos. Desde Cesida y desde las entidades que pertenecen a ella también hacemos campañas, pero llegamos hasta donde podemos. Las campañas de prevención y promoción tienen que ser institucionales. Falta una respuesta no solo comunitaria sino local, autonómica, estatal e incluso internacional, para conseguir una generación libre de VIH en 2030.

Vemos como puede ser un peligro que los más jóvenes tomen al VIH como una infección del pasado pero, por otro lado, sí que se mantiene ese estigma asociado al pasado. ¿Qué está pasando?

En Cesida tenemos una frase resumen para definir la respuesta al VIH en estos 40 años que se cumplen desde el primer diagnóstico. ‘Ha sido un éxito en lo clínico y en lo sanitario, pero un fracaso en lo social’, precisamente por el estigma que continúa habiendo.

Nueva junta directiva de CESIDA, presidida por Reyes Velayos (Foto: Cesida)

Para los jóvenes son necesarias campañas, pero también educación afectivo-sexual en los colegios y mucha información. Pero, sobre todo, hace falta hablar más del VIH más allá del 1 de diciembre. Por lo general, los medios de comunicación solo habláis de VIH cuando se acerca el Día Mundial, mientras que continúa existiendo el resto del año. Si solo se habla en ese momento, parece que el resto del año no existe. Por todo eso, puede parecer que los jóvenes estén más despreocupados.

¿Está teniendo buena implantación el Pacto social por la no discriminación y la igualdad de trato asociada al VIH?

Sí, pero es necesario afianzar los objetivos y los logros obtenidos y seguir avanzando en esa implementación de las medidas que recoge el Pacto Social en todas las comunidades autónomas, que es lo que nos va a permitir acabar con la discriminación y el estigma, entre otras cosas.

“La respuesta de las personas que necesitaban la PrEP ha sido muy buena, muchas que ya las tomaban lo hacían sin ningún tipo de control médico y comprándola a través de internet”

Uno de los avances más evidentes en los últimos años ha sido la implementación de la PrEP (profilaxis prexposición). Sin embargo, está habiendo desigualdad en el acceso. ¿Qué falta para que sea completa?

Lo prioritario es eliminar las listas de esperas existentes en algunas comunidades autónomas, como puede ser la de Madrid, que tiene solo un centro donde se dispensa la PrEP. Es necesario asegurar el acceso a la PrEP a todas las personas que estén en riesgo de contraer el VIH, a todas aquellas que lo necesiten y en todo el territorio español.

A nivel social, ¿qué sensación hay en torno a la PrEP después de dos años desde su implementación?

Vemos como muy positivo algo que era muy necesario. Es una estrategia preventiva dentro de la estrategia de prevención combinada. La respuesta de las personas que lo necesitaban ha sido muy buena, principalmente porque muchas que ya las tomaban lo hacían sin ningún tipo de control médico y comprándola a través de internet. La PrEP no solamente nos permite reducir el número de infecciones por VIH sino también una detección precoz del resto de infecciones de transmisión sexual (ITS), sobre todo las asintomáticas. Ahora, las personas que la toman en España tienen un seguimiento médico y se realizan análisis periódicamente, con lo cual el resto de ITS se pueden detectar de forma precoz, lo que ayuda a cuidar de la salud de las personas y de la propia salud pública.

La nueva ley de Equidad presentada por el Ministerio de Sanidad, ¿ayuda a avanzar en esa mejor accesibilidad de los tratamientos?

Esperamos que esta nueva ley ayude a que la sanidad sea universal, por fin, en todas las comunidades y ciudades autónomas. Esta semana nos estamos encontrando con un gran problema de acceso al tratamiento de las personas en situación administrativa irregular.

“Garantizar la existencia y sostenibilidad de la respuesta a esta infección pasa por un refuerzo político de recursos humanos y económicos del Plan Nacional sobre el Sida”

Con respecto a los Presupuestos Generales del Estado (PGE), año a año se destina la misma partida para los programas de prevención y control del Sida y el resto de ITS. ¿Lo ve suficiente?

Para cumplir con las necesidades que tenemos actualmente en España, es imprescindible un liderazgo político, que va desde el compromiso económico para garantizar la existencia y sostenibilidad de la respuesta a esta infección. Eso pasa por el refuerzo político de recursos humanos y económicos del Plan Nacional sobre el Sida. Y, evidentemente, los homólogos autonómicos. Sin ese refuerzo anual no vamos a parar la pandemia de VIH. También son necesarias las partidas presupuestarias que se dedican a subvenciones públicas para las entidades que trabajamos con VIH.

Para la celebración este año del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, ¿qué otras reivindicaciones van a poner de manifiesto?

Tenemos dos por las que llevamos peleando, una desde hace 18 años y otra desde 2011. Una es que se haga efectiva la transferencia a los servicios de salud autonómicos de las competencias de sanidad penitenciaria. Y, la otra, nos parece imprescindible reconocer la especialidad de Enfermedades Infecciosas para asegurar el relevo generacional de los médicos.

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