La sensibilidad al gluten, la respuesta detrás de un mejor acceso a productos para celíacos

No es una enfermedad celiaca, pero en los últimos años ha aumentado facilitando las condiciones de vida de las personas celíacas

Persona con enfermedad celiaca o celiaquía (Foto. Freepik)
Persona con enfermedad celiaca o celiaquía (Foto. Freepik)
Paola de Francisco
14 febrero 2022 | 00:00 h
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En los últimos años ha emergido la sensibilidad al gluten no celíaca. Una patología caracterizada por síntomas digestivos y extradigestivos que da negativo a las pruebas diagnósticas de la enfermedad celíaca. Se conocen casos desde 1978, pero en los últimos años ha tomado un importante protagonismo en la sociedad, como señala un estudio de investigadores del Hospital Puerta de Hierro publicado en la revista Reumatología Clínica.

Los últimos años han demostrado que la sensibilidad al gluten es más frecuente que la celiaquía. Así, mientras que lo segundo, una enfermedad autoinmune grave que daña el sistema digestivo de las personas, tiene una tasa de prevalencia de un 1% en la población, la intolerancia no celiaca se estima que afecta al 5% de la población, aunque según datos de la Asociación de Celíacos y Sensibles al Gluten esta cifra pueda aumentar hasta un 10%. Porcentaje que ya se registra en Estados Unidos.

“Cuando atendemos a estos pacientes encontramos que la biopsia del intestino es normal, no hay ninguna huella física pero ellos tienen síntomas que les reducen la calidad de vida. En el momento en el que se les retira el gluten o la harina de trigo mejoran y desaparece la sintomatología”, explica a Consalud.es el Dr. Santiago Vivas, especialista en aparato Digestivo del Hospital de León y uno de los mayores expertos de la enfermedad celíaca de nuestro país.

No tienen mayor complicación que los síntomas que merman su calidad de vida, y solo el tratamiento nutricional basado en una dieta sin gluten mejora su sintomatología

En principio, como refleja la ya citada Asociación de Celíacos y Sensibles al Gluten, los síntomas de estos pacientes son parecidos a la enfermedad, pero sin muestra física ni desarrollo de autoinmunidad. Suelen sufrir estreñimiento o diarrea, distensión y dolor abdominal sin razones a veces aparente, fatiga, náuseas o dolor de cabeza. No se conocen sus causas pero cada vez aumenta más su presencia.

El diagnóstico no es sencillo. Las pruebas que descartan que se trate de una enfermedad celíaca reflejan que no hay daños en el tracto digestivo que expliquen los dolores, estreñimientos y diarreas, tampoco hay en la sangre anticuerpos que reflejaran una alergia al trigo o la celiaquía. Estos pacientes no son alérgicos al gluten ni al trigo, no tienen mayor complicación que los síntomas que merman su calidad de vida, y solo el tratamiento nutricional basado en una dieta sin gluten mejora su sintomatología.

Esto ha producido un mejor acceso en el mercado a productos sin gluten. En la última década, estos alimentos han pasado de no existir a estar presente en supermercados y restaurantes. “Los productos siguen siendo más caros, pero hay mayor conocimiento en repostería y restauración y cartas adaptadas para estas personas”, señala el Dr. Vivas.

Algo que ha beneficiado especialmente a los pacientes celíacos, que precisan de eliminar completamente el gluten de su dieta, ya que cualquier transgresión puede agravar su enfermedad, derivando en desnutrición, huesos débiles, infertilidad y aborto espontáneo, intolerancia a la lactosa, incluso cáncer y problemas en el sistema nervioso.

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