Los expertos alertan de la importancia del cribado para detectar las hepatitis virales

Las hepatitis virales suponen un grave problema de salud al provocar el 78% de los casos de cáncer primario de hígado y el 57% de los casos de cirrosis hepática

Hepatitis virales (Foto: Freepik)
Hepatitis virales (Foto: Freepik)
CS
24 julio 2023 | 12:20 h

La Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) abordó el tema de las hepatitis virales en el LXXXII Congreso de la SEPD, con su mesa "Hepatitis virales: más allá del virus C". Así, se buscó visibilizar una patología que produce más de 1,5 millones de nuevas infecciones en todo el mundo y cuyo Día Mundial se celebra cada año el 28 de julio.

Las hepatitis virales, cuyas principales cepas son de tipo A, B, C, D y E, pueden causar inflamación en el hígado, convirtiéndose en un grave problema de salud. Esto puede derivar en complicaciones con impacto incluso más negativo, pues el 78% de los casos de cáncer primario en hígado y el 57% de casos de cirrosis hepática son debidos a infecciones por hepatitis virales. Los síntomas de esta patología y su abordaje varían en función de la cepa.

La hepatitis B afecta a cerca de 250 millones de personas en el mundo, mientras que en España su prevalencia oscila entre el 0,4 y el 0,7. En la actualidad, España cuenta con una vacuna contra esta enfermedad, que puede producir un cuadro agudo o crónico si se prolonga en el tiempo.

La hepatitis B afecta a cerca de 250 millones de personas en el mundo, mientras que en España su prevalencia oscila entre el 0,4 y el 0,7

En esta patología es fundamental la prevención de la reactivación, algo que es sencillo gracias a los cribados. Estos se realizan, mediante serología, a todos los pacientes que vayan a recibir tratamientos susceptibles de reactivar la infección viral. La realización de cribados de este modo se debe a que los pacientes que tengan o hayan tenido hepatitis B son subsidiarios de sufrir una reactivación de la enfermedad si se someten a determinados tratamientos con fármacos como los inmunosupresores, los inmunomoduladores o los quimioterápicos.

Además, en función del estado de la infección y el tratamiento que se vaya a recibir, puede estar o no indicada la profilaxis antiviral para evitar esta reactivación. Asimismo, en España no hay disparidad a la hora de diagnosticar y tratar la hepatitis B y los pacientes pueden acceder a la serología independientemente de dónde residan. 

Por otro lado, la hepatitis C afecta a entre 40 y 60 millones de personas en el mundo. En el caso de España, la prevalencia de la infección activa ha bajado de forma drástica como consecuencia del plan estratégico frente a la enfermedad, que puede causar una infección aguda o crónica.

En la infección aguda, el 15% de las personas infectadas pueden eliminar el virus sin necesidad de tratamiento, mientras que en la infección crónica se dan síntomas leves o inexistentes hasta que no se desarrollan estadios avanzados, como la cirrosis. A su vez, la hepatitis C puede provocar diferentes manifestaciones extrahepáticas, incluyendo un incremento del riesgo de padecer diabetes mellitus, un incremento del riesgo vascular o algunas otras alteraciones raras como la vasculitis crioglobulinémica

España se ha convertido en los últimos años en el país más avanzado en la eliminación de la hepatitis C, según explicó en el encuentro el Dr. Javier Crespo, jefe del servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander). Gracias al impulso de medidas o a la implantación de mejores prácticas, se ha logrado que la prevalencia del virus C sea entre tres y cuatro veces más baja que la del virus B.

España se ha convertido en el país más avanzado en la eliminación de la hepatitis C, logrando que la prevalencia del virus C sea entre tres y cuatro veces más baja que la del virus B

Sin embargo, quedan medidas pendientes para lograr la eliminación de la hepatitis C del país. Entre ellas, se encuentran implantar el cribado universal, el diagnóstico integral para detectar si el paciente sufre más de una infección viral y los programas de eliminación en las poblaciones vulnerables, a través del refuerzo del diagnóstico y del tratamiento en aquellos pacientes en riesgo de reinfectarse.

Finalmente, en el encuentro se habló de la hepatitis D, considerada la más singular de estos virus. En este sentido, la hepatitis D necesita del recubrimiento externo de la hepatitis B para realizar su ciclo de replicación. Su infección puede producirse en un paciente que ya era portador crónico de la hepatitis B o de forma simultánea con ella, y cerca de un 5% de los pacientes con hepatitis B tienen también hepatitis D.

Se trata de la forma más grave de hepatitis viral, pues su infección puede producir serios problemas hepáticos, como descompensación, cirrosis o desarrollo de carcinoma hepatocelular. En la actualidad, el único tratamiento disponible en España es el interferón, un agente que logra suprimir la actividad viral sólo en una minoría de pacientes tratados. Sin embargo, provoca numerosos efectos secundarios.

Por ello, los expertos destacaron la necesidad de establecer estrategias técnicas de cribado como el diagnóstico de un solo paso, que consiste en un análisis para detectar hepatitis D en todos aquellos pacientes con hepatitis B. A esto se suma la importancia del papel del especialista en Aparato Digestivo para la frenar la progresión de las hepatitis virales, mediante el correcto diagnóstico.

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