Los pacientes con determinadas patologías respiratorias necesitan someterse a terapias de respiración asistida para mejorar su calidad de vida. En ocasiones cuando realizan determinadas acciones comunes, como viajar en avión, se encuentran con obstáculos que se lo impiden.
Así lo ha denunciado a ConSalud.es uno de ellos, afectado de déficit de Alfa-1 y dependiente de oxígeno. Señala a la compañía Vueling como la única en la que se ha encontrado con problemas de este tipo. “En los aviones cuando alguien viaja con oxígeno pide permiso para poder viajar con él, todas las compañías tienen un formulario y luego te dan una autorización previa y siempre funciona bien”, explica el afectado.
“En los aviones cuando alguien viaja con oxígeno pide permiso para poder viajar con él, todas las compañías tienen un formulario y luego te dan una autorización previa y siempre funciona bien”
Sin embargo, denuncia que Vueling “ha eliminado este servicio y no se puede viajar con oxígeno”. Por su parte, desde la compañía de vuelo explican a este diario que “el aparato de respiración asistida lo tiene que llevar el propio pasajero” y que “para subirlo al avión tiene que traer el informe médico que indique que necesita el aparato”.
Asimismo, desde Vueling precisan que las baterías de este tipo de tecnología “no pueden ser derramables y tienen que contar con baterías de reserva para el 50% del vuelo para evitar problemas”. Además, señalan, tienen que contar con la correspondiente etiqueta de homologación.
DÉFICIT DE ALFA-1
El Alfa-1 Antitripsina (AAT) es una proteína que se produce en el hígado. Su principal función es proteger el pulmón de la degradación e inflamación causada por infecciones que atacan el tejido pulmonar; o de agentes externos como el tabaco u otras sustancias inhaladas que son contaminantes e irritantes.
En condiciones normales esta proteína pasa de las células hepáticas al sistema sanguíneo. Cuando este traspaso no se lleva a cabo de forma normal se produce una acumulación de la proteína en el hígado, que puede provocar enfermedades hepáticas en niños y adultos; y un descenso del AAT en sangre, que desprotege a los pulmones. Esta desprotección, unido a otros agentes como infecciones y tabaco, puede llegar a provocar enfermedades pulmonares.