Valentina, la niña de tres años que necesita un implante coclear para seguir aprendiendo

La pequeña tiene una sordera diagnosticada desde que nació, algo que le ha impedido hablar. Por eso, para ella es importante conseguir uno de los implantes que le falta para seguir aprendiendo y llegar a ser una niña como otra cualquiera.

Valentina, la niña de tres años que necesita un implante coclear para seguir aprendiendo (Foto: Cedida por Noemí)
Valentina, la niña de tres años que necesita un implante coclear para seguir aprendiendo (Foto: Cedida por Noemí)
Blanca Mas
14 febrero 2023 | 00:00 h
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Valentina tiene tres años y quiere volver a escuchar perfectamente. Tras un parto complicado, la niña nació con hipertensión pulmonar, sepsis, un soplo en el corazón y, además, tuvo un derrame cerebral. Sin embargo, esto no tenía nada que ver para que finalmente la pequeña solo escuchara de un oído un 20% y del otro un 10%.

“Cuando le hicimos la prueba de audición nos dijeron que podía ser normal, que esto suele pasar a algunos niños, pero que luego vuelven a escuchar, pero te quedas con la duda. Entonces le hicieron pruebas de todo tipo y ahí nos dimos cuenta que nuestra hija era sorda”, cuenta Noemí, la madre de la pequeña Valentina.

Para ponerle solución a este problema tuvieron que realizarle una operación para ponerle un implante coclear, un pequeño dispositivo electrónico que ayuda a las personas a escuchar. Se puede utilizar para personas sordas o que tengan muchas dificultades auditivas. En el caso de Valentina, los médicos tuvieron que prescindir de la poca capacidad de audición que tenía. Estos implantes permiten a las personas procesar los sonidos y el lenguaje y trasmitirlos al cerebro.

"Mi hija lleva sin uno de sus implantes más de un año y es para ella es peor escuchar de un oído que con dos"

“La operación salió muy bien y Valentina consiguió oír. Esto le ayudó muchísimo a aprender y a avanzar, incluso llegó a poder imitar algunos sonidos de animales y decir ‘hola’ y ‘mamá’. No sabes la felicidad que nos daba verla progresar en su desarrollo y todo lo que consigue por ella misma”, explica la madre.

No obstante, aunque la madre ya ha escuchado esas palabras de la boca de su hija, la pequeña sigue sin poder hablar. A esto, hay que sumarle el posible autismo que le acompaña, que, pese a no estar reconocido aún, los médicos ya se han referido a ello. Ahora, con su sordera la niña tiene un 33% de discapacidad y debe acudir a sus citas periódicas al otorrino en Hospitales de Sevilla y Jerez de la Frontera para saber si la niña sigue escuchando por sus implantes. Además, va también a un colegio especial para sordos en el que le dan apoyo necesario y Atención Temprana.

PÉRDIDA DE UNO DE LOS IMPLANTES

El año pasado, todo esto cambió. La menor perdió uno de sus implantes en la guardería. “La niña ese día salió de la guardería sin el implante. Ese día me llamaron diciendo que se la había perdido y aseguré que lo íbamos a encontrar, pero no apareció. Mi hija lleva sin uno de sus implantes más de un año y para ella es peor escuchar de un oído que con dos”, detalla Noemí.

"Ella se frustra mucho y se pone muy triste porque es muy difícil para ella entender que antes oía y dejó de hacerlo en ese momento"

Desde entonces, los padres hicieron todo lo posible para conseguirle uno nuevo, pero los ingresos bajos de la familia no permiten que se hagan cargo de este gasto de más de 9.000 euros. El problema llegó el 24 de diciembre, cuando Valentina dejó de escuchar por completo. Ese día, Valentina tiró de su implante, se cayó al suelo y se rompió. “Estuvo unos días sin oír nada. Ella se frustra mucho y se pone muy triste porque es muy difícil para ella entender que antes oía y dejó de hacerlo en ese momento. A nosotros nos pesaba muchísimo verla así y no poder hacer nada para ayudarla o consolarla”, escribe la madre en ‘Gofundme’ pidiendo ayuda para resolver la sordera de su hija.

“Cuando le arreglamos el implante se alegró un montón. Aunque no habla, empezó a reír ya abrazarnos como una forma de darnos las gracias. Que no tuviera sus implantes retrasó a la niña un montón, fue dar un paso para atrás. Cuando se lo arreglamos, Valentina estuvo gritando de felicidad y le dio un ataque de risa y de llanto. Ahora le queda en otro”.

Lo cierto es que para Valentina no es lo mismo escuchar por un oído que por los dos. Por eso, la madre hace todo lo que puede para poder pagar el implante que la pequeña necesita para poder escuchar a la perfección de nuevo y seguir aprendiendo y avanzando. “De momento no habla ni nada. Le está costando todo demasiado, y sin ninguno de sus aparatos, no escucharía nada y se quedaría muda porque al no escucharse, no puede hablar”.

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