VIH y hepatitis C en población vulnerable: crecen las cifras entre los consumidores de drogas

Las personas con problemas de drogadicción tienen un riesgo de contraer el VIH 35 veces mayor. Para luchar contra esta situacion, la ONU estableció los objetivos 90-90-90 en 2014.

Abuso de drogas (Foto: Freepik)
Abuso de drogas (Foto: Freepik)
Blanca Mas
1 julio 2022 | 17:45 h

Las personas que abusan de las drogas, incluyendo el alcohol y el tabaco, suelen enfermar con más frecuencia y más gravemente que aquellos que no ingieren este tipo de sustancias. Por ejemplo, el consumo de drogas inyectables está relacionado con una mayor probabilidad de padecer diversas enfermedades, entre ellas el VIH o la hepatitis B y C.

Son infecciones que se encuentran en la sangre y en menor medida en la saliva, el semen y otros fluidos corporales. Se contagian mediante el contaco directo con fluidos corporales infectados o a través de un pinchazo de aguja.

Según el Informe Mundial sobre las Drogas 2022 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en general los hombres tienen una mayor prevalencia de consumo de drogas, pero las mujeres son más propensas a tener un aumento más rápido de la tasa del consumo. También son las que tienen una mayor vulnerabilidad al VIH y la hepatitis C. De esta forma, el riesgo de mortalidad excesiva en las mujeres que consumen drogas suele ser mayor.

Las personas con problemas de drogadicción son más susceptibles de transmitir este tipo de virus a través de prácticas poco seguras, como compartir jeringuillas

Dado que la inyección de drogas suele ser una experiencia comunitaria, las personas con problemas de drogadicción son más susceptibles de transmitir este tipo de virus a través de prácticas poco seguras, como compartir jeringuillas. Así, el informe muestra que el 18% de las personas que se inoculan drogas, compartieron aguja la última vez que se inyectaron; el 34% afirmó que lo había hecho en el último mes, y un 33% confirmaba haberlo hecho en el último año.

MAYOR RIESGO DE CONTRAER VIH

Además, las personas que se inyectan drogas representaron el 9% de las nuevas infecciones por VIH en adultos en todo el mundo en 2020 y la proporción aumentó un 20% más que el año anterior fuera del África subsahariana. Aproximadamente, una de cada ocho personas que se inyectan drogas viven con el VIH, una enfermedad que al igual que la hepatitis C siguen afectando de forma desproporcionada a este grupo poblacional

Por otro lado, las últimas estimaciones del informe sugieren que en 2020 los toxicómanos tenían un riesgo de contraer el VIH 35 veces mayor que el de las personas que no se inyectan drogas. Como herramienta, la ONU estableció los objetivos 90-90-90 en 2014, con el objetivo de que para 2020 el 90% de las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico, el 90% reciba el tratamiento antirretroviral y el 90% de los diagnosticados que reciban el tratamiento, logren la supresión vírica.

Las personas que se inyectan drogas representaron el 9% de las nuevas infecciones por VIH en adultos en todo el mundo en 2020 y la proporción aumentó un 20% más que el año anterior

La población que se ha contagiado de VIH a través de las drogas parece estar especialmente lejos de estos objetivos, como muestra el informe. En concreto, en Europa y Asia Central.

Cabe destacar que Europa Oriental y Asia Sudoccidental siguen siendo las subregiones con la mayor prevalencia estimadas de VIH entre las personas que se inyectan drogas, con una de cada cuatro personas. Europa del Este y Asia Central son la región con la epidemia de VIH que más rápido crecimiento en el mundo ha tenido.

EL 48,9% VIVEN CON HEPATITIS C

El uso de drogas inyectables también desempeña un papel importante en la perpetuación de la epidemia mundial de hepatitis C, ya que la OMS estima que el 23% de las nuevas infecciones de esta patología son atribuibles a esta práctica.

La OMS estima que el 23% de las nuevas infecciones de esta patología son atribuibles a la inyección de drogas

La estimación global de 2020 muestra que un 48,9% de las personas que se inyectan drogas viven con hepatitis C, lo que representa una estimación del 5,5 millones ciudadanos. Si bien esta cifra es inferior a la estimación de 2019 (50,2%), cualquier tendencia debe considerarse con precaución, ya que el descenso es el menor esperado por la ONU. El 79% de toxicómanos que viven con hepatitis C residen en el este y sudeste de Asia, Europa y América del Norte.

Si hablamos de la hepatitis B, es también una infección hepática potencialmente mortal. Sin embargo, a diferencia de la hepatitis C, la hepatitis B puede prevenirse con vacunas que son seguras y eficaces. El informe muestra que en 2020 el 7,9% de la población que se ha inoculado droga sufre hepatitis B.

CONVIVIR CON HEPATITIS C Y VIH A LA VEZ

En el caso de las personas que se inyectan drogas que viven tanto con VIH como con la hepatitis C, la presencia de hepatitis C puede complicar el tratamiento de VIH, y las personas que conviven con el VIH experimentan una progresión más rápida de la enfermedad de la hepatitis B.

La coinfección entre las personas que se inyectan drogas es muy alta, ya que se calcula que el 82% de las personas de este tipo conviven con estas dos patologías, lo que supone 1,1 millones de personas.

LAS MUERTES SIGUEN AUMENTADO

Dentro del número total de muertes atribuidas al consumo de drogas, hay un aumento importante. Los datos oportunos sobre las muertes mundiales subieron a 494 mil muertes relacionadas en 2020. En este informe,se muestra cómo hay un aumento del 17,5% de muertes entre 2009 y 2020.

Los datos oportunos sobre las muertes mundiales atribuidas al consumo de drogas subieron a 494 mil muertes relacionadas con las drogas en 2020

Estados Unidos fue el país que más muertes experimentó. Las estimaciones preliminares apuntan a más de 107.000 muertes por sobredosis en 2021, frente a unas 92.000 en 2020.

Ante todas estas cifras, desde el Instituto Nacional del Abuso de drogas piden "incluir iniciativas de mitigación de daños basadas en la investigación, como los servicios de intercambio de jeringas, ya que se ha demostrado que reducen la transmisión del VIH y la hepatitis C y ayudan a conectar a las personas con tratamiento para la adicción y otras enfermedades".

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