Sacar a flote a los sistemas sanitarios: la OMS apuesta por la colaboración público-privada

La Organización Mundial de la Salud para la Región Europea ha hecho público un informe con acciones para “optimizar las alianzas público-privadas para la salud” ante la situación de los sistemas sanitarios

Fachada OMS (Foto. OMS)

La pandemia Covid-19 supuso un importante golpe a unos maltrechos sistemas sanitarios que pasada la emergencia se han visto desangrar: falta personal, recursos sanitarios, sigue habiendo importantes listas de espera y los profesionales sanitarios se manifiestan por sus condiciones laborales no solo en España, sino también en países como Inglaterra, Francia, Italia e incluso Alemania. La sanidad pública agoniza mientras los diversos gobiernos buscan la forma de hacerla revivir con diversas estrategias: mejora de las condiciones laborales, mayor inversión en especialidades como Atención Primaria y colaboración público-privada.

Este último paso es cada vez más común en la región europea, por eso la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el continente ha realizado un nuevo informe con acciones clave que los gobiernos pueden tomar para optimizar las alianzas entre ambos sectores en el cuidado de la salud. “En un momento en el que los presupuestos en Sanidad están bajo presión, teniendo en cuanta la situación económica actual, las alianzas pueden parece un alivio para los presupuestos públicos”, señala en nota de prensa el Dr. Tamás Evetovits, jefe de la Oficina de Financiación de Sistemas de Salud de la OMS en Barcelona. Sin embargo, añade, “la solución no siempre es sencilla. Los contratos de alianzas público-privadas firmados hoy se reflejarán en los presupuestos públicos mañana, especialmente una vez que se establezcan esas instalaciones, equipos y servicios, y se deba pagar la factura”.

Es importante que mientras se barajan modelos de financiación público-privada, se siga invirtiendo, “sin reducciones”, en ámbitos como Atención Primaria

Los expertos llaman a conseguir colaboraciones eficientes y que representen la opción más rentable y que empiece primero en proyectos pequeños, como servicios de diagnósticos especializados o servicios clínicos. Es importante, señala además el organismo internacional, que mientras se barajan modelos de financiación público-privada, se siga invirtiendo, “sin reducciones”, en aquellos sistemas que no entran dentro de estos programas, como es la Atención Primaria.

En el documento se establecen tres modelos que suponen más o menos riesgos y beneficios para las políticas sanitarias. El primer modelo es el que recoge los pequeños proyectos que pueden contar con contratos con el sector privado, encargado de abastecer a las clínicas de equipo para actividades como radioterapia o diálisis, o sistemas de diagnósticos con materiales de laboratorio o de imagen. El modelo 2 se da cuando se hace una concesión para que el operador privado realice actividades como la operativa del servicio de ambulancias, mientras los servicios clínicos pertenecen al sector público. Y en el último modelo el sector privado se encargaría también de la gestión de algunos servicios sanitarios asociados.

Estos modelos están ya en marcha en varios países, incluido el nuestro. Para hacer colaboraciones más eficientes y que ayuden a solventar los problemas de presupuesto por los que pasa la Sanidad, la OMS destaca la necesidad de: realizar un buen abordaje y valoración de las diversas alternativas, teniendo en cuenta el papel por un lado de la inversión y por otro de la adquisición para conocer cuál es la manera más beneficiosa a nivel de coste, riesgo y beneficio de obtener los equipos precisos; tener en cuenta los costes y riesgos a largo plazo de la contratación; crear un plan estratégico para modernizar las infraestructuras y salvaguardar la sostenibilidad financiera futura del sistema de salud, algo que deben realizar los propios gobiernos y no agencias externas; y tener un equipo que se encargue del diseño de contratos y de estructuras de seguimiento del rendimiento de los acuerdos que se alcancen a nivel local.

EL CASO DE ESPAÑA: COLABORACIÓN Y LEY DE EQUIDAD

En España, los expertos llaman a una colaboración público-privada más eficaz. El primer mes de la pandemia Covid-19, en marzo de 2020, los centros hospitalarios privados del país asumieron el 19% de los pacientes Covid-19 (más de 22.000 pacientes) y el 10% de los ingresos en UCI (cerca de 1.100 pacientes). "Esta crisis ha puesto de manifiesto de forma fehaciente cómo el sistema sanitario es único, con provisión pública y privada, y que unir fuerzas y recursos suma y mejora la calidad de la asistencia", aseguraba entonces Marta Villanueva, directora general del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS).

A nivel nacional, el principal escollo existente es la Ley de Equidad, Cohesión y Universalidad del Sistema Nacional de Salud (SNS). Esta ley impulsada por el Gobierno, pero que todavía no ha salido adelante, excluiría la “colaboración público privada” para el Partido Popular, mientras que para el socio de Gobierno, Podemos, no pone suficientes barreras para prohibir esa colaboración. Desde la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi denunciaba que esta ley “acaba con la complementariedad del SNS y supone un riesgo sin precedentes en la sostenibilidad del sistema”, y desde IDIS advierten que supondría el aumento de hasta un 153% de las listas de espera.

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