¿Están preparados los países fronterizos con Ucrania para dar respuesta sanitaria a los refugiados?

Analizamos la situación en términos de salud y atención sanitaria de los países fronterizos con Ucrania y cómo la continúa llegada de refugiados por la guerra puede afectar a la capacidad asistencial de la región.

Un voluntario ofrece pan caliente a un niño en Isaccea, Rumanía, que cruzó el Danubio con su madre en un ferry desde Ucrania (Foto. UNICEF/UN0602237/Câtu)
Un voluntario ofrece pan caliente a un niño en Isaccea, Rumanía, que cruzó el Danubio con su madre en un ferry desde Ucrania (Foto. UNICEF/UN0602237/Câtu)

La invasión de Rusia a Ucrania, lejos de dividir a los países de la Unión Europea, los ha unido en un frente común para ayudar en todo lo posible a los cerca ya de tres millones de refugiados que han huido de la guerra según los datos ofrecidos por la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR). El viejo continente asiste al mayor movimiento de refugiados desde la II Guerra Mundial y uno de los principales retos es que alrededor del 50% de las personas que abandonan Ucrania son niños.

La ofensiva rusa no cesa en su avance y cada día aumenta la crudeza de los ataques que han convertido a la población civil en parte de sus objetivos a batir. Por el momento, la Unión Europea no ha establecido un mecanismo para facilitar el traslado de los refugiados ucranianos enfermos a hospitales de toda la UE con el objetivo de evitar que los sistemas sanitarios de los países vecinos se vean saturados. La Comisaria de Salud europea, Stella Kyriakides, ha declarado que la Unión Europea planea instalarse junto a los centros de triaje fijados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en las fronteras de Ucrania, y así poder hacer un primer diagnóstico in situ para acelerar las transferencias médicas.

La inmensa mayoría de los refugiados se trasladan a los países limítrofes con Ucrania. Polonia, Eslovaquia, Hungría, Rumanía y Moldavia han abierto sus puertas a las decenas de miles de personas que buscan salvar sus vidas. Situación que genera el caldo de cultivo perfecto para el desarrollo de brotes de enfermedades infecciosas, más en un contexto epidemiológico dominado por la Covid-19 que ya tensiona de forma significativa los sistemas sanitarios de estas naciones que ahora tienen que dar respuesta a las necesidades sanitarias de los refugiados.

FALTA DE PROFESIONALES MÉDICOS EN POLONIA

“Esto es una crisis de refugiados. Pido a las organizaciones internacionales y a los Estados que ayuden. De lo contrario, nos encontraremos en una situación muy difícil”, ha afirmado recientemente en rueda de prensa el presidente de Polonia, Andrzej Duda. Según los datos de las autoridades polacas alrededor de 100.000 personas cruzan cada día la frontera entre Polonia y Ucrania. La cifra se acerca ya a los dos millones de refugiados.

Los datos de ACNUR indican que más de la mitad de todos los refugiados ucranianos se han dirigido a Polonia. Las autoridades polacas han habilitado, entre otros, ocho centros de acogida en Varsovia y destinado 70.000 camas hospitalarias para los heridos de guerra. Incluso se ha dispuesto un tren medicalizado con el objetivo de poder transportar heridos desde Ucrania.

De acuerdo con el informe “State of health in the UE”, elaborado por la Comisión Europea y relativo al perfil sanitario de Polonia en 2021, el gasto en salud en el país se ha mantenido de forma constante a lo largo de la última década por debajo de la media de la Unión Europea (tanto en términos de renta per cápita como en porcentaje del PIB).

Según los datos de Eurostat, Polonia tiene la tasa más baja de médicos en ejercicio por cada 1.000 habitantes de toda la UE: 2,4 frente a 5,1

La pandemia ha motivado la inyección de fondos adicionales en 2020 para apoyar la respuesta del sector salud. Alrededor del 72% del  gasto en salud en Polonia proviene de fuentes públicas, representando el gasto privado alrededor del 20%, principalmente en medicina ambulatoria. La Atención Primaria se convirtió en la primera línea de defensa frente al virus y se ha visto desgastada en estos más de dos años de crisis sanitaria.

El sistema sanitario polaco puede verse condenado al colapso en un breve espacio de tiempo si los refugiados que necesitan atención sanitaria no son derivados a otros países de la Unión Europea y repartir así la asistencia. Y es que, retomando los datos del referido informe, el 39% de los adultos polacos tienen, al menos, una enfermedad crónica (datos de 2019). Una proporción ligeramente superior a la media de la UE que se sitúa en el 36%. El dato se incrementa hasta el 70% en los mayores de 65 años

En 2019 el gasto sanitario total en Polonia representó el 6,5% del PIB, una proporción muy inferior a la media de la UE, con un promedio del 9,9%. En términos de renta per cápita, el gasto sanitario en Polonia ascendió en 2019 a los 1.582 millones de euros. Más de un tercio (37%) del gasto sanitario en Polonia se dirigió en 2019 a la atención hospitalaria (cuarta cifra más alta de la UE) y el 31% a la atención ambulatoria.

El sistema de salud polaco muestra grandes desequilibrios en la prestación de servicios, con una infraestructura concentrada en el sector hospitalario, pero escasez de centros de Atención Primaria y de diagnóstico. El número de camas de hospitales por cada 1.000 habitantes en 2019 era de 6,2, por encima del 5,3 reportado de media por la UE. El problema es que estas camas se encuentran distribuidas de forma desigual en el país.

Según los datos de Eurostat, Polonia tiene la tasa más baja de médicos en ejercicio por cada 1.000 habitantes de toda la UE: 2,4 frente a 5,1. Muchas regiones del país denuncian la falta de profesionales de la salud, actuando en las zonas más rurales los médicos de Atención Primaria en muchas ocasiones como “especialistas”. Y esto a pesar de que el número de médicos de Atención primaria es el segundo más bajo de la UE: 9% frente al promedio comunitario del 21%.

DESIGUAL ACCESO A LA SANIDAD EN RUMANÍA

Rumanía se ha convertido en otro de los países receptores de refugiados. El Gobierno anunciaba a finales del pasado mes de febrero la preparación de seis centros de asilo para los refugiados ucranianos con alrededor de 1.100 plazas.

A pesar del aumento en el número de profesionales sanitarios en la última década en Rumanía, la densidad de médicos y enfermeras se mantiene por debajo de la media de la UE: 3,2 médicos en ejercicio por cada 1.000 habitantes frente al promedio comunitario de 3,9

Según los datos del “State of Health in the EU 2021” sobre el país, el gasto en Sanidad ha aumentado a lo largo de la última década, pero se sitúa como el segundo más bajo de la Unión Europea. Alrededor del 44% del gasto sanitario en 2019 se destinó a la atención hospitalaria, siendo la proporción más alta entre los Estados miembros.

A pesar del aumento en el número de profesionales sanitarios en la última década en Rumanía, la densidad de médicos y enfermeras se mantiene por debajo de la media de la UE: 3,2 médicos en ejercicio por cada 1.000 habitantes frente al promedio comunitario de 3,9. En el caso de los profesionales de enfermería, Rumanía cuenta con una tasa de 7,5 por cada 1.000 habitantes frente al 8,4 de media de la UE.

Cabe destacar que Rumanía es de los países de la UE con mayor volumen de médicos formados con un sistema que generó en 2019 4.967 médicos (quinta posición de la UE) y 17.549 enfermeras (tercera posición entre los Estados miembros). El problema es que la migración de estos profesionales hace que Rumanía cuente con déficit de profesionales que repercute negativamente en términos de calidad asistencial.

Uno de los principales problemas del sistema sanitario rumano es que muchas de las zonas rurales del país están desatendidas lo que pone de manifiesto una creciente brecha de desigualdad en el acceso a la Sanidad.

HUNGRÍA ‘LUCHA’ CONTRA LA FALTA DE PROFESIONALES

Ponemos el foco ahora en los resultados del “State of Health in the EU 2021” elaborado por la OCDE en relación a los resultados de Hungría. De acuerdo con este análisis el gasto sanitario en Hungría aumentó a un ritmo moderado en los años previos a la pandemia. Un crecimiento insuficiente que mantiene a Hungría por debajo de la media de los países europeos.

Uno de los aspectos más destacados de la salud de los húngaros es que la esperanza de vida al nacer ha pasado de los 71,9 a los 75,7 años entre los años 2000 y 2020. A pesar de esto la esperanza de vida al nacer del país se mantiene casi cinco años por debajo de la media reportada por los países de la Unión Europea. Cabe señalar que cerca del 40% de los adultos húngaros ha informado de, al menos, una enfermedad crónica (la media europea es del 36%).

Si hablamos de profesionales sanitarios entre los años 2010 y 2020 la cifra de graduados en Medicina en el país creció un 50%. En 2019 Hungría contaba con un volumen de médicos de 3,5 por cada 1.000 habitantes, un 30% más que en el 2000 pero por debajo de la media de la UE (3,9). En este mismo periodo el número de profesionales de enfermería se incrementó un 25% llegando a 6,6 por cada 1.000 habitantes. Dato que también se sitúa por debajo del promedio europeo de 8,4.

En 2019 Hungría contaba con un volumen de médicos de 3,5 por cada 1.000 habitantes, un 30% más que en el 2000 pero por debajo de la media de la UE (3,9)

Uno de los problemas sanitarios persistentes en Hungría ha sido la escasez de profesionales como consecuencia, en gran medida, de los bajos salarios. Situación que ha provocado su migración a otros países europeos desde su adhesión al bloque en 2004. Especialmente aguda es la carencia de enfermeras y médicos de salud pública que se acentúa en muchas regiones del país. El Gobierno ha implantado diversas políticas en los últimos años para paliar este problema.

ESLOVAQUÍA, GASTO EN SANIDAD POR DEBAJO DE LA REGIÓN

Eslovaquia destina mucho menos dinero a la Sanidad que la media de la UE, tanto en términos absolutos (1.600 euros por personas en 2017), como en porcentaje del PIB (6,7), según los datos de la OCDE relativos a 2017 recogidos en su “State of Health in the EU 2019”. Hablamos de un gasto hasta un 40% menor que el promedio de los Estados miembros.

Un aspecto característico del país es que cuenta con una de las comunidades romaníes más grandes de Europa. Una población que se enfrenta a  la exclusión social en todos los ámbitos de su vida, especialmente en lo referente al acceso a la Sanidad, mucho peor que el de la población eslovaca general. Este hecho se traduce en una alta tasa de mortalidad infantil que radica precisamente en las elevadas tasas de mortalidad de los niños entre la comunidad romaní.

En 2017 Eslovaquia contaba con una densidad de médico cercana a la media europea: 3,4 profesionales por cada 1.000 habitantes frente a 3,6. Es de los pocos países europeos que ha reportado un descenso en el número de profesionales de enfermería entre los años 2000 y 2017. El informe destaca el desigual acceso a la Atención Primaria en función de las regiones del país, criticando que el sistema necesita mejoras ante la mala percepción que la población tiene de los médicos de Atención Primaria. Esto hace que muchos eslovacos opten directamente por acudir a los especialistas.

MOLDAVIA, CERCANA AL COLAPSO

Finalizamos nuestro análisis con Moldavia, país que no pertenece a la Unión Europea y que se erige como uno de los más pobres de la región. A pesar de esto más de 350.000 refugiados ucranianos habrían cruzado ya su frontera con el objetivo de alcanzar otros países europeos como es el caso de República Checa. Desde que comenzó la invasión de Rusia a Ucrania el país ha visto incrementada su población en un 4% en apenas 10 días.

El informe elaborado por la OMS en 2019 sobre el estado de la atención sanitaria y salud de Moldavia indica que la disponibilidad de profesionales médicos y de enfermería ha aumentado de forma sustancial desde el año 2000, alcanzando cuotas cercanas a las de los países limítrofes. El número de camas hospitalarias se mantiene en el mismo nivel desde el año 2000.

El gasto en Sanidad aumentó del 6,6% en el año 2000 al 11,8% en 2013.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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