Los resultados de un reciente estudio abren nuevas vías para el tratamiento de la artrosis

Los investigadores han trabajado con la administración de dos moléculas denominadas alfa-KLOTHO y TGF beta receptor 2 y, por el momento, ha reportado su éxito en ratones y en células humanas aisladas.

Se han probado también en condrocitos humanos aislados, con el objetivo de poder determinar si los resultados obtenidos pueden ser replicados en seres humanos (Foto. Freepik)
Se han probado también en condrocitos humanos aislados, con el objetivo de poder determinar si los resultados obtenidos pueden ser replicados en seres humanos (Foto. Freepik)
Ángel Luis Jiménez
20 marzo 2020 | 09:45 h
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El 80% de la población con edades superiores a los 70 años padece artrosis. Nos encontramos ante una de las patologías que más afecta a las personas con el paso de la edad (según datos del Estudio EPISER 2016, la prevalencia en la población española mayor de 40 años es del 29,4%) y es responsable de gran parte de los problemas relacionados con la movilidad.

En la actualidad, la artrosis no tiene cura, y la mayoría de los tratamientos con los que se cuenta son de carácter paliativo. Los medicamentos contra el dolor son la base de éstos, que se combinan con recomendaciones como la pérdida de peso, la realización de ejercicio físico o el uso de dispositivos de apoyo que faciliten el movimiento como medidas para aliviar los dolores producidos por la artrosis.

Ante esta fotografía, la investigación se erige como uno de los grandes aliados para los enfermos de artrosis. En este sentido, ponemos el foco en un reciente estudio desarrollado por un equipo de expertos del Instituto Salk de Estudios Biológicos de California (Estados Unidos), coordinados por el doctor Juan Carlos Izpisúa, y que ha sido dirigido por el doctor Pedro Guillén, de la clínica CEMTRO de Madrid.

LOS NUEVOS HALLAZGOS

El grupo de investigadores ha descubierto un posible tratamiento farmacológico, un avance que puede suponer una gran esperanza para todos aquellos que padecen esta patología articular, que afecta principalmente a las manos, las caderas y las rodillas.

Una de las consecuencias del envejecimiento es el deterioro del cartílago articular, causado por una homeostasis deteriorada y una limitación de su capacidad para repararse, lo que contribuye al desarrollo de la artrosis, y esto provoca dolor, hinchazón y rigidez en las articulaciones. Tomando como referencia esta situación, los investigadores se han centrado en identificar un tratamiento capaz de fomentar las propiedades regenerativas.

Una de las consecuencias del envejecimiento es el deterioro del cartílago articular, causado por una homeostasis deteriorada y una limitación de su capacidad para repararse

Para ello se ha trabajado con la administración de dos moléculas denominadas alfa-KLOTHO y TGF beta receptor 2. Ambas afectan a las moléculas que rodean las células del cartílago. El objetivo de su aplicación es evitar que se degrade el soporte y evitar que las células del cartílago sufran apoptosis, además de favorecer la producción de nuevas células.

PRIMEROS RESULTADOS POSITIVOS

Los investigadores explican en la citada publicación que han administrado un virus inofensivo en ratones con artrosis para indicar a su ADN la producción de los dos citados tipos de moléculas. Los resultados de estos ratones se han comparado con los de otro grupo que durante el periodo de seis semanas que ha durado el ensayo recibieron únicamente placebo.

Los ratones que no recibieron el tratamiento vieron incrementada su artrosis en las rodillas, pasando de la etapa 2 previa al inicio de la investigación a una etapa 4. En el caso de los ratones que recibieron la administración de las moléculas se reportó una importante mejoría sustentada en el incremento del grosor y calidad del cartílago, así como una proliferación de condrocitos.

La principal conclusión expuesta por los investigadores señala que la combinación de medicamentos ha tenido un efecto positivo en los genes que guardan relación con la inflamación y la respuesta inmunitaria.

Se ha conseguido aumentar el número de moléculas involucradas en la proliferación celular de los condrocitos, la formación de matriz extracelular y la identidad celular del cartílago

Estas pruebas no se han realizado únicamente con ratones. Se han probado también en condrocitos humanos aislados, con el objetivo de poder determinar si los resultados obtenidos pueden ser replicados en seres humanos. En este sentido los investigadores responsables del estudio han manifestado que se ha conseguido aumentar el número de moléculas involucradas en la proliferación celular de los condrocitos, la formación de matriz extracelular y la identidad celular del cartílago, y, por tanto, el grosor del cartílago, sentando las bases de un futuro más esperanzador para los enfermos de artrosis.

“En conjunto, los datos sobre células humanas destacan las posibles aplicaciones de alfa-KLOTHO y TGF beta receptor 2 como factores potenciales para el mantenimiento del fenotipo condrocítico en humanos. Presumimos que ambos factores podrían ser útiles para tratar la artrosis en humanos ya que nuestro modelo recapitula los fenotipos de artrosis en pacientes humanos”, destacan los investigadores indicando que “se necesitan estudios adicionales para garantizar su efectividad y seguridad en ensayos clínicos”.

Los resultados de esta investigación han sido publicados en la revista Protein & Cell.

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