De acuerdo a los datos ofrecidos por el último informe publicado sobre Demografía Médica del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) en el que participó CESM, en lo que llevamos de siglo el número de mujeres en Medicina se ha duplicado, pasando de 67.713 en el año 2000 a 127.979 en 2017, un incremento del 37,8 al 50,4%.
En la actualidad entre los médicos en activo el 52,4% son mujeres, la mayoría de ellas menores de 55 años, un porcentaje que se elevará notablemente con las numerosas jubilaciones que se prevén en los próximos años, que provocarán que el porcentaje de feminización en la medicina se acerque al 70%. Con estos datos, España se sitúa por encima del promedio de feminización europeo.
Una situación similar a la experimentada por los médicos que se encuentran en formación. En las facultades de Medicina la presencia femenina supera el 70% del total del alumnado matriculado. Según datos del Ministerio de Sanidad, en el MIR de 2018 el 62% de las aspirantes eran mujeres, llegando al 64,1% en la prueba de 2019. Entre los médicos residentes, ellas ocupan el 66,1% de las plazas, con especialidades especialmente feminizadas como Bioquímica Clínica, Pediatría, Alergología, Obstetricia y Ginecología y Geriatría.
En la actualidad entre los médicos en activo el 52,4% son mujeres, la mayoría de ellas menores de 55 años, un porcentaje que se elevará notablemente con las numerosas jubilaciones que se prevén en los próximos años
Cabe señalar que, por otro lado, ser mujer es un factor que se debe tener en cuenta en la lacra social de las agresiones a los profesionales médicos.
Según el último informe del Grupo de Trabajo Técnico sobre Agresiones a Profesionales del Sistema Nacional de Salud (SNS), en 2018 se produjeron 9.741 agresiones, de las que 5.117 fueron sufridas por médicas, llevándose la peor parte los facultativos del área hospitalaria.
Respecto a las condiciones laborales en el ámbito médico, no existen diferencias retributivas entre hombres y mujeres, pero ellas sí cuentan con un agravio vinculado a una situación inherente a la mujer como es el embarazo, donde se readapta el puesto de trabajo o se eliminan situaciones de riesgo, casi siempre vinculadas a mermas retributivas y de desarrollo profesional, en algunos casos obligando a situaciones de Incapacidad Temporal (IT) para evitar esa merma.
“Ante esta situación, desde la CESM pedimos al Ministerio de Sanidad que introduzca un complemento temporal en forma de coeficiente corrector que se aplique sobre la media de guardias de los meses anteriores al inicio de la adaptación del puesto de trabajo para que la pérdida retributiva que se produce para la mujer en la situación de embarazo y acumulo de lactancia se subsane, y no dependa de la aplicación que haga una determinada comunidad autónoma. Instamos a que el ministerio asuma su papel de garante de la cohesión en el Sistema Nacional de Salud y no penalice a la mujer por ser madre”, solicitan desde CESM.
“Entendemos que es una medida que tiene que fijarse a nivel estatal, pero mientras se articula, instamos a las Comunidades Autónomas a que empiecen a valorar e introducir este complemento”, concluyen