Los epidemiólogos piden que el nuevo Gobierno no se olvide de la salud pública

El Grupo de Trabajo Sobre Vigilancia en Salud Pública de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) ha celebrado su IX Jornada sobre Vigilancia en Salud Pública, ‘Grandes retos, grandes cambios'

Grupo de Trabajo Sobre Vigilancia en Salud Pública de la Sociedad Española de Epidemiología (Foto: SEE)
Grupo de Trabajo Sobre Vigilancia en Salud Pública de la Sociedad Española de Epidemiología (Foto: SEE)

El Grupo de Trabajo Sobre Vigilancia en Salud Pública de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) ha celebrado su IX Jornada sobre Vigilancia en Salud Pública, ‘Grandes retos, grandes cambios'. Los expertos han consesuado en esta cita que "la incertidumbre política no debe frenar el desarrollo de la Ley General de Salud Pública y de la Red Estatal de Vigilancia en Salud Pública".

Además, se ha determinado, la futura red de vigilancia deberá poner el foco en el control del cáncer, la salud laboral, los riesgos medioambientales y el abordaje de los determinantes sociales de la salud. Para ello, también será necesario dotar de recursos a los servicios de salud pública. 

El Instituto de Salud Carlos III ha sido el encargado de acoger esta sesión en la que, a través de dos mesas redondas, se han abordado algunos de los aspectos que más impacto van a tener en el futuro desarrollo de la vigilancia en salud pública en nuestro país. La primera mesa programada ha tratado sobre el impacto y el cumplimiento de los compromisos políticos de la Declaración de Zaragoza y de la Estrategia de Vigilancia en Salud Pública, así como de la entrada en vigor del futuro Real Decreto de Vigilancia en Salud Pública

La futura red de vigilancia deberá poner el foco en el control del cáncer, la salud laboral, los riesgos medioambientales y el abordaje de los determinantes sociales de la salud

Sobre la Estrategia de Vigilancia, los expertos han coincidido en que su existencia es una buena noticia, puesto que aporta una visión amplia y detallada de la situación actual y recoge una serie de propuestas para modernizar la vigilancia. No obstante, han lamentado que se haya tardado más de 25 años en ponerla en marcha y haya tenido que ser a raíz de una pandemia. Asimismo, han señalado que la mayoría de las estructuras de salud pública están en crisis.

Los epidemiólogos también han advertido de que, en este momento de incertidumbre política, temen que la futura Red Estatal de Vigilancia en Salud Pública no se lleve a cabo pese a lo avanzado de su desarrollo y a contar con una hoja de ruta ya definida. Esta red, fundamental para trabajar de manera coordinada, debe poder disponer de datos accesibles que proporcionen la información más precisa posible. Han recalcado el papel de la comunidad matemática en la generación y el análisis de los datos de vigilancia en salud pública. En este sentido, han defendido que su labor puede ser de gran ayuda en la detección precoz de situaciones de alerta, en el proceso de toma de decisiones o en la identificación de nuevas líneas de trabajo, innovación o investigación. Además, su participación resulta fundamental para paliar sesgos en los datos y corregir posibles desviaciones.

Asimismo, han insistido en que los sistemas de información sanitaria requieren de mayores inversiones en recursos informáticos, puesto que por lo general se usan tecnologías desfasadas, y recuerdan la necesidad mejorar la capacidad de análisis de los mismos mediante más recursos humanos, con la vista puesta en los sistemas de vigilancia que sería deseable tener para el año 2023.

La mayoría de las estructuras de salud pública están en crisis

La segunda mesa redonda ha abordado los retos y oportunidades de la nueva Red de Vigilancia en Salud Pública. Se ha asegurado que los sistemas de vigilancia en cáncer en España son una asignatura pendiente, y que constituyen una buena oportunidad para mejorar en ámbitos como la investigación, la prevención de riesgos o la evaluación de las medidas que se implantan. También han recordado que los sistemas de vigilancia epidemiológica tienen que empezar a incluir los riesgos ambientales asociados al cambio climático como las olas de calor, los incendios forestales, el aumento de la contaminación en las ciudades o la sequía, entre otros. 

En cuanto a la colaboración de los sistemas de vigilancia con otros sectores, las participantes han remarcado que la cooperación intersectorial es fundamental, y son partidarias de potenciar el trabajo conjunto entre la epidemiología y la vertiente clínica de la sanidad, además de continuar colaborando con entidades educativas y de servicios sociales.

Finalmente han lanzado algunas propuestas para modernizar los sistemas de información de la vigilancia en salud pública y para afrontar los desafíos que supone la recopilación de datos, como digitalizar y simplificar procesos o conseguir un sistema de identificación única.

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