Las farmacias españolas estrenan protocolo para detectar señales de violencia de género

El personal de las farmacias comunitarias cuentan a partir de ahora con una serie de indicadores para detectar precozmente posibles casos de violencia de género y actuar según la gravedad de los mismos.

Farmacia. (Foto. CGCOF)

Las más de 22.000 farmacias españolas cuentan a partir de ahora con un nuevo protocolo para detectar las primeras señales de posibles casos de violencia de género y actuar en consecuencia. Esta nueva herramienta ha sido diseñada de forma conjunta entre la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, adscrita al Ministerio de Igualdad, y el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (CGCOF).

Este documento, dado a conocer este lunes, incluye una serie de indicadores a los que el personal de las farmacias podrá acogerse para “detectar que una mujer está sufriendo o ha sufrido violencia de género en algún momento en su vida”. Por ello, ya ha sido enviado a las farmaciascomunitarias para su conocimiento. Además, desde el Gobierno destacan que se trata de una medida recogida en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género.

El documento da herramientas al personal de farmacia para derivar a las víctimas a recursos especializadas, sensibilizar a profesionales y ciudadanos y hacer un seguimiento de los casos

El principal objetivo de este protocolo es fijar una “pautade actuación normalizada y homogénea” al personal de las farmacias y así orientarles “para que, ante una situación de violencia de género, facilite la información necesaria a las mujeres que acuden a una farmacia y requieran de atención integral –física, psicológica, emocional y social- por parte de recursos especializados”.

De forma específica, las autoridades impulsoras de esta herramienta tratan de dar herramientas a los farmacéuticos para “detectarprecozmente” estas situaciones y derivarles a “recursos especializados”. Además, buscan “sensibilizar y formar” al personal sobre la “gravedad” de estos casos, así como “hacer visibles las situaciones de especial vulnerabilidad”, contribuir a la “sensibilización de la población general” y llevar a cabo un “seguimiento del cumplimiento del protocolo establecido”.

CUATRO POSIBLES CASOS DE VIOLENCIA

El protocolo distingue cuatro posibles casos que podrían distinguirse en las oficinas de farmacia. El primero, el de aquellas mujeres que presentan indicadores de sospecha de sufrir violencia de género y que no quieren acudir a recursos especializados. Ante estos casos, debe “respetarse su decisión” y ofrecerle “que la farmacia está a su disposición”.

Otra posible situación es la de aquellas mujeres que sufren violencia de este tipo, que conviven con el agresor y piden atención para ella y/o sus hijos. A ellas, el profesional farmacéutico le informará sobre los recursos que existen a nivel provincial y “cuando sea necesario” contactar con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para poder trasladar a la víctima a un recurso concreto.

Igualdad y el CGCOF subrayan que la detección temprana ayudará a “prevenir el maltrato, o al menos prevenir sus secuelas e impedir que llegue a límites que pongan en peligro la vida de las mujeres”

Por otro lado, puede haber mujeres que han sufrido violencia en el pasado y que “manifiestan síntomas relacionados con la violencia sufrida y demandan atención especializada”. En estos casos, y a pesar de que la víctima no viva ya con el agresor, las farmacias comunitarias deberán informarle sobre estos recursos especializados.

Igualmente, existen casos de víctimas menores de edad de violencia de género por sus parejas o exparejas. El documento cita que “normalmente” estas personas no suelen acudir a las farmacias a solicitar ayuda de forma directa, sino que lo informan familiares o amistades. También se les informará de las herramientas disponibles.

INDICADORES DE DETECCIÓN

A partir de ahora, el personal farmacéutico contará con indicadores bien definidos para poder detectar precozmente posibles casos de violencia de género. Esta detección temprana ayudará, reza el documento, a “prevenir el maltrato, o al menos prevenir sus secuelas e impedir que este llegue a límites que pongan en peligro la vida de las mujeres”.

El protocolo señala multitud de síntomas psicológicos, físicos, situaciones de vulnerabilidad y aspectos comportamentales que ayudarán al farmacéutico a actuar de una u otra manera

Como indicadores clave, se refieren a síntomaspsicológicos como pueden ser la “baja autoestima”, el “sentimiento de culpa” o el “aislamiento familiar y social”, entre otros. También se habla de síntomasfísicos como “dificultades respiratorias”, la “cefalea” o “problemas en la piel”. Además, citan situaciones de mayor vulnerabilidad y dependencia, como el hecho de que una mujer esté embaraza, separada, jubilada, sea migrante o tenga algún tipo de discapacidad (intelectual, física, psíquica, etc.).

Del mismo modo, el protocolo define algunos aspectoscomportamentales tanto de la mujer que indica un posible caso de violencia como del supuesto maltratador. En el primer caso, citan ejemplos como la actuación “de manera evasiva”, presentar “una actitud temerosa” o evidenciar “ansiedad, angustia, depresión o tristeza”. En el segundo caso, podrían darse situaciones en las que el maltratador “no quiera dejarla sola” durante la entrevista, hable por ella, controle su documentación o la ponga en evidencia.

Finalmente, el documento señala aquellas decisiones y actitudes que pueden ser adoptadas por los profesionales farmacéuticos. Por ejemplo, citan pautas como “recibir a la mujer sola”, hacerle “preguntas facilitadoras”, comprender a la víctima, “escuchar sin interrumpir” o “no presionarla”. Además, aconsejan ofrecerle “un ambiente de seguridad, confidencialidad, empatía y escucha activa”. Por su parte, si se detecta que la mujer y/o sus menores están en peligro, se pide activar de forma inmediata “el sistema de protección policial, previo conocimiento de la mujer”.

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