La Comisión de Formación Continuada (CFC) de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid es la encargada de acreditar todas las actividades de formación médica de la Comunidad, siendo la que mayor influencia y experiencia tiene en España y la que acredita el mayor volumen de actividades a nivel nacional.
Este proceso, que se realiza vía telemática, siempre ha presentado retrasos asumibles a la hora de acreditar los diferentes cursos y jornadas de formación que llegan a la CFC pero en los últimos meses se ha creado una situación de verdadero atasco administrativo que está generando un malestar entre la clase médica debido a que hay acumulado multitud de expediente sin darles salida, lo que supone que los facultativos no pueden obtener los créditos de formación que necesitan para presentar como méritos en OPEs y otras oposiciones para optar a las correspondiente plazas ofertadas.
Es una situación totalmente inadmisible, ya que la Administración exige a los médicos que hagan formación y presenten estos méritos para optar a las plazas que se ofertan
La situación es verdaderamente caótica llegando a tener retrasos de cerca de un año para la concesión de créditos de formación. Una situación totalmente inadmisible ya que la Administración exige a los médicos que hagan formación y presenten estos méritos para optar a plazas de ofertan, y es la propia Administración, la que no les facilita la acreditación del trabajo realizado por los médicos, cayendo en un círculo vicioso de difícil solución si la Consejería de Sanidad de Madrid no hace nada para solucionar este monumental atasco administrativo cuanto antes.
Por otro lado, según ha podido saber ConSalud.es, la acreditación es un servicio público pero no gratuito, hay que pagar unas tasas que llegan hasta los 153 euros por actividad y se debe hacer obligatoriamente por vía telemática. Los propios técnicos de la Consejería de Sanidad de Madrid, responsables de esta gestión, se quejan continuamente de las condiciones de trabajo que tienen, sin medios ni personal para dar el servicio que se requiere y con tecnología totalmente obsoleta que además de dificultar su trabajo se producen continuos cortes de conexión que son impropios de una Consejería que presume de utilizar tecnología de última generación.