La escasez de médicos en el sistema sanitario español es un problema fehaciente en muchas comunidades autónomas. De hecho, será uno de los temas que presumiblemente se tratarán en el próximo Consejo Interterritorial de Sanidad del 8 de noviembre. Pese a ello, sin embargo, la última estimación del Gobierno sobre la necesidad de profesionales se remonta al año 2011 y en ella se esperaba que, con menos profesionales de los que cuenta actualmente el país, la situación estaría “equilibrada”, al menos hasta 2025.
Así, según el informe encargado por el Ministerio de Sanidad en 2011, y cuya finalidad era “contribuir a la mejora de la planificación de los Recursos Humanos sanitarios”, España contaba en 2009 con 162.213 médicos especialistas (tanto en la sanidad pública como en la privada), con una ratio de 345 profesionales por cada 100.000 habitantes. Y, de cara al año 2015, en función de los cambios demográficos, de la oferta MIR y de los numerus clausus universitarios, el informe calculaba que habría 164.865 facultativos con una ratio de 358 médicos por cada 100.000 habitantes.
El Gobierno calculó que en 2015 habría 358 médicos por cada 100.000 habitantes, pero la cifra se superó y actualmente ya hay 380 por la misma cantidad de población
Con estos datos, se congratulaba Sanidad, se demostraba que “las medidas de planificación iniciadas por el Ministerio están teniendo efecto, de modo que en 2025 la oferta-necesidad de especialistas en España estaría equilibrada en términos globales”.
Los cálculos realizados por el Gobierno, sin embargo, han fallado según los datos actuales puesto que, como recoge el último Informe del Sistema Nacional de Salud, España cuenta actualmente con 176.665 médicos y una tasa de 380 facultativos por 100.000 habitantes. Cifras mucho más halagüeñas que las previstas que, sin embargo, contrastan con el adelanto del déficit de sanitarios, especialmente para algunas especialidades, lo que no se preveía que ocurriera, como mínimo, hasta cerca de 2020.
LA PRECARIEDAD, POSIBLE EXPLICACIÓN
El hecho de que habiendo más médicos de lo previsto, y manteniéndose un número parecido de hospitales y centros sanitarios y una población que incluso se ha reducido, las autonomías tengan dificultades para encontrar a profesionales que quieran trabajar en su sistema sanitario puede deberse, entre otros aspectos, a la precariedad médica.
Y es que, aunque ya alertaba de que el mercado laboral podría influir en las previsiones, el informe de Sanidad de 2011 no analizaba la calidad de los contratos que tendrían los médicos. Unos contratos que, según los últimos datos de la Organización Médica Colegial (OMC), son cada vez más precarios.
Así, ya en 2014 hasta el 46,7% de los médicos que trabajaban en el sistema sanitario no tenían plaza en propiedad. Dos años más tarde, sin embargo, esta cifra ha aumentado hasta alcanzar el 58,3% en 2016. La precariedad laboral implica, por tanto, que aunque haya más médicos la rotación de profesionales sea mayor y el sistema sanitario requiera de más profesionales que antes con una cantidad de facultativos similar.
A ello, además, habría que añadir los más de 15.000 médicos españoles que han emigrado al extranjero en los últimos cinco años y el freno a la contratación de médicos extranjeros por parte del Gobierno.
Por todo ello, la falta de informes más recientes que ayuden a la planificación de los recursos humanos en el Sistema Nacional de Salud es una de las reivindicaciones constantes de las organizaciones representativas de los médicos españoles.