Los médicos de familia celebran su Día Mundial: “Aunque ya no esté en la consulta, siempre lucharé"

Con motivo del Día Mundial de la Medicina de Familia, ConSalud.es entrevista a Vicente Baos, facultativo recientemente jubilado después de casi 40 años de actividad y famoso en redes sociales por sus reivindicaciones en defensa de la profesión

Vicente Baos, durante su último día en activo en mayo del 2023 (FOTO: Cedida a ConSalud.es)
Vicente Baos, durante su último día en activo en mayo del 2023 (FOTO: Cedida a ConSalud.es)

Como cada año, desde que en 2010 lo propusiese la Organización Mundial de Médicos de Familia (WONCA), los millones de estos profesionales que ejercen actualmente en todo el planeta -cerca de 500.000 forman parte de WONCA, procedentes de 99 países- celebran su Día Mundial. En España son especialistas desde 1978, año en el que nació la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC) como la conocemos actualmente y durante el cual un por entonces veinteañero Vicente Baos afrontaba su segundo curso de la carrera de Medicina y Cirugía (cuando todavía era licenciatura). Más de cuatro décadas después, y ya recientemente jubilado, el doctor madrileño puede presumir de una prolífica carrera en la que siempre ha luchado por defender su -tan maltratada últimamente- profesión.

“Además, me acuerdo que empecé la residencia en junio de 1984 y me jubilé en mayo del año pasado, o sea que han sido casi cuatro décadas justas”, recuerda entre risas Vicente Baos durante una entrevista concedida a ConSalud.es. Aunque sigue residiendo en la sierra de Madrid, nos atiende desde Jávea, donde pasa largas temporadas junto a su mujer, disfrutando de un merecido retiro después de esas casi cuatro décadas ejerciendo en el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS). Primero lo hizo en Getafe, y después en Leganés, donde llegó a ser el representante de todas las unidades docentes de Medicina Familiar y Comunitaria (once áreas) en la Comunidad de Madrid.

"He hecho muchas cosas fuera, pero cada día yo tenía que estar en la consulta"

Sin embargo, sentía que le faltaba algo: “Tenía clases, tutorías, reuniones… pero no estaba en la consulta, y yo me había preparado para ser médico clínico”. Así, en 1993 renunció voluntariamente al puesto y comenzó a trabajar en un centro de salud de Collado Villalba, el mismo en el que se jubiló en 2023. Desde entonces siempre ha pasado allí consulta, hasta el punto de que lo han propuesto para que el centro de salud lleve su nombre a partir de ahora. “También he hecho cosas fuera. He dado clases en la universidad, he sido experto en la Agencia Española y Europea de Medicamentos, he participado en libros, documentos… pero cada día yo tenía que estar en la consulta”.

Por eso le da tanta lástima la situación en la que se encuentra actualmente su especialidad, que cada año deja más plazas libres en la convocatoria de Médico Interno Residente (MIR). La de 2024 ha sido la más sangrante de la historia, con un total de 246 vacantes de Medicina Familiar y Comunitaria sin dueño. “Yo hice el MIR cuando menos plaza había, eran 1.300 para todas las especialidades. De ahí vienen los problemas de ahora, porque en los 80 parecía que sobraban médicos”, señala Vicente Baos, quien se decantó por la Medicina de Familia porque en ese momento era algo “novedoso” y que le ofrecía una visión global de la profesión.

“Lo hice convencido, con ganas, y por eso he hecho también siempre cosas para potenciar la figura del médico de familia y para validarla científicamente. Ahora parece que hay un deterioro de la especialidad y de su concepto, pero al contrario, es más necesaria que nunca. Me da mucha pena, porque también supone perder una oportunidad de modernidad del país. Es una pérdida de justicia social, de luchar contra las desigualdades y de mantener una sanidad pública de calidad, que antes era seña de identidad”, denuncia el ex médico. “Y es algo que ahora a mí también me afecta como paciente, claro. Antes me manejaba yo solo en la consulta, ahora tengo que pedir cita, como todo quisqui”, añade entre risas.

“Hemos llegado a un estancamiento total, y no parece que haya una visión clara para cambiar la situación”

Y es que el veterano doctor no ve el futuro nada claro: “Hemos llegado a un estancamiento total, y no parece que haya una visión clara para cambiar la situación”. “El tema del número de plazas que han quedado libres no es lo esencial, o al menos a mi no me lo parece. Si tú ofreces 8.000 y los que realmente quieren son 3.000, pues evidentemente van a sobrar 5.000. Siempre va a pasar eso si tú ofreces algo bajo tu cálculo teórico de que necesitas X, sin tener en cuenta los intereses personales de la gente. Lo que produce todo eso es un deterioro aún mayor de la Medicina de Familia, porque no se enteran de lo que está pasando”, insiste.

Por eso, como defiende continuamente en su cuenta de lo que antes se conocía como Twitter -donde ya roza los 33.000 seguidores-, Vicente Baos se muestra muy crítico con el hecho de que los encargados de tomar las decisiones sobre sanidad en España no vivan el día a día de las consultas para saber lo que realmente ocurre. “Traicionan sistemáticamente las ideas de la Medicina de Familia en base a su comodidad y poder. No tienen ni idea, y es muy peligroso”, critica el experto, en cuya biografía de X afirma que, “aunque ya no esté en la trinchera, siempre seré un médico de Familia”. “Yo ya no estoy en la consulta, y a pesar de que tengo mis ideas, no voy a estar tan implicado. Pero siempre apoyaré, reivindicaré, y, cuando me pidan una opinión, la daré”.

UNA NUEVA VIDA

A Vicente Baos ahora le toca ver los toros desde la barrera. Asegura tener una vida familiar muy tranquila, en la que está aprendiendo a tocar el piano, se ha vuelto un “cocinillas” y disfruta de su perro, al que se le oye ladrar al otro lado del teléfono. ¿Y el gusanillo por volver ejercer la Medicina?: “Evidentemente, yo creo que lo tenemos todos los que hemos dejado de estar en un sitio en el que llevábamos mucho tiempo. Pero fue una decisión muy pensada y muy meditada, sobre todo a raíz de la pandemia, que me tuvo ingresado. Me fui despidiendo de los pacientes poco a poco, y para el último día (ndr: foto adjunta) ya sabían todos que me jubilaba”.

“Siempre he tenido claro que al fin y al cabo yo era un trabajador asalariado, esto no era un negocio familiar"

Así, a pesar de que comenta con sorna  que “las condiciones para que los médicos sigamos trabajando ahora son maravillosas”, él siempre tuvo claro que, en cuanto cumpliese con los requisitos legales, se retiraría. “65 años de edad y más de 38 cotizados, para no regalar ni un euro”, dice mientras ríe. Y concluye: “Está claro que la Medicina de Familia tiene esa parte buena de la vocación y de establecer lazos con los pacientes. Pero también cansa, hay días buenos y días malos, y en ese sentido yo siempre he tenido claro que al fin y al cabo era un trabajador asalariado. Esto no es un negocio familiar”.

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