Profesionales sanitarios, pandemia y temporal: el efecto de la “indefensión aprendida”

El cansancio psicológico acumulado durante casi un año y el desgaste emocional son cada vez mayores dentro de nuestra primera línea de defensa.

Profesionales sanitarios. (Foto. Rawpixel)

La pandemia provocada por el coronavirus SARS-CoV-2 continúa su avance en nuestro país y en el resto de Europa marcada por un preocupante incremento de los contagios tras la celebración de las fiestas navideñas. La comunidad de expertos está dividida a la hora de afirmar si nos encontramos aún en la tercera ola o el escenario epidemiológico actual responde ya al inicio de una cuarta. Una fotografía a la que en los últimos días se ha sumado el peor temporal de nieve que ha vivido nuestro país al menos, en los últimos 50 años. Una ecuación en la que no solo la población general se ha visto afectada, sino que se ha situado de nuevo, en el ojo del huracán, a nuestra principal línea de defensa: los profesionales sanitarios.

“Unos profesionales que también son personas con los mismos temores que el resto de la población, pero con la diferencia de que siguen estando ahí por su compromiso con la sociedad y sus cuidados, pero que están llegando al límite de sus fuerzas”, explica a ConSalud.es Ana Villota, presidenta y fundadora de AISS, además de Trabajadora Social y Forense.

“Es momento de reflexionar sobre cómo está afectando a su salud mental el hecho de ‘dejarlos solos’ en primera línea en la toma de decisiones y en la gestión de la pandemia, ahora agravada por 'Filomena'. El cansancio psicológico acumulado durante ya casi un año y el desgaste emocional es cada vez mayor”, asevera.

Asegura que “el papel que estamos desarrollando los profesionales sociosanitarios es fundamental porque a través de nuestro compromiso profesional estamos cubriendo todos los déficits políticos y administrativos que llevamos sufriendo desde marzo de 2020. Seguimos sin disponer de un plan de recursos sociosanitarios que recoja las condiciones excepcionales que ha provocado esta crisis de salud pública de dimensiones globales y que ahora, se agrava por la influencia del ‘fenómeno Filomena’. Quiero recordar que nosotros también somos personas y estamos pasando por los mismos procesos que sufre el resto de la sociedad, pero con el agravante de que a nosotros ‘no se nos permite’ flaquear, dado que la atención sociosanitaria depende de nosotros”.

"Quiero recordar que nosotros también somos personas y estamos pasando por los mismos procesos que sufre el resto de la sociedad, pero con el agravante de que a nosotros ‘no se nos permite’ flaquear, dado que la atención sociosanitaria depende de nosotros"

Villota recuerda que los profesionales sanitarios no han fallado ni dejado de asumir ninguna de sus responsabilidades. En ningún momento han abandonado a los pacientes, ni a la población en general, precisamente por la alta responsabilidad adquirida con estas personas, sus familias y la sociedad en su conjunto.

“La sociedad confía en nosotros. Nos mira esperando una respuesta segura. Y nosotros estamos ahí para ofrecérsela. Pero, insisto: estamos al límite porque nosotros pasamos por los mismos procesos de ansiedad y temor. No solo por nosotros mismos, sino por la alta responsabilidad delegada. He apreciado un incremento en las tasas de ansiedad y depresión entre mis colegas".

SE INSTAURA LA 'INDEFENSIÓN APRENDIDA'

"Por eso, necesitamos que la sociedad también de un paso adelante. Estamos observando cómo, frente a la incapacidad de las administraciones en la gestión de los recursos y la respuesta, a nivel social, se ha instaurado lo que llamamos los forenses denominamos la ‘indefensión aprendida’. Una actitud social pasiva ante la supuesta incapacidad de no poder hacer nada frente a los acontecimientos tan traumáticos que estamos viviendo. Las situaciones están siendo tan traumáticas que se percibe una inhibición social ante estos fenómenos, una respuesta social de pasividad y miedo ante la imposibilidad de poder vencer la situación".

Por ello, Ana Villota hace un llamamiento general porque los profesionales sociosanitarios no pueden hacerlo solos, ni cargar toda la responsabilidad sobre ellos. "Es preciso alcanzar una responsabilidad compartida a nivel político, administrativo. La razón es muy sencilla: si ellos pueden hacerlo, los demás también deben hacer el ‘esfuerzo de poder’ y abandonar cualquier actitud pasiva. Por su salud mental y por la de los profesionales. Como dice Villota, “porque si nosotros, los profesionales sanitarios ‘caemos’, detrás ya no hay nadie a quién acudir”.

Concluye que ha apreciado un incremento en las tasas de ansiedad y depresión que está sufriendo la sociedad con motivo de la Covid-19 y agravado por el fenómeno Filomena, “de hecho, las llamadas vinculadas a situaciones de depresión se han incrementado en la red de nuestros centros de atención”.

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