La llegada del verano suele ser un momento de alegría para la práctica totalidad de los trabajadores de nuestro país; un ohasis de reposo y descanso tras un largo año de ajetreada labor. En este marco, las islas de Ibiza y Formentera se presentan como un paraíso ideal para disfrutar de esta merecida desconexión. Sin embargo, para el colectivo médico localel periodo estival es un punto álgido en el que se hacen más patentes todas las debilidades –ya de por sí latentes- de su servicio de salud: falta de profesionales, aumento de la población por el turismo, difícil reposición de efectivos por vacaciones, elevados precios del alojamiento, así como otras consecuencias dañinas de la insularidad.
Unas incidencias veraniegas ante las que los responsables del Área de Salud delas Pitiusas se han apresurado a dar respuesta asegurando que “descartan” el cierre de camas en los hospitales de ambas islas. Para lograrlo han asegurado que trabajarán para reforzar los dispositivos asistenciales con la incorporación de "50 nuevos efectivos" destinados a dar soporte a las plantillas ante la llegada de visitantes y el comienzo de las vacaciones. “Los servicios de Urgencias se verán reforzados, así como servicios centrales como Laboratorio o Radiología”, indicaron recientemente fuentes de Salud balear.
“Los médicos que llegan en verano no suelen ser suficientes, no por la planificación sino porque no se encuentra gente para llenar esa previsión marcada”
Para conocer de primera mano la realidad de este enclave mediterráneo, Carlos Rodríguez, delegado del Sindicato Médico Balear (Simebal) en Ibiza y miembro de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Médicos de Baleares (Comib), ha trasladado a ConSalud.es “la necesidad desde hace décadas de incorporar a médicos de refuerzo para desplazados”. Con ello se refiere a personal en los centros de salud para dar respuesta a la necesidad asistencial añadida fruto de la llegada de ciudadanos españoles de otras provincias, así como de extranjeros. Una circunstancia habitual heredada de la gran afluencia de turistas a las islas.
La incorporación de efectivos en los meses estivales ha sido una política repetida año tras año, “independientemente del Gobierno autonómico de turno”, aunque “lamentablemente” el número de facultativos "suele quedarse corto”. Por ello, viendo las experiencias previas y la dificultad de atraer profesionales, el facultativo balear se daría por satisfecho si los responsables sanitarios pudieran cumplir esta expectativa que se han marcado de 50 nuevos efectivos. “Los médicos que llegan en verano no suelen ser suficientes, no por la planificación sino porque no se encuentra gente para llenar esa previsión marcada”, aclara.
“Es la ley de la oferta y la demanda. Si una autonomía es la que más celeridad se da y la más espabilada a la hora de escuchar las necesidades de los médicos"
Al fin y al cabo la necesidad de personal en los servicios de salud es una constante nacional durante todo el año y este periodo sólo sirve para hacerla más visible en territorios como Ibiza. En esta línea, Rodríguez relata que la llegada del verano se convierte en un ‘sálvese quien pueda’ entre las diferentes regiones españolas a la hora de competir por los médicos de refuerzo. “Es la ley de la oferta y la demanda. Si una autonomía es la que más celeridad se da y la más espabilada a la hora de escuchar las necesidades de los médicos para ofrecerles las mejores condiciones es la que finalmente se queda con los refuerzos para sus equipos”.
Una necesidad asistencial extra que se ha ido ampliando progresivamente en el tiempo en el Área de Salud de Ibiza-Formentera. “Antes los refuerzos se quitaban un poco antes y observábamos que la demanda se volvía a disparar. Ahora hemos ido aumentando el número de meses a cubrir por un refuerzo de verano tanto en el hospital como en los centros de salud; contemplándose desde el 1 de junio hasta el 30 de septiembre”, desvela. De este modo, a mayor tiempo mayor es también la dificultad a la hora de conseguir ocupar las plazas de médico necesarias en los centros de salud “de cada uno de los muchos pueblos”, que ya sólo en la ciudad de Ibiza son tres.
FALTA DE CAMAS… PARA MÉDICOS
Hablar de las Islas Baleares -especialmente de Ibiza- es hacerlo de una región que por sus circunstancias exige un elevado coste de vida. En concreto el precio de la vivienda y el del alojamiento se encuentra situado en unos niveles fuera del alcance de cualquier bolsillo, incluido del de la bata de un médico. Una dificultad añadida que acrecienta –más aún en verano- la difícil llegada de médicos al archipiélago mediterráneo. “Se trata de un problema muy grave que afecta a todo el mundo. En el caso de los médicos es inadmisible que los compañeros que llegan de fuera no puedan alquilar un piso, una casa o una habitación, sino que tengan que alquilar una mísera cama”, traslada indignado el delegado de Simebal.
De los 5 puestos de oncólogo para Ibiza y Formentera –asumiendo que fueran suficientes- en la actualidad sólo hay uno o dos efectivos
La dificultad de encontrar un alojamiento a precio razonable e, incluso, de acometer los costes de vida de Ibiza va más allá de poner barreras a los relevos de facultativos en verano o a la atracción de MIR de otras CC.AA. La isla de Ibiza presenta un serio problema a la hora de incorporar médicos en diferentes especialidades, que lleva a que muchos departamentos como Anestesiología, Cardiología, Neumología u Oncología queden huérfanos y desasistidos. “De los 5 puestos de oncólogo para Ibiza y Formentera –asumiendo que fueran suficientes- en la actualidad sólo hay uno o dos efectivos, lo que obliga a que se tengan que desplazar compañeros desde Mallorca”, lamenta.
En definitiva, las Pitiusas no viven aisladas de los serios problemas que afectan a la Sanidad de nuestro país; más si cabe, estos déficits se acrecientan por sus peculiares circunstancias geográficas, económicas y sociales. Un todo incluido nada gratificante que puede implicar el riesgo de que “Ibiza muera de éxito” si no se encuentra una solución a su Salud. El facultativo local concluye apuntando una posible receta, declarar sus islas como “áreas de extrema difícil cobertura”, por encima incluso de la consideración actual.