Programa YAM en Galicia: "El diálogo abierto favorecerá la detección de suicidios en las aulas”

El coordinador de programas de prevención de salud mental del Sermas, Alejandro García Caballero, desvela los pormenores de esta nueva iniciativa gallega en la prevención del suicidio en menores

Vuelta a las aulas (Foto: Freepik)
Vuelta a las aulas (Foto: Freepik)
Javier Leunda, redactor ConSalud.es
24 octubre 2023 | 00:00 h

La creciente preocupación por la salud emocional y las conductas suicidas ha cobrado fuerza en nuestro país. No en vano, el suicidio constituye la primera causa externa de mortalidad en España y, a la vista de su dinámica ascendente, desde las distintas CC.AA. han trabajado por contrarrestar este fenómeno a través de una mayor apuesta por el abordaje de la salud mental, así como por la implantación estrategias de prevención en conductas suicidas. Una de ellas es la recientemente anunciada por la Xunta de Galicia, con un nuevo Protocolo de prevención y actuación en el ámbito sanitario y educativo centrado en los menores.

En el marco de la estrategia gallega, se ha recogido la implantación del Programa YAM -jóvenes conscientes de su salud mental-, una iniciativa que se adentra en las clases para acercarse a todos los alumnos entre 13 y 17 años, y basada en formar y debatir sobre salud mental con la ayuda de orientadores escolares de la Consejería de Educación y profesionales en salud mental del Sergas. Para conocer de primera mano sus pormenores Alejandro García Caballero, coordinador de programas de prevención de salud mental de Galicia, ha trasladado a ConSalud.es que se trata del “modelo de prevención universal más famoso del mundo, avalado también por la Organización Mundial de la Salud”.

Ascenderá escalonadamente hasta alcanzar en 2016 a toda la población diana de “los 20.000 alumnos de ESO que componen los centros públicos y privados de Galicia”

De esta manera, el reconocimiento internacional de este programa, creado en Suecia, animó a la Consejería de Sanidad a impulsar su llegada a los centros escolares de la región. La idea inicial es comenzar a implantarlo este curso “en 2.219 alumnos de la ESO de algunos institutos seleccionados, durante “cinco sesiones distribuidas en tres semanas”. A partir de ahí, vivirá un desarrollo progresivo hasta alcanzar a todos los jóvenes de secundaria (12-16 años). Así, durante el próximo próximo curso englobará a “6.000 jóvenes” y ascenderá escalonadamente hasta alcanzar en 2016 a toda la población diana de “los 20.000 alumnos ESO que componen los centros públicos y privados de Galicia”, remarca.

El programa YAM orbita sobre la idea de que los propios menores sean los protagonistas de estas actividades y lleven “la voz cantante” en grupos de debate, donde aprenderán a “reflexionar sobre sus emociones, enfrentarse a dilemas que pueden surgirles, saber discernir entre depresión y decaimiento o cómo lidiar con el estrés cotidiano que les afecta”, desvela el responsable gallego, quien considera que esta metodología de “diálogo abierto con el alumnado” es precisamente una de las principales “causas de éxito” que se ha observado a lo largo de los estudios clínicos llevados a cabo en Europa.

Los resultados de este mostraron su “eficacia” a la hora de reducir los nuevos casos de intentos de suicidio e ideación suicida grabe en “alrededor del 50%”

No en vano, desde la Consejería de Salud aclaran que YAM fue evaluado en un ensayo clínico controlado y aleatorizado en varios países de la UE -incluida España-, en el que participaron más de 11.000 menores. Esta investigación sirvió para evaluar tres diferentes programas de promoción de la salud mental y prevención de suicidio en las escuelas. Los resultados de este mostraron su “eficacia” a la hora de reducir los nuevos casos de intentos de suicidio e ideación suicida grabe en “alrededor del 50%”, disminuyendo la depresión aproximadamente “en un 30%”.

Igualmente, la apuesta de la Xunta en el abordaje del riesgo de suicidio en las aulas servirá para aumentar el apoyo entre iguales y hacer crecer la solidaridad grupal hacia los compañeros que se sienten mal. Las experiencias de rol puestas en común entre los alumnos podrán emplearse más tarde en “situaciones difíciles reales”, ante las cuales reconocerán la necesidad de “buscar apoyo cuando se enfrenten a situaciones complicadas de la vida”, destaca el coordinador de programas de prevención de salud mental. Para lo cual, los alumnos recibirán información sobre cómo pedir ayuda y se les facilitará conocer las organizaciones y asociaciones juveniles de la comunidad.

“Los menores en muchos casos no saben cómo pedir ayuda ni a quien hacerlo. Este es uno de los principales objetivos del programa”

El hecho de que un joven admita encontrarse en una situación de mala salud mental o haber sufrido ideaciones suicidad no supone un camino fácil. La presión social o el estigma asociado lleva a que se pueda silenciar esta realidad. “Los menores en muchos casos no saben cómo pedir ayuda ni a quien hacerlo. Este es uno de los principales objetivos del programa”. Así, para facilitar que los estudiantes se “abran a hablar de temas sensibles” ninguno de los adultos presentes formará parte del profesorado o de la escuela, evitando la existencia de “figuras conocidas de autoridad”, aclara el responsable en el Sermas.

ESCUELAS SALUDABLES

El aula resulta el lugar idóneo donde poder desarrollar esta prevención primaria, puesto que permite acercarse a lo más jóvenes allá donde más tiempo pasan y donde desarrollan la mayor parte sus interacciones sociales. En esta línea, la clave de este protocolo YAM es que la coordinación entre los departamentos de Educación y el de Salud sirva para crear una una “vía rápida” para la detección de un menor con riesgo de suicidio para su posterior derivación “al nivel asistencial que corresponda”. De la misma manera, el programa rema a favor de crear un “clima más favorable para toda la escuela”.

“No servirá para reducir las fuentes de estrés de los menores, porque éstas siempre van a existir; pero podemos mostrarles las olas y ayudarles a empezar a surfearlas”

Desde Galicia han puesto muchas esperanzas en esta iniciativa para responder a la salud emocional de sus ciudadanos más jóvenes y fomentar que sus posibles problemáticas en salud mental puedan salir a la luz. Sin embargo, Alejandro García Caballero, quiere dejar patente que “no servirá para reducir las fuentes de estrés de los menores, porque éstas siempre van a existir; pero podemos mostrarles las olas y ayudarles a empezar a surfearlas”, asimismo servirá para “detectar y tratar” de manera temprana cualquier circunstancia y darles “herramientas para el futuro”.

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