Alergias respiratorias en otoño: “Hay más mundo aparte del antihistamínico”

La Dra. Paula Ribó explica para Estetic cuáles son los tratamientos que se han probado para tratar los síntomas de las alergias respiratorias

Dra. Paula Ribo (Foto. Paula Ribó)
Dra. Paula Ribo (Foto. Paula Ribó)
Verónica Serrano
30 octubre 2023 | 10:00 h
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Ahora que parece que al fin dejamos atrás el calor y que nos sumergimos de lleno en el otoño, las alergias vuelven a estar a la orden del día. Si bien tradicionalmente estas enfermedades del sistema inmune habían estado asociadas a la primavera, en los últimos años estamos observando cómo cada vez hay más personas sensibles a diferentes elementos: los granos de polen, a algunas proteínas de los alimentos, animales e insectos, medicamentos, factores externos como el polvo, el sol... La causa de las alergias estacionales serían los factores ambientales, épocas del año en las que se dan las condiciones perfectas para desarrollarlas al haber menos ventilación con los espacios cerrados y con el aumento de los niveles de humedad. Por ejemplo, el otoño es la temporada del año en la que más proliferan los ácaros.

Estamos hablando de que solo en España, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic) estima que más del 25% de la sociedad ha desarrollado alguna alergia. Y, según confirmaba para EsteticPaula Ribó, alergóloga en el Hospital Clínic de Barcelona y divulgadora científica, para 2050 más del 50% de la población  será alérgica. En definitiva, las alergias se han convertido en un problema de salud pública que afecta a la calidad de vida de las personas y de las que nadie puede asegurarse estar libre, pues podemos desarrollarlas en cualquier momento de nuestras vidas.

“Conocer qué es lo que nos da alergia es fundamental para prevenir su nueva exposición”

 “La alergia es una reacción exagerada del sistema inmune a algo que, en teoría, no es dañino”, explica la experta, quien nos pone de ejemplo el pescado: “El pescado es un alimento habitual en nuestra alimentación que, a no ser que seamos alérgicos, no tiene por qué darnos problemas. Una persona alérgica reaccionará de forma exagerada, como si fuese dañino, y presentará una reacción alérgica de mayor o menor gravedad. Precisamente, los síntomas son muy variados y dependerán de cada cuerpo.

Los más habituales comprenden la congestión y el aumento de la mucosidad nasal, los estornudos, el lagrimeo y picor de los ojos, tos seca con silbido y dificultad para respirar. Sin embargo, en la sintomatología también entra en juego el foco del problema. Si el agente considerado dañino por nuestro sistema inmune se ha ingerido, lo más probable es que se produzca un hormigueo y escozor en la boca, que aparezcan eccemas y picores, hinchazón en la cara, en la garganta o en la boca y dolor abdominal, vómitos y diarreas. Si la alergia se ha provocado por contacto, entonces los síntomas más comunes serán las ronchas en la piel, prurito o picor y enronquecimiento o quemazón.

“HAY MÁS MUNDO APARTE DEL ANTIHISTAMÍNICO”

Lo cierto es que las causas que pueden provocarnos alergia son muchas. Por lo tanto, los tratamientos también pueden ser muy diversos. “Si hablamos de enfermedades respiratorias, hay más mundo aparte del antihistamínico. Existen corticoides en espray nasal para la rinitis o corticoides inhalados para el asma bronquial”. Asimismo, también se han probado vacunas de alergia o la inmunoterapiaespecífica con alérgenos, que es capaz de modificar el curso natural de las enfermedades alérgicas de origen respiratorio cuando existe una relevancia clínica importante. Su objetivo será disminuir número de síntomas y disminuir número de medicación a usar. De hecho, el paciente podrá controlar su enfermedad e incluso quedarse asintomático”, resume la experta.

“No podemos hablar de curación, sino de control de  la enfermedad"

En el caso de que los pacientes sean alérgicos a determinados alimentos, “lo más importante, además de la evitación del alimento en cuestión, es imprescindible llevar el kit de tratamiento en caso de necesidad: antihistamínicos, corticoides y en algunos casos graves la adrenalina autoinyectable”, señala la doctora. Nunca se sabe cuándo un alérgico a alguna proteína alimentaria puede ingerirla de forma accidental o por la contaminación cruzada a la hora de elaborar el plato.

De cualquier modo, Ribó nos recuerda que todavía “no podemos hablar de curación, sino de control de  la enfermedad, pues estamos ante enfermedades crónicas. Afortunadamente, cada vez tenemos más soluciones”. Por eso, recomienda acudir a consulta siempre que se tenga sospecha, porque “conocer qué es lo que nos da alergia es fundamental para prevenir su nueva exposición”.

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