El cuerpo humano está compuesto en un 50% por células microbianas; es lo que conocemos como microbioma. Estos microorganismos viven en partes insospechadas de nuestro cuerpo, como por ejemplo en la piel, y nos ayudan a fortalecer nuestro organismo. Por lo tanto, es imprescindible conservar la salud de este sistema para evitar la aparición de problemas.
¿QUÉ ES EL MICROBIOMA?
La farmacéutica Belén Acero, titular de la Farmacia Avenida de América, habla de que "el microbioma ya es considerado como un órgano más y hay que cuidarlo". Y es que este sistema es único en cada persona, ya que influyen miles de factores, como la lactancia materna, la alimentación, el estrés, la toma de medicación, la contaminación ambiental, la exposición a la radiación solar, la luz de las pantallas, la edad, el pH de nuestra piel, la rutina de higiene diaria…
El cuerpo humano, tanto en su interior como en su exterior, está prácticamente cubierto de bacterias y microorganismos. Están en el sistema gastrointestinal, en la piel, en la boca, en la flora vaginal… Según la experta, el microbioma humano “se encuentra en todas aquellas zonas que están expuestas al medioambiente, como la mucosa intestinal, la mucosa respiratoria o la piel”. Y muchas veces podemos ponerlos en riesgo con unos malos hábitos o la ingesta de determinados medicamentos, como los tratamientos antibióticos que atacan a todas las bacterias que viven en nuestro cuerpo, tanto a las ‘malas’ como a las ‘buenas’.
“Es importante limpiar la piel con productos adecuados, con un pH lo más cercano al fisiológico".
Una microbiota débil puede alterar nuestra salud al completo, ya que nuestro organismo está interconectado. Por ejemplo, la farmacéutica señala que los daños en nuestro microbioma intestinal pueden generar cambios en nuestras heces, hinchazón abdominal o digestiones lentas y pesadas. Pero estas consecuencias pueden arrastrarse a otros sistemas de nuestro cuerpo, como el tejido cutáneo, ya que la digestión marca el sistema inmunitario y la salud de nuestra barrera cutánea.
FORTALECER EL MICROBIOMA CUÁNEO CON PRE Y PROBIÓTICOS
Antiguamente, para mejorar la salud de la microbiota se llevaba una dieta equilibrada, se fortalecía la ingesta de probióticos y, por supuesto, se eliminaban los malos hábitos de nuestra vida. Pero ahora, han surgido cientos de productos cosméticos y nutricosméticos indicados para fortalecer el microbioma cutáneo.
Los prebióticos son alimentos que nutren a los microorganismos vivos de nuestro organismo, mientras que los probióticos son alimentos que contienen microorganismos. Por eso, entre los prebióticos encontramos los alimentos ricos en fibra y en los probióticos, productos fermentados como lácteos, kéfir, la kombucha, soja fermentada o encurtidos.
La farmacéutica indica que estos microorganismos "alimentan a los probióticos presentes en la piel, equilibran el microbioma y actúan sobre las bacterias buenas de la epidermis". Pero con respecto a la piel, no solo la alimentación será clave. Belén Acero habla de que para preservar la microbiota cutánea “es importante limpiar la piel con productos adecuados, con un pH lo más cercano al fisiológico, y que no sean excesivamente agresivos”.
"Incorpora probióticos y prebióticos en tu rutina diaria: alimentarán los probióticos presentes en la piel"
Por ello recomienda productos para la rutina facial que contengan ceramidas o ácido hialurónico, mientras que aconseja no abusar de aquellos formulados con ácidos y retinoides para evitar la agresividad que genera sequedad de la piel e irritaciones cutáneas. Y para la limpieza facial, que es la parte de la rutina de skincare que entra en mayor contacto con la microbiota, es muy beneficioso incluir un limpiador suave, que limpie en profundidad y no reseque la piel.
Lo cierto es que en el mercado podemos encontrar productos indicados para cuidar del microbioma cutáneo, que evitan una rutina facial agresiva y que nutren respetando el pH de la piel para no perjudicar a los microorganismos presentes en ella. Adicionalmente, hay complementos alimenticios que funcionan a modo de probióticos para fortalecer este sistema.