Simulacros, simulacros y simulacros. Responder y responder preguntas. Si hay alguna forma de llegar bien preparado al examen MIR, esta es una de las claves más importantes, si no la que más. Por eso, la inmensa mayoría de los graduados médicos que se presentan cada año a la convocatoria lo hacen a través de alguna academia, que les permite, más allá de atender a las clases impartidas por profesores de reconocido prestigio, hacer una simulación de la prueba a la que se tendrán que enfrentar semanas más tarde.
De hecho, cada academia tiene implementado un sistema diferente. Al final es decisión de cada alumno decidir cuál le conviene más en base a su propia experiencia, pero, si nos atenemos a los últimos resultados, el de MIR Asturias desde luego ha cosechado incuestionables éxitos. Tantos, que en esta reciente convocatoria han “colado” a siete de sus alumnos entre los diez mejores números de orden del MIR. Y no solo eso: La número 1, Noelia García, también se preparó con ellos.
“Intentamos hacer un traje a la medida del MIR, pero un poco más estrecho"
“Nuestros exámenes tienen una filosofía un poco peculiar, porque intentamos ponernos en una situación un poquito peor de la que cabría esperar, para que así nada resulte extraño”, explica José Curbelo, coordinador académico de MIR Asturias, en una entrevista llevada a cabo en el plató de ConSalud TV. Así, amplía, el alumno tiene que responder a más preguntas de las que tiene el examen MIR elaborado por el Ministerio de Sanidad, y además ha de hacerlo en menos tiempo.
“En vez de cuatro horas y media, nuestra recomendación es que se haga en cuatro horas, para luego llegar al MIR y tener esa media hora extra por si pasa cualquier cosa. Además, si el examen MIR tiene 200 preguntas y 10 de reserva, nosotros emulamos lo que hace el ministerio, pero con 25 de reserva”, señala Curbelo, quien destaca, además, que para elaborar estos simulacros se fijan en los exámenes de las tres últimas convocatorias: “Intentamos hacer un traje a la medida del MIR, pero un poco más estrecho, en el sentido de que supone un pequeño estrés añadido para que ese sobreentrenamiento vaya a favor del alumno”.