“Muchos pacientes nos aseguran que entrar en un ensayo clínico les ha cambiado la vida”

Con motivo del Día Internacional del Ensayo Clínico ConSalud.es entrevista a Yolanda Martínez, directora de Operaciones Clínicas de BMS, para analizar el aumento y la necesidad de ensayos clínicos en España

Ensayos clínicos (Foto. Freepik)
Ensayos clínicos (Foto. Freepik)
Ander Azpiroz
20 mayo 2023 | 00:00 h

Los ensayos clínicos forman una parte esencial del sistema sanitario, investigaciones que permiten tanto estudiar la eficacia y la seguridad de un fármaco, como tener más información sobre cómo reacciona el cuerpo ante determinadas enfermedades. Los encargados de llevar a cabo esta tarea son los investigadores expertos en el diagnóstico y tratamiento de pacientes, aunque siempre, posteriormente, son sometidos a la evaluación y la aprobación de las autoridades sanitarias. En el caso de España, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), adscrita al Ministerio de Sanidad, y los comités de ética de la investigación antes de que se puedan llevar a cabo.

Precisamente España, es uno de los países europeos que ha experimentado un aumento considerable en el número de ensayos clínicos realizados en los últimos años. Según informa el Registro Español de Estudios Clínicos (REEC), que coordina la AEMPS, España autorizó durante el 2022 más de 900 ensayos clínicos con medicamentos. Una cifra que supera las registradas en los años inmediatamente anteriores a la pandemia que, en 2018, fueron 800 ensayos, y en 2019, 833.

Además, el 86% de los ensayos fueron impulsados por compañías farmacéuticas, cuya inversión en esta partida ha venido aumentando en los últimos años hasta los 789 millones de euros, el 60% del total de la inversión en I+D del sector en España, según refleja la última Encuesta sobre Actividades de I+D que realiza cada año Farmaindustria. Una tendencia ascendente que se puede observar en el aumento de ritmo anual acumulativo del 5,3% en los últimos 10 años, pasando de 470 millones de euros en 2011 a los cerca de 800 millones de eurosen 2021.

España autorizó durante el 2022 más de 900 ensayos clínicos con medicamentos, una cifra que supera las registradas en los años inmediatamente anteriores a la pandemia

En este sentido, una de las farmacéuticas más involucradas en el desarrollo de la investigación es Bristol Myers Squibb (BMS), concretamente, se trata de una de las primeras compañías promotoras de ensayos clínicos a nivel nacional, lo que refleja su compromiso con los pacientes, y el potencial de la industria biotecnológica española para ser líder en investigación clínica. En datos, cuentan con cerca de 190 ensayos clínicos activos con aproximadamente 5.000 pacientes participando en alrededor de 1.000 centros. Yolanda Martínez, directora de Operaciones Clínicas de BMS, explica que se sienten orgullosos del lugar que ocupan en el sector, pero recuerda que también es una responsabilidad muy grande.

“En BMS, España es el primer país después de EEUU en número de ensayos clínicos y pacientes tratados. Estos datos son extraordinarios y son el fruto de la contribución colaborativa de todas las partes implicadas en investigación clínica”, indica.

La directora de Operaciones Clínicas de BMS califica los ensayos clínicos como “uno de los mejores ejemplos del éxito del modelo colaboración público-privada”, un ejemplo de unión que ha demostrado que aunando fuerzas con el mismo objetivo son capaces de generar una “dinámica colaborativa” que beneficia al conjunto de la sociedad. "Prueba de ello es la respuesta que recibimos de muchos pacientes que aseguran que entrar en un ensayo clínico les ha cambiado la vida", recalca.

Yolanda Martínez se detiene en el papel de los pacientes que “gracias a su contribución desinteresada” facilitan el acceso temprano a nuevos fármacos y a tratamientos innovadores

Concretamente, Martínez señala tres sectores en los que se ha podido comprobar las ventajas del aumento de ensayos clínicos: los pacientes, que tienen acceso temprano a los tratamientos más innovadores; los profesionales, que suman reputación y experiencia al completar su labor asistencial con la investigadora; y la industria farmacéutica, ya que puede contar con profesionales sanitarios e instalaciones clínicas adecuadas para impulsar tanto su actividad investigadora como el desarrollo de medicamentos.

Para concluir, Yolanda Martínez se detiene en el papel de los pacientes que “gracias a su contribución desinteresada” facilitan el acceso temprano a nuevos fármacos y a tratamientos innovadores que en determinadas patologías graves y cuando otros tratamientos han fracaso, pueden significar la mejora de la calidad de vida del paciente o incluso, según el caso, curar la enfermedad.

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