A lo largo de sus 25 películas estrenadas entre 1962 y 2021, el agente 007, más conocido como Bond, James Bond, ha recorrido más de 45 países del mundo. Con todo, no parece que el famoso espía haya tenido tiempo durante sus misiones para seguir las recomendaciones de viaje correspondientes a cada destino.
A raíz de esto, un grupo de expertos en enfermedades infecciosas han publicado un estudio en Science Direct titulado "Sin tiempo para morir: un análisis en profundidad de la exposición a enfermedades infecciosas de James Bond". Este trabajo, que recibe el nombre del último film del agente secreto, recoge con muchas dosis de ironía y humor todos los riesgos a los que se ha sometido el agente del MI6, más allá de los tiroteos y misiones para salvar el mundo.
Los investigadores y autores del estudio, Wouter Graumansa, William J.R. Stoneb y Teun Bousema, de la Universidad de Nijmegen, en Holanda y la London School of Hygiene & Tropical Medicine, han contado un total de 86 viajes internacionales, entre los que se incluye un viaje al espacio que ha quedado excluido del análisis por "no haber recomendaciones de viaje para esta región". Las recomendaciones pertinentes para los demás países se extrajeron de los diferentes Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
A continuación, las enfermedades a las que se ha expuesto el agente 007 del MI6 a lo largo de sus películas:
- Enfermedades de transmisión sexual. "Uno de los riesgos más obvios a los que se enfrenta Bond es el de las infecciones de transmisión sexual", comienza la publicación. El espía registra 59 relaciones en total, lo que se traduce en una media de 2,4 por película. Si sumamos a este elevado número de encuentros sexuales, la ausencia de medidas de prevención de ITS como los preservativos, el resultado es que James Bond tiene un riesgo alto riesgo de haber contraído una de estas enfermedades.
- Intoxicaciones y seguridad alimentaria. Aún sabiendo que la diarrea es uno de los síntomas más frecuentes en los viajeros, Bond está “muy mal educado” y no toma precauciones para prevenir este tipo de enfermedades infecciosas. Solo le vemos lavarse las manos en dos ocasiones a largo de todas las películas: una después de comer y otra después de matar a un enemigo en el barro. Con esta pésima higiene de manos, el agente 007 podría haber estado expuesto a contraer salmonelosis, toxoplasmosis, vibriosis y hepatitis, y de haber estado en contacto con norovirus. Además, al comer ostras crudas y fruta sin lavar, Bond tiene todas las papeletas para padecer una infección alimentaria.
- Virus transmisibles por el aire. Nuestro superagente secreto realizó una misión en Japón poco después de la pandemia del virus de la influenza H2N2, que se extendió ampliamente en el país nipón entre 1957 y 1958. Aún así, vemos a Bond en multitudes sin distancias sociales o compartiendo mascarillas.
- Enfermedades transmitidas por artrópodos. Bahamas, Jamaica, India o Japón son algunos de los lugares a los que viaja 007 durante sus misiones. En estos países circulan enfermedades como la malaria, el dengue, el chikungunya o la encefalitis japonesa. Aún así, James Bond duerme con la venta abierta, no utiliza insecticidas y consume frecuentemente alcohol, lo cual aumenta las posibilidades de que le piquen los mosquitos que transmiten algunas de estas enfermedades. El agente 007 también habría estado potencialmente expuesto a la picadura de garrapatas.
- Otras enfermedades tropicales. Además de los mosquitos y las garrapatas, las ratas, sanguijuelas y perros pueden transmitir enfermedades infecciosas. Durante sus viajes al Caribe, Turquía o Vietnam, Bond ha podido estar en contacto con estas patologías, así como en ambientes donde podrían haberle mordido serpientes cuyo veneno puede tener consecuencias fatales.
Según informa el estudio, se trata de la primera publicación que revisa la exposición del famoso James Bond a enfermedades infecciosas. Además, los autores señalan otras prácticas poco saludables de 007, como el abuso de sustancias nocivas como el tabaco y el alcohol. Respecto a esta última, la investigación destaca el riesgo de deshidratación del personaje, que no solo abusa del alcohol, sino que se somete a ejercicio físico exhaustivo, en ocasiones a altas temperaturas, sin apenas beber líquidos. Tanto es así, que solo vemos a Bond tomando tres bebidas que no contengan alcohol: zumo de naranja, café y agua salada (y esta última no es especialmente adecuada para mantener una correcta hidratación).
Tampoco vemos a James Bond protegerse la piel con crema solar, aunque sí que se pone gafas de sol en 18 ocasiones. Y es que este complemento va más acorde a la personalidad del agente secreto, que además acostumbra a priorizar el estilo frente a la ropa adecuada a las temperaturas extremas de las regiones que visita.
En conclusión, los autores del artículo bromean sobre las condiciones laborales de Bond, señalando que es probable que el agente no haya podido informarse sobre las recomendaciones para viajar a los destinos que visita debido a la poca antelación con la que le comunican las misiones. Como ejemplo, los autores destacan una ocasión en la que James Bond fue avisado de que viajaría al Caribe poco más de tres horas antes de volar.
"Dado el estatus del agente doble 0 y su importancia en actividades de contraterrorismo internacional, esperemos que el MI6 se tome sus responsabilidades en serio. Solo vivimos una vez", concluye con ironía el artículo.