"Si se aprende a manejar el estrés y las emociones, no necesitaremos pastillas"

El psicólogo Antonio Cano-Vindel, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés

Antonio Cano Vindel (Foto: Cedida a ConSalud.es)
Antonio Cano Vindel (Foto: Cedida a ConSalud.es)

Con la pandemia de la Covid-19 ha llegado también una oleada de problemas de salud mental derivados de ella. En muchos casos se trata de ansiedad y depresión, frutos del estrés. “La pandemia ha supuesto un estrés importante, en general, para todas las personas del mundo, y este ha venido asociado a emociones como el miedo, la irritabilidad y la tristeza, y también a la ansiedad y la depresión”, apunta el psicólogo Antonio Cano-Vindel, presidente de Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, quien ha explicado a Consalud.es la actual situación de la salud mental en España y qué futuro espera al sistema sanitario.

Cada vez hay más estudios que señalan el aumento de los problemas de salud mental, ¿cómo ha sido el impacto de la Covid-19 en este punto?

Todos los problemas que empeoran con el estrés están actualmente empeorando.  Las consecuencias de la pandemia están siendo terribles. La encuesta realizada por el CIS señala que los casos de posibles trastornos mentales se han multiplicado por tres y por cuatro. Antes de la pandemia, la depresión tenía una incidencia del 5% y un 7%, la ansiedad. Ahora más de un 20% cumplía criterios de depresión y casi un 20% de trastornos de ansiedad.

"Como norma general los trastornos emocionales tienden a la cronicidad y a no desaparecer, y si empeora con el tiempo el paciente desarrolla una discapacidad"

Sabemos que si lo evaluara un profesional con una entrevista diagnóstica, los datos bajarían, pero aun así son representativos porque el CIS ya hizo una encuesta con el mismo método antes de la pandemia, por lo que está claro que existen unos niveles muy altos detrastornos mentales.¿Y disminuirán solos? Pues en algunos casos sí, pero como norma general los trastornos emocionales tienden a la cronicidad y a no desaparecer. Además, también tienden a la comorbilidad, y si va empeorando con el tiempo, el paciente desarrolla una discapacidad. Si no se atienden al principio, a la larga la persona tendrá menos recursos para trabajar, para hacer los deberes caseros o para mantener las relaciones sociales.

¿Se está complicando esta situación con el colapso de la Atención Primaria?

Sí, de hecho ya lo están diciendo los médicos. La Atención Primaria se está hundiendo, y se está permitiendo, y eso producirá después un hundimiento de la atención hospitalaria. Nos estamos cargando nuestro sistema de salud y por razones diversas: no hay médicos, porque aunque formamos durante diez años a muchos, luego solo les pagamos 1.700 euros cuando en otros países perciben 6.000; la pandemia ha provocado muchas pérdidas entre el personal sanitario, no solo los muertos, sino aquellos que han quedado en un estado de discapacidad porque al contagiarse por la Covid-19 no han quedado igual, o por el estrés acumulado sin relevo que ha aumentado las bajas, o porque ya no quieren seguir trabajando en eso.

¿La saturación ha llevado al aumento de las recetas de psicofármacos?

En salud mental nos encontramos con que la mitad del gasto en este ámbito se lo lleva la ansiedad y la depresión y no otros trastornos más graves. Esto se debe a que la ansiedad y la depresión son los más comunes, y al haber tantas personas afectadas, el gasto es muy alto. En estos casos, es el médico de familia quien les atiende. 

Antes de la pandemia este médico tenía cinco minutos para atender a los pacientes, ahora su carga se ha multiplicado, con lo que ha empeorado la atención. No puede apenas escucharles, entonces la única solución es prescribir: si no duermes, una pastilla para el sueño; si tienes ansiedad, un ansiolítico; si tienes depresión, un antidepresivo, que además como disminuye la ansiedad y ayudan a combatir el sueño, pues se recetan más. Pero todos ellos son eficaces poco tiempo, o solo cuando los tomas, y en cuanto los dejan de tomar los pacientes vuelven a recaer. Las pastillas reducen, pero no soluciona el trastorno. Si se aprende a manejar el estrés y las emociones, no necesitaremos pastillas.

¿Cómo realizar esa enseñanza en el sistema sanitario actual?

En la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés contamos con un programa que con siete sesiones grupales enseñamos a manejar los síntomas de laansiedad y el estrés, y las emociones. Este programa es tres veces más eficaz que el tratamiento de Atención Primaria, esencialmente farmacológico.

"Los pacientes que han ido a las sesiones grupales han reducido sus ataques de ansiedad, de pánico y sus somatizaciones, mejorando su calidad de vida y disminuyendo su discapacidad"

Hemos realizado este proyecto en ocho comunidades autónomas donde había más de 1.000 pacientes con ansiedad, estrés o somatización, o un poco de todo. El resultado es que aquellos que han ido al médico sin pasar por las siete sesiones grupales han tenido muy poca mejora y no han aumentado después de tres meses su calidad de vida. Mientras que los que han ido a las sesiones han reducido sus ataques de ansiedad, de pánico y sus somatizaciones, mejorando su calidad de vida y disminuyendo su discapacidad para el trabajo, la casa o las relaciones laborales.

Pero, ¿con la falta de personal profesional no es complicado realizar este tipo de terapias?

No, al contrario, no se necesita muchos profesionales y se atiende a mucha gente. Por ejemplo cuando lo pusimos en marcha en la Comunidad de Madrid, el Gobierno regional contrató a 21 psicólogos clínicos. Estos llevan desde 2017 atendiendo a toda la población de la Comunidad con estos trastornos. 

Con ellos se consigue que los pacientes aprendan y se desarrolla un apoyo social, porque el que se atreve a hablar ve que los demás le comprenden. Es una relación bastante comunitaria que ha funcionado muy bien y muy satisfactoria para los pacientes. Además, si a Salud Mental les descargas de los trastornos  comunes, podrán atender mejor trastornos mentales más graves como la psicosis, la bipolaridad. Sin embargo, se necesitarían más psicólogos clínicos en Atención Primaria y en Salud Mental, porque hay esperas de hasta cuatro meses.

Y en Psiquiatría hasta de un año.

Exacto. Y están aumentando los casos de suicidio, con unas tasas muy altas, que la sociedad permite. Cuando en accidentes de tráfico morían 14.000-15.000 personas al año, la sociedad dijo basta y han conseguido reducirlas a menos de 2.000. Con el suicidio todavía no lo han hecho, tenemos actualmente 10 suicidios al día y 3.000 al año, y cuando alguien ha intentado suicidarse, le damos un tratamiento psicofármaco y ya está, no atendemos si a esa persona, que a lo mejor sigue con ideaciones suicidas y pensando de manera distorsionada, le va a servir ese tratamiento o no.

¿La Estrategia de Salud Mental que está preparando el Ministerio de Sanidad servirá de algo?

La Estrategia Nacional de Salud Mental, cuando habla de Atención Primaria, no habla siquiera del psicólogo clínico. Así que no, no parece que sea la solución. La versión preliminar en la que yo participo no incluye a los psicólogos. Veremos si su aprobación cambia algo, pero llevamos muchos años sin poder confiar en la Estrategia y a día de hoy seguimos sin confiar.

Al final, aunque ahora está más presente en la opinión pública, la salud mental sigue teniendo muy poca importancia en España, ¿es diferente en otros países de Europa?

En otros países la media es de 18 psicólogos por 100.000 habitantes, en España no llegamos a 5. Tenemos cuatro veces menos psicólogos que la media europea. No podemos hacerlo mejor teniendo menos medios. No sabemos hacerlo mejor. Y eso de entrada, porque no solo hay menos psicólogos, sino que los temas no se tratan en la escuela. Son problemas emocionales que les pasa a muchas personas, por eso son comunes, pero no se enseñan en los colegios. Es como dejar a la gente conducir sin autoescuelas ni vehículo. Sin un sistema de enseñanza es muy complicado.

"La última noticia es que el Gobierno aumentará en seis las plazas de psicología, un solo 3%. Si vamos con esa política, con lo que se avecina cada vez iremos peor"

En 2015, la OMS señaló que en el mundo había más de 322 millones de personas deprimidas, que es el 4,4% de la población mundial, en España un 5%. Eso era antes de la pandemia. Ahora probablemente se haya cuadriplicado, mientras los profesionales han mermado por bajas, fallecimientos, reducción de jornada laboral, se han ido a otro país… Y en psicólogos no puedes aumentar las plazas solo un 3%, como ha hecho este año el Gobierno, cuando tenemos que llegar a una media europea para 2050 que así no alcanzamos. Somos posiblemente de los países que peor atendemos la salud mental en Europa, somos los primeros en abuso de psicofármacos y en la cola en personal de salud mental.

¿Por qué importan tan poco la salud mental?

Hoy en día los políticos pueden seguir gobernando sin atender a este tema. Pero ahora que la gente en las redes sociales y los medios de comunicación está hablando más de ello, los partidos políticos empiezan a inquietarse. Unos sacan un proyecto de ley, otros hablan muchas veces del tema en redes sociales y otros elaboran planes para no quedarse atrás.

Sin embargo, eso no significa que les importe, porque pueden vivir sin esa preocupación. Al haber una presión social, pues mueven fichas, pero de momento la última noticia es que el Gobierno aumentará en seis las plazas de psicología, un solo 3%. Si vamos con esa política con lo que se avecina, cada vez iremos peor.

Con esa situación y la pandemia de salud mental que viene, ¿cómo va a resistir el sistema sanitario?

Pues si cada vez estamos peor, a este ritmo no habrá un buen final. Iremos cada vez peor.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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