La calidad de vida, protagonista del párkinson: "Hay variabilidad en la progresión de los síntomas”

El párkinson presenta una serie de síntomas relacionados con problemas de movilidad y lentitud motora que afectan de diversas formas a la calidad de vida de los pacientes

La calidad de vida es uno de los aspectos fundamentales del párkinson (Foto. Freepik)
La calidad de vida es uno de los aspectos fundamentales del párkinson (Foto. Freepik)
Carmen Bonilla
11 abril 2024 | 00:00 h
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La enfermedad de Parkinson es un tipo de trastorno cerebral cuyos síntomas afectan en gran medida a la calidad de vida. De acuerdo con los últimos datos disponibles, en España hay en torno a 160.000 personas que conviven con esta patología, cuya prevalencia en el mundo va en aumento. Así, en la actualidad se puede hablar de cerca de diez millones de casos en todo el planeta cuando, hace tan solo diez años, las cifras indicaban seis millones.

Con el objetivo de crear conciencia sobre esta enfermedad neurodegenerativa, cada 11 de abril se celebra el Día Mundial del Parkinson. La fecha se ha establecido por ser el día en el que nació el doctor James Parkinson, el neurólogo británico que descubrió y dio nombre a la enfermedad. En 1997, la Organización Mundial de la Salud estableció en este día la conmemoración de la patología.

El párkinson afecta a cada persona de manera distinta, aunque hay un cierto patrón general que se repite en todos los pacientes: tienen problemas de movilidad y presentan lentitud motora. “Por ejemplo, les puede costar abrocharse un botón, hacerse el nudo de la corbata, lavarse los dientes o utilizar un ordenador. Es decir, tienen ciertas dificultades para usar las manos”, explica para ConSalud.es el doctor Álvaro Sánchez Ferro, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y neurólogo del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.

“Todo ello se da en grados distintos, hay personas que están más afectadas al inicio o personas que tienen un curso más benigno"

Esto suele ocurrir sobre todo en fases iniciales. A medida que la enfermedad va avanzando, puede afectar a la forma en la que camina la persona, haciendo que le cueste movilizar las piernas. Esto se engloba en los problemas motores, que son la piedra angular de lo que le sucede a los pacientes de párkinson.

“Todo ello se da en grados distintos, hay personas que están más afectadas al inicio o personas que tienen un curso más benigno. Hay cierta variabilidad en la intensidad y la progresión de los síntomas”, continúa el experto, añadiendo que pueden darse manifestaciones no motoras, mucho más variables.

“A veces aparecen problemas relacionados con el estado de ánimo, la ansiedad, problemas de control de la orina o estreñimiento. En fases más avanzadas de la enfermedad comienzan los problemas cognitivos. Todo esto afecta en gran medida a la calidad de vida”. Cuando una persona presenta todas estas manifestaciones, contará a su vez con limitaciones para llevar a cabo tareas de la vida cotidiana.

El ejercicio físico, que suele acompañar al tratamiento farmacológico, es también una pieza fundamental para mantener la calidad de vida

Para poder mejorar la calidad de vida de los pacientes, además de los tratamientos, los familiares y su entorno cercano juegan un papel determinante. Estos, unidos a los profesionales, pueden realizar seguimientos del estado del paciente, de los síntomas o de la medicación. Sin embargo, es fundamental que los pacientes no se sientan sobreprotegidos, especialmente al inicio de la enfermedad. Así, es recomendable ayudar solo en aquellas tareas que no sea capaz de realizar solo.

Además, el ejercicio físico, que suele acompañar al tratamiento farmacológico, es también una pieza fundamental para mantener la calidad de vida. La actividad física produce la subida de dopamina, antioxidantes y transportadores que previenen o retrasan la aparición de los síntomas de la enfermedad.

"Se trata de una enfermedad que, aunque también puede darse en jóvenes, aumenta su prevalencia con el envejecimiento”

En el mundo, cada vez hay más personas que tienen que convivir diariamente con esta situación. Además, se estima que, para 2040, se duplique el número de casos que hay actualmente. “La principal razón de ello es, principalmente, el cambio demográfico, puesto que cada vez vivimos más tiempo. Se trata de una enfermedad que, aunque también puede darse en jóvenes, aumenta su prevalencia con el envejecimiento”.

Así, afecta al 2% de la población mayor de 65 años y al 4% de los mayores de 80 años, aunque un 15% de los casos tienen lugar en menores de 50 años. Sin embargo, en todas estas cifras hay que tener en cuenta que existe un retraso diagnóstico de entre uno y tres años, por lo que la SEN estima que un tercio de los nuevos casos aún está sin diagnosticar.

La problemática de esto radica en que el diagnóstico precoz es determinante a la hora de mejorar la calidad de vida de los pacientes. Del mismo modo que los síntomas pueden ser diferentes para cada individuo, también lo es la progresión de la enfermedad. Por ello, si se proporciona un tratamiento adecuado lo antes posible, muchas personas con párkinson pueden mantener una buena calidad de vida años después del diagnóstico.

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