Principales retos globales en la preparación ante futuras epidemias

En el Día Internacional de la Preparación ante las Epidemias analizamos cuáles son los grandes aprendizajes que el mundo debería tomar de la crisis sanitaria provocada por la Covid-19.

Científico observando muestras a través de un microscopio (Foto. Freepik)
Científico observando muestras a través de un microscopio (Foto. Freepik)
Ángel Luis Jiménez
26 diciembre 2022 | 00:00 h

Las Naciones Unidas celebran cada 27 de diciembre el Día Internacional de la Preparación ante las Epidemias. Una fecha que, debido a la pandemia provocada por el SARS-CoV-2, ha cobrado una relevancia especial en los últimos años. La crisis sanitaria causada por la Covid-19 ha puesto de relieve que las enfermedades infecciosas y las epidemias tienen repercusiones devastadoras para las vidas humanas, afectando a todos los niveles de la sociedad. “Necesitamos con urgencia disponer de sistemas de salud sólidos y resilientes, que lleguen a las personas que son vulnerables o se encuentren en situaciones de vulnerabilidad”, exponen desde las Naciones Unidas.

Vivimos en un mundo globalizado en el que no podemos asumir como ajenas las crisis sanitarias que se producen fuera de nuestras fronteras. Las futuras epidemias podrían ser más intensas y graves que los brotes anteriores por lo que es fundamental que el mundo tome conciencia de la importancia que juegan aspectos como el intercambio de información y conocimientos científicos, impartir educación de calidad e instituir programas de sensibilización sobre epidemias a nivel local, nacional, regional y mundial ya que han demostrado ser medidas eficaces no solo en la preparación ante epidemias, sino también en las acciones de respuesta.

En esta fotografía destaca el cada vez más asentado enfoque One Health. La salud humana debe ser vista como el resultado de un conjunto indisoluble junto con la salud animal y el medio ambiente. “Debemos mejorar en el área de prevención de las epidemias y para ello deberemos aplicar la experiencia adquirida sobre la forma de gestionarlas y de prevenir la interrupción de los servicios básicos, así como de aumentar el grado de preparación para responder cuanto antes y de la manera más apropiada a las epidemias que puedan surgir”, aseveran desde las Naciones Unidas.

Dos de los aprendizajes más importantes que podemos extraer de la pandemia de Covid-19 son el papel fundamental de cooperación internacional y el multilateralismo. Precisamente todos los elementos que desde las Naciones Unidas recalcan como claves en la prevención y respuesta ante epidemias han mostrado brechas y fallos a la hora de llevarse a la práctica ante una situación como la provoca da por el SARS-CoV-2.

“Necesitamos con urgencia disponer de sistemas de salud sólidos y resilientes, que lleguen a las personas que son vulnerables o se encuentren en situaciones de vulnerabilidad”

El pasado 15 de septiembre The Lancetpublicada las conclusiones de un análisis realizado por expertos globales durante más de dos años para identificar los errores más graves en la gestión de la pandemia. La falta de colaboración y coordinación internacional, la desinformación, el exceso de gobiernos que no se adhirieron a las normas básicas de racionalidad institucional y transparencia, la incapacidad de los gobiernos para examinar la evidencia científica y adoptar así las mejores prácticas, el déficit de financiamiento global para los países con menos recursos, la lentitud de la Organización Mundial de la Salud en adoptar determinadas decisiones y la carencia de redes de seguridad nacionales y globales para proteger a las poblaciones en mayor situación de vulnerabilidad, son los grandes errores a nivel global en la gestión de la pandemia señalados por la referida Comisión.

Estos fallos no deben caer en el olvido ahora que el escenario epidemiológico global ha mejorado. El mundo debe aprendrer de cuáles han sido las carencias y vulnerabilidades que le han llevado al borde del colapso y estar así preparado para las siguientes epidemias e, incluso, futuras pandemias. Más en un contexto en el que las consecuencias del cambio climático están favoreciendo la diseminación de enfermedades infecciosas y fomentan la aparición de zoonosis.

Retomando las conclusiones del referido informe, el mundo requiere esfuerzos coordinados para que se establezcan mecanismos más sólidos de cooperación y coordinación en la respuesta a enfermedades infecciosas emergentes, lo que implicaría la posible necesidad de actualizar el Reglamento Sanitario Internacional (RSI, 2005). El informe incide en la necesidad de fortalecer la Organización Mundial de la Salud con un aumento sustancial de su presupuesto básico así como una nueva autoridad de supervisión.

Los expertos de la Comisión piden la prevención de las futuras enfermedades infecciosas emergentes a través de la coordinación en materia de vigilancia y regulación global del comercio de animales domésticos y salvajes. Estos consideran además como recomendable la adopción de una estrategia global de 10 años que refuerce la capacidad de investigación y desarrollo y la capacidad de producción de productos básicos, incluidas las vacunas, para cada región de la OMS, incluidas las regiones de bajos ingresos, el fortalecimiento de los sistemas de salud y de los planes nacionales de preparación para pandemias y la creación de un nuevo Fondo Mundial para la Salud.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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