¿Qué enfermedades corren más peligro ante la exposición de luz solar?

Aunque la exposición solar tiene beneficios para nuestra salud, exponernos demasiado tiempo a los rayos ultravioleta (UV) puede tener efectos perjudiciales, sobre todo para personas que sufren alguna patología concreta

Mujer tomando el sol (Foto: Freepik)
Mujer tomando el sol (Foto: Freepik)
Blanca Mas
18 julio 2022 | 17:45 h

El sol es indispensable para la vida y, por tanto, también para el organismo humano. Las personas necesitan que el sol incida sobre la piel, porque es la principal fuente de la vitamina D, una sustancia beneficiosa para nuestro bienestar.

Bien es cierto que, aunque la exposición solar tiene beneficios para nuestra salud, exponernos demasiado tiempo a los rayos ultravioleta (UV) y sin protección puede tener efectos perjudiciales, pero ¿son algunas personas más propensas a los daños de la piel causados por el sol?

La realidad es que sí. Para comenzar, siempre se ha tenido en cuenta que las personas con piel blanca tienen una probabilidad mucho mayor de presentar daños en la piel causados por los rayos UV (y padecer cáncer de piel), aunque las personas con piel más oscura, incluyendo personas de cualquier origen étnico, también pueden resultar afectadas.

Hay que protegerse especialmente del sol si se ha tenido cáncer de piel o si se tiene antecedentes familiares que hayan sido diagnosticados de un melanoma

No obstante, hay que protegerse de manera especial del sol si se ha tenido cáncer de piel o si se tiene antecedentes familiares que hayan sido diagnosticados de un melanoma. Además, los pacientes que se encuentran bajo un tratamiento oncológico deben extremar las precauciones y tener especial cuidado con la exposición solar.

Los tratamientos contra el cáncer pueden causar alteraciones en la piel, lo que se denominan efectos secundarios cutáneos. Éstos son relativamente frecuentes y producen cambios en la piel que son variables, ya que dependerán del tipo de tratamiento oncológico que se esté recibiendo y de la reacción de cada paciente a este tratamiento.

Otro de los efectos secundarios frecuentes a muchos tratamientos administrados contra el cáncer y, particularmente los administrados contra el cáncer de mama, es la fotosensibilidad. Es decir, la piel se vuelve más sensible y vulnerable a la exposición solar. Incluso una exposición a niveles bajos de rayos UV puede producir quemaduras solares o empeorar los cambios cutáneos producidos por la quimioterapia como la hiperpigmentación.

La exposición solar puede generar el agravamiento de una serie de enfermedades autoinmunes

En el caso de la radioterapia, puede producir frecuentemente una inflamación y, en ocasiones, la aparición de una quemadura en la zona de la piel radiada. Por eso, se les recomienda a los pacientes que no se expongan al sol un año después de haber terminado el tratamiento.

Por otro lado, la exposición solar puede generar el agravamiento de una serie de enfermedades autoinmunes. Así, podría generar dermatomiositis en los pacientes con lupus eritematoso sistémico (LES) y enfermos de VIH.

Por otra parte, conviene recordar que algunos medicamentos incluyen como efecto adverso lesión en la piel al estar en contacto de forma directa y prolongada con la luz solar. Dentro de los tratamientos que pueden empeorar la fotosensibilidad se encuentran algunos de los empleados para pacientes con enfermedades reumáticas, como son todos los derivados de los salicilatos, el metotrexato, el dolquine y las tiacidas, fármacos con los cuales se deben tomar precauciones especiales respecto a la exposición al sol, según explica la Sociedad Española de Reumatología (SER).

LOS EFECTOS DEL SOL EN LAS PATOLOGÍAS MÁS VISIBLES

Hay patologías que se manifiestan en zonas del cuerpo que son más difíciles de tapar frente a la exposición solar. Es el caso de aquellas que aparecen en cara y brazos, principalmente. Éstas son las siguientes:

  • Rosácea: una de las patologías que pueden verse perjudicadas por los rayos UV. Factores como la luz solar, el estrés y el tipo de alimentación pueden empeorar sus síntomas; además, con el sol se desencadenan brotes de granitos en la zona central de la cara.
  • Herpes: es una enfermedad fotosensible y el calor puede hacer que se desencadenen brotes en la piel.
  • Pitiriasis versicolor: se trata de una infección causada por el hongo malassezia furfur, un huésped de la flora de la piel que se alimenta de sebo. Por ello, en condiciones de calor y humedad, como la playa, el hongo prolifera.
  • Melasma: son manchas que aparecen de manera difusa en las mejillas y labio superior. La luz juega un papel clave en su empeoramiento.

Con todos estas patologías hay que extremar la precaución. Sin embargo, hay una que en ningún concepto a la persona le deben dar los rayos UV: la enfermedad xeroderma pigmentoso. Es causada por mutaciones en por lo menos nueve genes diferentes, y las personas que lo sufren necesitan protección total contra la luz solar, como ropas protectoras, protector solar, y gafas oscuras.

Enfermedades menos conocidas, como el síndrome de Gorlin-Goltz (SGG), también deben evitar la luz solar en todo lo posible. Se trata de un trastorno hereditario autosómico dominante que predispone principalmente a la proliferación de tumores como los carcinomas basocelulares y queratoquistes maxilares. Una de sus manifestaciones es a través de la piel y el sol empeoraría sus síntomas.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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