Estos son los pasos que deberían dar los sistemas sanitarios para responder al Covid prolongado

Los sistemas sanitarios deben abordar este problema de salud pública desde una perspectiva multidisciplinar, individualizada y apostando por el refuerzo de la Atención Primaria para evitar futuros colapsos.

Sanitarios atienden a un paciente Covid. (Foto. Eduardo Parra EP)

La revista The Lancet publicaba recientemente un estudio en el que alertaba que uno de cada ocho infectados por el SARS-CoV-2 presentaba síntomas persistentes de la enfermedad. Por su parte The Lancet Child & Adolescent Health publicaba los resultados de otra investigación que revelaba que hasta el 40% de los niños que superan la infección pueden experimentar síntomas prolongados de la enfermedad hasta dos meses después de superar la Covid-19.

Desde hace meses la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de que el Covid prolongado se presenta como uno de los principales retos para la salud pública global a corto y medio plazo. Un desafío motivado por la necesidad de investigación que plantea la condición post-Covidante la escasa comprensión que actualmente se tiene de la misma.

Desde el inicio de la pandemia los países han movilizado la práctica totalidad de sus recursos humanos, materiales y económicos en el campo de la salud hacia el coronavirus. Si bien la pandemia está lejos de terminar, la presión sobre los sistemas sanitarios se ha reducido significativamente en comparación con el colapso al que se vieron sometidos en los momentos más críticos de la pandemia. Un paso necesario para garantizar la atención del resto de enfermedades a las que tienen que dar respuesta. En este camino hacia la normalidad perdida a principios de 2020 los sistemas sanitarios deben encontrar la fórmula para mantener la atención a los pacientes afectados por el Covid prolongado sin dejar de lado el resto de patologías.

Uno de los principales problemas que plantea la atención del Covid prolongado es que se desconoce con exactitud el número de personas afectadas. La raíz de esta situación radica en el elevado número de infectados asintomáticos o con síntomas leves que no han sido diagnosticados, pero que igualmente pueden verse afectados por los síntomas persistentes y secuelas de la enfermedad. La evidencia publicada hasta la fecha calcula que entre el 10-20% de las personas con infección por SARS-CoV-2 podrían experimentar síntomas asociados a la enfermedad durante semanas, meses e incluso hasta dos años después de superar la infección. Esto se traduce en millones de personas afectadas que podrían ver limitada su vida diaria en distintos grados.

Entre los principales síntomas persistentes (la lista hasta el momento supera los 200) destacan la fatiga, dolor generalizado, problemas para respirar y relacionados con la función cognitiva. En aquellos pacientes que han requerido ingreso hospitalario como consecuencia de la Covid-19 la literatura científica muestra un riesgo mayor de enfermedades respiratorias, cardiovasculares, renales, neurológicas, hepáticas y diabetes, en comparación con los controles emparejados de los estudios. Cabe señalar que también se han identificado efectos sistémicos similares en algunos pacientes con Covid-19 que no han requerido hospitalización.

“Dado que la condición post-Covid-19 ahora se reconocer como una nueva condición a largo plazo, está claro que los sistemas de salud en todo el mundo enfrentarán una presión significativa sobre los servicios que brindan a los pacientes con esta condición, incluida la morbilidad y los costes de atención médica. Esto muestra la necesidad de gestionar de forma óptima a estos pacientes”, expresa un grupo de expertos en The Lancet Regional Health Europe.

La lucha contra el coronavirus tiene que focalizarse también en “garantizar la provisión de la atención de rehabilitación a largo plazo de forma accesible, asequible e individualizada, reduciendo así la carga de la enfermedad y restaurando la mejor calidad de vida para la población afectada”

De forma tradicional la mayoría de los sistemas sanitarios operan bajo un modelo de atención especializada. De esta forma encontramos distintas especialidades médicas que se dirigen a órganos o sistemas de órganos concretos. Encontramos algunas excepciones donde existe un trabajo transversal e interdisciplinario como los servicios destinados a la atención de adultos mayores, el cáncer o la rehabilitación. Estos sistemas basados en especialidades van a encontrar numerosos obstáculos a la hora de tratar a pacientes afectados por el Covid prolongado de una forma integral y efectiva. El reto que plantea la condición postCovid-19 requiere de una combinación de habilidades que permita el manejo de este complejo y multisistémico problema de salud.

De esta forma no solo se garantiza la seguridad del paciente y la correcta atención, sino que posibilita el aumento de la evidencia científica y reducir los riesgos por complicaciones potencialmente incapacitantes o mortales.

Es importante además que los profesionales sanitarios sean plenamente conscientes del grado en el que se encuentra afectado un paciente con Covid prolongado. En aquellos casos en los que los síntomas persistentes sean leves y no limiten en exceso la vida del paciente, pueden ser los servicios de Atención Primaria los responsables de su atención. Los casos más graves quedarían destinados a los hospitales para garantizar la mejor atención.

Uno de los grandes  retos que plantea el Covid prolongado es que el SARS-CoV-2 continúa evolucionando. Con cada nueva variante que se erige como dominante se identifican nuevos síntomas que pueden aumentar la lista. Razón por la se requiere un exhaustivo control de todos los pacientes que requieran atención médica con el objetivo de que la evidencia científica de la que se dispone sea lo más completa posible.

AUMENTO DE LAS NECESIDADES DE REHABILITACIÓN

La aparición del Covid prolongado ha aumentado las necesidades generales de rehabilitación de los pacientes en todo el mundo. Motivo por el que hablar de éxito en el control de la pandemia no puede hacerse únicamente desde la perspectiva de las vacunas y tratamientos. Estamos combatiendo un virus que representa un prisma cuyas múltiples y complejas aristas dificultan notablemente observarlo en su conjunto.

Es por esto que la lucha contra el coronavirus tiene que focalizarse también en “garantizar la provisión de la atención de rehabilitación a largo plazo de forma accesible, asequible e individualizada, reduciendo así la carga de la enfermedad y restaurando la mejor calidad de vida para la población afectada”, indican los expertos en la referida publicación.

En base a la fotografía presentada a lo largo de estas líneas recomiendan que los sistemas sanitarios:

  • Desarrollen la capacidad para la identificación temprana y el reconocimiento de la condición post-Covid-19.
  • Fortalecer la Atención Primaria para manejar la condición post-Covid-19 cuando esté clínicamente indicado, y ser el punto de referencia para los casos más graves.
  • Reconocer la necesidad de atención de rehabilitación individualizada a largo plazo para personas con condición post-Covid-19.
  • Fortalecer el sistema de salud para poder proporcionar una nueva vía de atención multidisciplinar e individualizada en la que se evalúen y gestionen los síntomas multisistémicos de los pacientes y las necesidades de rehabilitación.
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