Los niños tienen las mismas probabilidades de infección por SARS-CoV-2 que los adultos

Desde el inicio de la pandemia se ha pensado erróneamente que los niños, al cursar por norma general la Covid-19 de forma asintomática, tenían un menor riesgo de infección, lo que aviva el debate de su vacunación.

Los pediatras proponen la retirada de la mascarilla en el interior de las aulas (Foto. Freepik)
Los pediatras proponen la retirada de la mascarilla en el interior de las aulas (Foto. Freepik)
Ángel Luis Jiménez
23 noviembre 2021 | 00:00 h

De acuerdo con la evidencia científica que se cuenta hasta el momento, los niños cursan, por norma general, de forma leve o asintomática la infección por SARS-CoV-2. Debido precisamente a la referida evidencia científica, se ha pensado de forma errónea que los más pequeños presentan un menor riesgo a la hora de infectarse frente a los adultos.

En este sentido, una reciente investigación desarrollada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) ha hallado que la mayoría de las personas, independientemente de su edad, son igualmente propensas a las infecciones. Sin embargo, un porcentaje significativamente mayor de personas jóvenes infectadas no presenta síntomas.

“A menudo, parecía que los niños no enfermaban porque no presentaban síntomas”, declara Christina Porucznik, profesora de Salud Pública en la Facultad de Medicina de la Universidad de Utah.

Retomando los estudios preliminares que en este sentido se han desarrollado a lo largo de la pandemia, se ha determinado que los niños constituían una pequeña proporción del total de casos de Covid-19. El problema ante esta premisa extendida, es que su origen puede radicar en dos elementos. El primero es que los niños pudieran presentar una menor susceptibilidad a las enfermedades que los adultos, mientas que la otra explicación posible, y la más plausible para gran parte de la comunidad científica, es que las tasas de infección en niños estén infradiagnosticadas al no presentar síntomas en la mayoría de las ocasiones.

El estudio ha contado con la participación de 189 familias, y se monitorizaron otras en Colorado y Nueva York hasta alcanzar 310 hogares que tenían, al menos, un hijo de 17 años o menos. Los casos de Covid-19 se detectaron analizando de forma periódica a cada voluntario en busca de partículas virales. El tamaño de la muestra consistió finalmente en 1.240 voluntarios que, además, completaron evaluaciones semanales para informar de la aparición de posibles síntomas asociados a la Covid-19. El periodo de análisis y estudio ha abarcado desde septiembre de 2020 hasta abril de 2021.

Los autores del estudio indican que no se han apreciado diferencias significativas en la incidencia de infección entre los niños y las personas mayores de 18 años. Los niños de cuatro años o menos se infectaron en la misma proporción que aquellos con edades comprendidas entre los cuatro y los 17 años. Más del 80% de los adultos infectados presentaron síntomas asociados a la enfermedad sin embargo, solo el 50% de los niños desarrolló algún tipo de síntoma.

Los niños de cuatro años o menos se infectaron en la misma proporción que aquellos con edades comprendidas entre los cuatro y los 17 años. Más del 80% de los adultos infectados presentaron síntomas asociados a la enfermedad sin embargo, solo el 50% de los niños desarrolló algún tipo de síntomas

Un dato llamativo del estudio es que en los casos en los que dentro de la misma familia se infectaban varios miembros, el riesgo de infección para el conjunto de todos sus miembros era del 52%. Un porcentaje que presenta variaciones en función de la procedencia de las familias estudiadas. Por ejemplo, se reduce al 40% de media en las familias de Utah, pero se incrementa hasta el 80% en aquellas que residen en Nueva York.

Cabe señalar que toda la investigación se desarrolló ante de la aparición de la variante Delta del SARS-CoV-2 (B.1.617.2, detectada originalmente en India). En caso de realizarse el estudio de nuevo en un escenario con dominancia de Delta los responsables de la investigación indican que los resultados podrían verse alterados dada su alta transmisibilidad. Además, en este caso, los participantes del estudio podrían haberse comportado de forma más precavida para evitar el contagio.

¿ES NECESARIA LA VACUNACIÓN DE LOS MENORES DE 12 AÑOS?

Estos resultados avivan el debate sobre la necesidad o no de vacunar frente a la Covid-19 a los más pequeños. El pasado 29 de octubre la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizaba la vacuna contra la Covid-19 desarrollada por Pfizer/BioNTech en niños con edades comprendidas entre los cinco y los 11 años. “Vacunar a los niños más pequeños contra la Covid-19 nos ayudará a volver a la normalidad”, declaraba entonces la comisionada interina de la FDA, la doctora Janet Woodcock. "Nuestra evaluación exhaustiva y rigurosa de los datos relacionados con la seguridad y eficacia de la vacuna debería ayudar a asegurarle a los padres y tutores que esta vacuna cumple con nuestros más altos estándares".

Por su parte, la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) se encuentra evaluando los resultados y se espera que emita una recomendación positiva o negativa respecto a la vacunación contra la Covid-19 en menores de 11 años esta semana.

Las dudas que se plantean radican precisamente en las bases del estudio que ocupa estas líneas: ¿existe realmente un beneficio potencial sobre los posibles riesgos? El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, afirmaba a principios de noviembre que “existen dudas”, sobre la vacunación contra la Covid-19 en menores de 12 años debido a los posibles efectos secundarios.

Simón señalaba que en los mayores de 12 años, el beneficio de la vacunación es "muy superior a los posibles efectos secundarios adversos". Sin embargo, señalaba  que "si la letalidad de la Covid-19 ahora es de dos fallecidos por cada 10.000 habitantes", en el caso de los niños es de "tres de cada 100.000", por lo que los riesgos para ellos son aún mucho más bajos aunque contraigan la enfermedad.

Por ello, el director del CCAES explicaba que, "desde el punto de vista individual" no se justifica la vacuna de los menores de 12 años. Cabría plantearla desde el punto de vista colectivo, para "reducir la transmisibilidad en la sociedad", pero considera que no es imprescindible ya que "la tercera edad, la más vulnerable, ya está protegida".

Por su parte la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha argumentado cada vez que ha sido preguntada sobre el tema que está en revisión por parte de la EMA, asegurando que España está “preparada” y “a la espera” para la vacunación de los menores de 12 años.

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