Orígenes del SARS-CoV-2: ¿Cuáles son por ahora las teorías más plausibles?

Existen múltiples orígenes proximales del SARS-CoV-2, como la zoonosis o la posible fuga de un laboratorio, pero todavía existe una escasez de trabajo independiente, científico y colaborativo.

Trabajadores de un laboratorio transportando muestras (Foto. Pexels)
Trabajadores de un laboratorio transportando muestras (Foto. Pexels)
Ángel Luis Jiménez
21 septiembre 2022 | 13:00 h

Los orígenes del SARS-CoV-2 continúan generando numerosas dudas. La zoonosis es la causa más plausible dentro de la comunidad científica, pero se necesita obtener un mayor conocimiento sobre el proceso completo no solo para afrontar con más herramienta la pandemia actual, sino también para poder estar mejor preparados de cara al futuro.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) inició una investigación de forma conjunta con China que fue muy criticada dado el grado de control y falta de transparencia que desde Pekín se ejercía. La zoonosis fue la conclusión establecida, pero la segunda parte de esta misión nunca llegó a producirse tras la negativa de las autoridades chinas después de que la OMS considerase otras vías de investigación, como la posible fuga de un laboratorio.

La Comisión The Lancet ha publicado recientemente los resultados de un trabajo de dos años de duración en el que un nutrido grupo de expertos internacionales ha analizado los principales errores que se han cometido a nivel global en el control de la pandemia. Entre sus conclusiones aparecen críticas a la OMS por su tardanza en la adopción de ciertas medidas y decisiones, y se enfatiza en la imperiosa necesidad de conocer, de una vez por todas, los orígenes del coronavirus.

“Los orígenes proximales del SARS-CoV-2 aún se desconocen. Identificar estos orígenes proporcionaría una mayor claridad no solo sobre las causas de la pandemia actual, sino también sobre las vulnerabilidades a futuros brotes y las estrategias para prevenirlos”, exponen los autores del referido informe.

Estos muestran su apoyo a la carta publicada por un grupo de científicos en la revista Science en mayo de 2021: “Debemos tomarnos en serio las hipótesis sobre los efectos secundarios tanto naturales como de laboratorio hasta que tengamos datos suficientes”. A esta postura suman la misiva de otro grupo de científicos publicada por The Lancet en octubre de 2021: “Falta evidencia abrumadora de un origen zoonótico o relacionado con la investigación”.

Aunque se desconocen los orígenes proximales, se cree que el SARS-CoV-2 deriva de un coronavirus relacionado con murciélagos que cuenta con capacidad para infectar las células humanas gracias al punto de escisión de furina. Desde 2006, tras la aparición del síndrome respiratorio agudo severo, los puntos de escisión de furina han sido objeto de estudio en laboratorios. Su presencia en el SARS-CoV-2 no basta para identificar por tanto un origen natural o en laboratorio.

En base a la evidencia científica disponible los autores del informe que nos ocupa han identificado dos posibles vías de emergencia. La primera se focaliza en que el coronavirus surgió como un evento indirecto natural, es decir, de una transmisión zoonótica del virus no relacionada con la investigación de un animal a un humano y, posteriormente, de un humano a otro.

“Los orígenes proximales del SARS-CoV-2 aún se desconocen. Identificar estos orígenes proporcionaría una mayor claridad no solo sobre las causas de la pandemia actual, sino también sobre las vulnerabilidades a futuros brotes y las estrategias para prevenirlos”

La segunda vía que se contempla apunta a que el virus surgió a través de actividades relacionadas con la investigación, planteándose tres hipótesis: la infección de un investigador en el campo mientras recolectaba muestras, la infección de un investigador en el laboratorio mientras estudiaba virus recolectados en su hábitat natural, y la infección de un investigador en un laboratorio mientras estudiaba virus manipulados genéticamente. “Debido a que tanto las vías de transmisión natural como las relacionadas con la investigación son factibles, la prevención de la aparición de futuros patógenos pandémicos debe incluir dos estrategias distintas: la prevención de la transmisión natural (zoonótica) y la prevención de efectos indirectos relacionados con la investigación. Cada una de estas estrategias requiere acciones específicas”.

ANÁLISIS DE LOS POSIBLES ORÍGENES PROXIMALES

Los investigadores señalan que la primera vía de transmisión que se contempla es el desbordamiento natural. La mayoría de las epidemias a las que la humanidad ha tenido que hacer frente han involucrado a un patógeno que ha dado el salto de un huésped animal a los humanos, iniciándose posteriormente la transmisión de persona a persona. En este sentido el informe especula con que es probable que la fuente proximal del SARS-CoV, el coronavirus que provocó el brote del síndrome respiratorio agudo severo en 2003-04, tuviese su origen en animales exóticos que se encontraban en un mercado de animales vivos (conocidos popularmente como “mercados húmedos”) en Guangdong (China). Se apunta, probablemente a las civetas e, incluso, perros mapaches.

En el caso del reservorio proximal del MERS-CoV, coronavirus responsable del síndrome respiratorio de Oriente Medio, son los dromedarios. En ambos casos los murciélagos se han identificado como la principal fuente evolutiva del virus.

“Al momento de la publicación de este informe, las tres hipótesis asociadas con la investigación siguen siendo plausibles”

“Debido a que tanto el síndrome respiratorio agudo severo como el síndrome respiratorio de Medio Oriente son el resultado de los efectos secundarios naturales de los betacoronavirus, los brotes de estas enfermedades generaron preocupaciones de que tales efectos secundarios ocurrirían en el futuro. El SARS-CoV-2 bien podría ser un caso así, especialmente dados los hallazgos de virus similares al SARS-CoV-2 en murciélagos en el este de Asia”, exponen el informe de la Comisión The Lancet.

La comunidad científica advierte desde hace años de los peligros que supone la invasión por parte del ser humano de hábitats naturales. En estos habitan animales que porta patógenos a los que el ser humano puede no haberse enfrentado. La tala masiva de árboles, la expansión de las zonas urbanas o los mercados húmedos, por citar algunos ejemplos, fuerzan el contacto de los humanos con animales exóticos que favorecen estas zoonosis.

En este sentido las dos vías secundarias contempladas para un evento natural apuntan a la transmisión directa de un murciélago a un humano y la transmisión de murciélago a un huésped intermedio y después a un humano. “Es posible que el virus haya pasado directamente de los murciélagos a los humanos porque hay coronavirus de murciélago que pueden unirse a la enzima convertidora de angiotensina humana 2 y, por lo tanto, infectar a los humanos sin adaptación. Los murciélagos que se sabe que albergan estos virus están presentes en todo el este de Asia, incluso en el centro de China”, recoge el informe.

La otra vía natural barajada es la transmisión de los murciélagos a un mamífero huésped intermedio y, posteriormente, a un ser humano. Una opción plausible porque muchos de los primeros casos conocidos de Covid-19 en humanos en Wuhan se asociaron con el mercado de mariscos de Huanan, en el que se vendían animales como perros mapaches que se sabe que son susceptibles a los coronavirus relacionados con el SARS.

“Debido a que los betacoronavirus relacionados con el SARS-CoV-2 se encuentran en el este de Asia, la búsqueda de una fuente natural de SARS-CoV-2 debe continuar con un alto enfoque e intensidad, ya que el eventual descubrimiento de un reservorio natural del virus podría ocurrir solo después de años de búsqueda, y muy posiblemente fuera de China”

Sin embargo, como ningún animal en el mercado dio positivo por SARS-CoV-2, no se sabe si los casos de Covid-19 asociados con este mercado indican el origen proximal real del virus o un brote secundario traído por humanos al mercado.

Los primeros casos de Covid-19 se identificaron precisamente en el referido mercado de mariscos de Huanan a finales de diciembre de 2019, pero no se descarta que el virus ya circulase en noviembre o incluso antes. Esto indicaría que el brote del mercado de Huanan no sería el origen sino un evento amplificador. A pesar de las más de 80.000 muestras recogidas de una amplia variedad de animales salvajes y domésticos recolectadas en China entre 2015 y  marzo de 2020, en ninguna se detectó infección por SARS-CoV-2.

“Debido a que los betacoronavirus relacionados con el SARS-CoV-2 se encuentran en el este de Asia, la búsqueda de una fuente natural de SARS-CoV-2 debe continuar con un alto enfoque e intensidad, ya que el eventual descubrimiento de un reservorio natural del virus podría ocurrir solo después de años de búsqueda, y muy posiblemente fuera de China”, matizan.

En cuanto a la posible liberación de un patógeno relacionado con investigaciones, se esgrimen las siguientes conclusiones por parte de la Comisión The Lancet: “Los avances en biotecnología en las últimas dos décadas han hecho posible crear patógenos nuevos y altamente peligrosos a través de la manipulación genética, por ejemplo, creando virus quiméricos al combinar el material genético de más de un patógeno viral, o virus mutantes a través de la inserción deliberada de un virus. La bioingeniería de virus similares al SARS-CoV para el estudio y prueba de posibles fármacos y vacunas avanzó sustancialmente después del brote del síndrome respiratorio agudo severo en la década de 2000”.

Explican que estos experimentos de laboratorio implicaron la creación de nuevos virus, la mutación de virus, la creación de virus quiméricos y el paso de una serie de virus a través de cultivos celulares con el objetivo de probar su transmisibilidad, virulencia, inmunogenicidad y tropismo del huésped.

“Al momento de la publicación de este informe, las tres hipótesis asociadas con la investigación siguen siendo plausibles”, detallan los investigadores, indicando que “actualmente no existe un sistema para el control global y la regulación de la investigación de ganancia en función del interés (hace referencia a la investigación orientada a aumentar la transmisibilidad y virulencia de los patógenos)”.

En resumen, existen múltiples orígenes proximales del SARS-CoV-2, pero todavía existe una escasez de trabajo independiente, científico y colaborativo. La búsqueda sobre los orígenes del coronavirus “requiere un trabajo imparcial, independiente, transparente y riguroso por parte de equipos internacionales en los campos de la virología, epidemiología, bioinformática y otros campos relacionados, y con el apoyo de todos los gobiernos”, concluyen los responsables de la Comisión The Lancet.

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