Pablo Barreiro, Hospital Carlos III: “No se puede decir que el coronavirus es como una gripe"

El médico adjunto del Servicio de Medicina Interna en la Sección de Enfermedades Infecciosas Tropicales del hospital explica que el covid-19 solo puede ser comparado con la gripe común en los casos más leves.

La Inteligencia estadounidense no consigue aclarar el origen de la Covid-19 (Foto: Pixabay)
2 marzo 2020 | 00:00 h

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, informaba que el coronavirus no debería ser comparado con una gripe común, a pesar de que las medidas de prevención que se están aplicando sean similares en ambos casos.

"Si me pidieran sugerencias para prevenir este virus daría consejos similares que en una gripe: lavar las manos frecuentemente, no tocar la cara con las manos... en ausencia de una vacuna, y aunque científicamente no sea igual a la crisis, los principios básicos de prevención son los mismos", explicaba en una de las últimas ruedas de prensa celebradas por la OMS.

El rápido avance del coronavirus ha desatado una alarma social que se encuentra sumida en la más absoluta incertidumbre. Una situación motivada en parte por el gran parecido entre el covid-19 y la gripe común que, actualmente, se encuentra en uno de sus picos máximos. ¿Cómo podemos diferenciarlos?

Una pregunta cuya respuesta resulta fundamental no solo para calmar a la población sino como medida preventiva de contagio. “Se trata de un virus que se está extendiendo con más rapidez de la que esperábamos. Se estima que un infectado puede infectar a dos personas”, explica en la entrevista concedida a ConSalud.es el doctor Pablo Barreiro, médico adjunto del Servicio de Medicina Interna en la Sección de Enfermedades Infecciosas Tropicales del Hospital Carlos III, y docente del Máster de Bioética de UNIR.

“Se trata de un virus que se está extendiendo con más rapidez de la que esperábamos. Se estima que un infectado puede infectar a dos personas”

Una situación que podría complicarse ya que “hay mucha gente que tiene la enfermedad y no presenta síntomas o apenas los manifiesta por lo que la tasa de infección probablemente sea mayor de lo que pensábamos”.

“La enfermedad, aparentemente, viene a presentarse como un cuadro respiratorio, un catarro fuerte. Hay mucho caso asintomático y es posible que la alarma que hay no sea tanto como lo que se está generando ya que los casos que se diagnostican son los más graves”.

Sobre el número de fallecidos explica que el coronavirus tiene una mortalidad por debajo del 2% “menor que otros virus que han provocado epidemias”, expresada recalcando que “todavía nos faltan muchos datos”.

“Hay una evidencia biológica de que el virus es difícil de controlar”, situación que se traduce en el escenario de alarma social en el que nos hallamos inmerso, provocado en gran parte por el “desconocimiento que tenemos”.

“Necesitamos tiempo. Los datos que llegaban de China al principio generaron una situación dantesca. En Europa se están viendo fallecimientos y es una enfermedad nueva. Si las cosas evolucionan como esperamos sospechamos que se irá viendo que no estamos ante una infección no tan grave que genera más problemas en personas mayores y enfermos, las cosas irán volviendo a su cauce”.

“Dentro de la palabra gripe tenemos vacuna que mitiga mucho sus complicaciones gracias a los programas de vacunación de los grupos de riesgo”

Deja claro que el coronavirus no puede ser asimilado en términos de conceptos como una gripe. “Dentro de la palabra gripe tenemos vacuna que mitiga mucho sus complicaciones gracias a los programas de vacunación de los grupos de riesgo”.

Señala que en aquellos pacientes con sintomatología leve si se puede parecer a una gripe común. “No se puede decir que el coronavirus es como una gripe. Es necesario analizar lo que está pasando y que nos vayamos todos tranquilizando”.

“No hay que bajar la guardia e intentar en la medida de lo posible evitar extender la infección. Las mascarillas son fundamentales para personas que tengan síntomas respiratorios. Esto debería implantarse como una cultura sanitaria”, incluso en los casos de alergia o gripe.

“Para protegerse una persona sana la mascarilla puede ser útil para el personal sanitario y, fuera de estos, en personas de riesgo como ancianos o enfermos crónicos si van a estar en lugares concurridos o medios de transporte”, indica explicando que “fuera de eso, yo no lo veo tan necesario”.

“Hay una medida que pasamos por alto y es la transmisión por contacto. El virus puede quedarse en superficies y objetos y podemos tocarlos e infectarnos. Aquí la mascarilla no sirve de nada por lo que hay que insistir en la higiene de manos”, ha concluido.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.