Las precauciones por la Covid-19 reducen las tasas de lactancia materna

Uno de cada cinco hospitales desaconsejó la lactancia materna directa, pero permitió que fueran las madres las que tomasen la decisión final. El 13% de los centros hospitalarios no apoyó la lactancia materna directa.

Madre amamantando a su bebé (Foto. Freepik)
Madre amamantando a su bebé (Foto. Freepik)

Al inicio de la pandemia provocada por el coronavirus SARS-CoV-2, la evidencia científica que se tenía del nuevo virus era prácticamente inexistente. Casi un año después continuamos obteniendo respuestas, pero las incógnitas que aún plantea son múltiples. Este desconocimiento extendido durante los primeros meses llevó a las autoridades sanitarias a realizar recomendaciones que más tarde fueron rechazadas y rechazar algunas de las efectuadas. En la mente de todos están por ejemplo las mascarillas, cuya obligatoriedad no fue decretada por ley hasta mayo de 2020 o la confirmación de la transmisión del coronavirus a través de aerosoles.

En este sentido las embarazadas y las mujeres que han tenido a sus hijos durante estos meses han tenido que hacer frente a muchas recomendaciones que han ido variando a medida que la evidencia científica ha ido ampliándose. Especialmente en el terreno de la lactancia.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó que las madres con Covid-19 tomasen precauciones en el contacto piel con piel con sus bebés, cuidasen la higiene de las habitaciones en las que durmiesen los pequeños y que mantuviesen la lactancia, siempre utilizando mascarillas. Unas recomendaciones de las que quedaban exentas por supuesto aquellas madres que estuviesen gravemente enfermas.

Consejos en la línea de los formulados por la Academia Estadounidense de Médicos de Familia, mientras que el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos abogó por que cada caso fuese analizado de forma conjunta entre las madres y sus médicos. Por su parte los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) y la Academia Estadounidense de Pediatría recomendaron en los inicios de la pandemia separar temporalmente a las madres infectadas de sus recién nacidos. Semanas más tarde actualizaron sus guías llegando a recomendar, al igual que la OMS, el contacto piel con piel, posibilidad de compartir habitación y la lactancia cumpliendo con unas precauciones de higiene básicas.

Para evaluar cómo las precauciones y recomendaciones han influido en la lactancia materna, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), han realizado varias encuestas en 1.344 hospitales estadounidenses a lo largo del pasado verano. Los investigadores informan que en el 14% de los centros hospitalarios se ha desaconsejado la lactancia materna y el 6,5% ha prohibido el contacto entre madres e hijos ante casos positivos o sospechosos. Casi el 40% de los hospitales analizados ha desaconsejado que las madres e hijos compartiesen habitación y el 5,3% lo ha prohibido.

Casi el 40% de los hospitales analizados ha desaconsejado que las madres e hijos compartiesen habitación y el 5,3% lo ha prohibido

Un dato interesante revelado por este estudio es que casi tres cuartas partes de los hospitales participantes en la encuesta dieron el alta a las nuevas madres en menos de 48 horas tras el parto para evitar posibles contagios por Covid-19.

El informe elaborado indica que uno de cada cinco hospitales desaconsejó la lactancia materna directa, pero permitió que fueran las madres las que tomasen la decisión final. El 13% de los centros hospitalarios no apoyó la lactancia materna directa, pero alentó a las madres a proceder a la extracción de leche materna para alimentar a los bebés.

Lo cierto es que estas recomendaciones y prohibiciones son contrarias a muchas de las prácticas sobre lactancia materna recomendadas en estos meses y que se apoyan en la evidencia científica. Motivo por el que los autores alertan de que conducen directamente a una reducción en las tasas de lactancia materna.

Casi dos de cada tres bebés no son amamantados en los primeros seis meses de vida

“Las mujeres con Covid-19 o sospechosas de infección que están separadas de sus recién nacidos y estos no se alimentan directamente a través del pecho, pueden necesitar apoyo profesional para la lactancia”, concluyen los autores.

MECANISMO PARA PROTEGER LA SALUD

Sobre la lactancia materna la Organización Mundial de la Salud señala que se trata de uno de los mecanismos más eficaces a la hora de garantizar la salud y la supervivencia de los niños. Sin embargo, casi dos de cada tres bebés no son amamantados en los primeros seis meses de vida. Prácticamente totalmente recomendada por los expertos en este periodo. Señalan que la tasa referida no ha mejorado en las dos últimas décadas y los problemas añadidos por la Covid-19 están incluso empeorando los datos.

La leche materna es el alimento ideal para los bebés. La OMS afirma que “es seguro, limpio y contiene anticuerpos que pueden ayudar a proteger contra muchas enfermedades infantiles comunes”. La leche materna proporciona toda la energía y nutrientes que los bebés necesitan en sus primeros meses de vida.

Diversos estudios sugieren además que los niños que han sido amamantados se desempeñan mejor en las pruebas de inteligencia, tienen menos probabilidades de tener sobrepeso u obesidad y son menos propensos a desarrollar diabetes en el futuro. Además, las mujeres que amamantan reducen el riesgo de padecer cáncer de mama y ovario.

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