Pronósticos fallidos de Sanidad en pandemia: del optimismo sin evidencia a la falta de prudencia

Repasamos las ocasiones en las que las previsiones de Fernando Simón, más optimistas que realistas, acabaron por convertirse en algunos de los grandes errores de la gestión de la pandemia.

El máximo responsable del CCAES, el doctor Fernando Simón, en rueda de prensa (Foto. La Moncloa)
El máximo responsable del CCAES, el doctor Fernando Simón, en rueda de prensa (Foto. La Moncloa)

Ningún gobierno del mundo estaba preparado para la pandemia provocada por el SARS-CoV-2, el coronavirus que ha desatado la peor crisis sanitaria a la que la humanidad ha tenido que hacer frente en, al menos, los últimos 100 años. Una máxima que se ha repetido hasta la saciedad y que tenía validez en las primeras olas de la pandemia cuando el virus era prácticamente un absoluto desconocido. Mucho tiempo ha pasado ya desde aquel fatídico 14 de marzo de 2020 cuando se declaraba el Estado de Alarma en nuestro país y el confinamiento masivo se erigió como la única arma posible para el control de un virus que ya circulaba con anterioridad.

Hablar a toro pasado es fácil. Todos lo sabemos y es un recurso sobre el que se ha construido de forma más o menos constante el discurso político de nuestro país desde que la Covid-19 llegó a nuestras vidas. Cierto es que la evidencia científica sobre el SARS-CoV-2 brillaba por su ausencia en los primeros momentos, pero esto, debería haber servido para sentar las bases de una prudencia narrativa pública que hubiese evitado la confusión y desconfianza de la población. Una asignatura pendiente del Ejecutivo de Pedro Sánchezque ha pecado de sobreexposición pública durante las primeras olas de la pandemia. Demasiadas ruedas de prensa para no decir nada y aumentar, en muchas ocasiones, la incertidumbre y el temor de la población.

El máximo exponente de esta fallida estrategia comunicativa lo encontramos en Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad (CCAES) y, sin duda alguna, la cara mediática del Gobierno central en esta pandemia. ¿El pecado de Simón? Aventurarse en demasiadas ocasiones con pronósticos que no se han cumplido. Recordamos una vez más su difícil labor, la falta de evidencia científica y el tener que dar la cara día tras día por una estrategia guiada por la improvisación en muchos momentos. Un titánico esfuerzo que nadie le niega. Pero las predicciones han primado en muchas ocasiones en su discurso por encima de la prudencia inherente a su cargo en una circunstancia tan delicada como la vivida. Y, el problema, es que continúa. El director del CCAES es víctima de su propia cercanía y optimismo que llevan a la sociedad a asociar sus apreciaciones y opiniones personales como si se tratase de declaraciones meramente gubernamentales.

El director del CCAES es víctima de su propia cercanía y optimismo que llevan a la sociedad a asociar sus apreciaciones y opiniones personales como si se tratase de declaraciones meramente gubernamentales

El pasado mes de junio el director del CCAES declaraba lo siguiente sobre la variante Delta (B.1.621.2, detectada originalmente en India): “No está teniendo un impacto importante en España”. Cierto es que en ese momento Delta no se había expandido ampliamente por el país, pero el viceconsejero de Salud Pública y Plan Covid-19 de la Comunidad de Madrid, Antonio Zapatero, afirmaba días antes con gran preocupación que en la región ya existía “transmisión comunitaria”.

El recorrido de Delta este verano en España es conocido por todos. La variante se ha erigido en poco tiempo como predominante en gran parte del mundo, incluyendo España, destronando así a la variante Alfa (B.1.1.7, detectada originalmente en Reino Unido). Damos un salto temporal hasta el 21 de septiembre. De acuerdo a la última actualización de la situación epidemiológica de las variantes del SARS-CoV-2 en España, Delta ya es la dominante en la semana 36 (del 6 al 12 de septiembre), con datos de 13 comunidades autónomas. El porcentaje de casos compatibles estimado por PCR se encuentra entre el 52,6 y  el 100%, con 12 de estas 13 comunidades autónomas por encima del 90%.

‘SERÁN UNO O DOS CASOS’

Nos encontramos ante una de las frases más célebres de la pandemia. Los primeros casos de Covid-19 fueron detectados en diciembre de 2019 en la ciudad china de Wuhan. Multitud de estudios realizados posteriormente han confirmado que el virus ya circulaba con anterioridad no solo en el país asiático, sino en otras regiones del mundo.

El pasado mes de junio el director del CCAES declaraba lo siguiente sobre la variante Delta (B.1.621.2, detectada originalmente en India): “No está teniendo un impacto importante en España”

El 31 de enero de 2020 la epidemia que vivía China le parecía demasiado lejana a occidente como para encender algún tipo de alarma. Las naciones europeas pecaron de imprudentes y adoptaron todas las medidas preventivas tarde, cuando el enemigo ya estaba en casa. En esta fotografía nos desplazamos al 31de enero de 2020. En la rueda de prensa ofrecida por Simón para valorar la situación de la epidemia de China, este afirmaba que “España no va a tener, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado”.

El director del CCAES comunicaba, en nombre de las autoridades sanitarias, que esperaban que “no haya transmisión local y, en ese caso, sería muy limitada y controlada”. En ese momento se investigaban cinco casos sospechosos en la isla de La Gomera y un caso en Castilla-La Mancha. “Con la información que tenemos ahora mismo, hay indicios de que esta enfermedad sigue sin ser excesivamente transmisible”, aseguraba señalando que “parece, según el número de casos diagnosticados, que la epidemia comienza a remitir”. Esa misma noche el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III comunicaba a la Consejería de Sanidad de Canarias el primer positivo de España en Covid-19 entre los referidos casos sospechosos de La Gomera.

¿Era prudente realizar afirmaciones tan contundentes, sin apenas evidencia científica, como las realizadas por Fernando Simón? De ninguna manera. Menos en un mundo globalizado e interconectado como en el que vivimos que ha propiciado la rápida propagación del virus, no solo en sus inicios sino a lo largo de la pandemia como ha quedado tristemente demostrado con la tardanza con la que se ha actuado ante la propagación de las distintas variantes.

‘NO ES NECESARIO QUE LA POBLACIÓN USE MASCARILLAS’

Las mascarillas se han convertido en uno de los símbolos de la pandemia. La evidencia científica ha demostrado sobradamente su importante papel a la hora de evitar infectarnos e infectar al resto. Pero no siempre fue así.

“España no va a tener, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado”

“No es necesario que la población use mascarillas”, declaraba en rueda de prensa el director del CCAES el 26 de febrero de 2020. “El uso de las mascarillas sí que puede ser interesante en los pacientes con sintomatología, y eso las autoridades sanitarias lo indicarán, pero no tiene ningún sentido que la población ahora esté preocupada por si tiene o no tiene ahora mascarillas en casa. No es una opinión nuestra a nivel nacional, es una expresión expresada por la OMS y otros países”, añadía en un momento en el que las mascarillas eran un bien escaso ante la confusión y falta de evidencia científica.

CONTAGIO A TRAVÉS DE AEROSOLES

El 3 de julio de 2020 un grupo formado por más de 200 científicos alertaron a la comunidad científica internacional y a la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) del peligro de contagio del SARS-CoV-2 a través de los aerosoles. Hasta ese momento las únicas vías de contagio contempladas se centraban en las gotitas que expulsamos al hablar, toser o estornudar, por ejemplo, y el contacto con las superficies que pudiesen estar contaminadas por esas gotas.

Fernando Simón fue preguntado por la carta abierta de los referidos científicos y su respuesta fue que no se contaba con “evidencias sólidas que apoyarán esa tesis”. Sí que reconoció esta posibilidad de contagio en espacios como los hospitales, pero no en otros. En el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) celebrado esa semana se publicó un documento de respuesta coordinada en el que se incluía esta vía de contagio.

IMPACTO ‘MARGINAL’ DE LA VARIANTE ALFA

Antes de la predominancia de Delta, Alfa era la variante que despertaba todas las preocupaciones. Tras las navidades de 2020 Simón nos recordaba el 11 de enero de 2021 que nuestro comportamiento era el verdadero problema de la transmisión y no Alfa, sobre la que matizaba que “el impacto de la variante, en caso de tener algún impacto, será marginal, al menos en nuestro país”.  En los primeros meses del año Alfa se expandió rápidamente por gran parte de las comunidades autónomas llegando a representar el 70% de los casos hasta el inicio de la propagación de Delta. Actualmente Alfa representa el 1% de los casos.

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