La nueva ola de contagios en la que se encuentra inmersa España ha encendido todas las alarmas ante la cercanía de la Navidad y lo que estas fechas pueden suponer en términos epidemiológicos. La variante Ómicron (B.1.529, detectada originalmente en Sudáfrica) gana a gran velocidad terreno a la todavía dominante Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India) en un contexto europeo en el que cada vez más países adoptan nuevas restricciones y medidas con el objetivo de evitar el colapso de sus sistemas sanitarios. Con esta fotografía de fondo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, realizaba una declaración institucional el pasado domingo 19 de diciembre.
Una aparición en la que no se anunciaron nuevas medidas ni restricciones. Únicamente fue utilizada para avanzar una nueva Conferencia de Presidentes que se celebrará el próximo 22 de diciembre. Un punto de encuentro entre Moncloa y los distintos ejecutivos autonómicos para valorar la realidad epidemiológica ante la que nos encontramos provocada por la sexta ola de la pandemia, y que muchos han criticado por la tardanza ya que la Conferencia tendrá lugar apenas 48 horas antes de que se celebre la Nochebuena.
A pesar del evado número de nuevas infecciones que se reporta en España desde hace algunas semanas y que ya sitúan a nuestro país en el umbral del “riesgo muy alto”, lo cierto es que no se están traduciendo en un pico asistencial en términos de aumento de pacientes con Covid-19 ingresados en los hospitales o de las camas UCI a nivel nacional, aunque preocupa la situación en la que se encuentran algunas comunidades autónomas. El problema reside en que la Navidad es la época del año por excelencia de las reuniones familiares y sociales. Encuentros en espacios cerrados, con un gran número de personas en los que no se utilizará la mascarilla ni se respetará la distancia de seguridad. Se suma el hecho de que las bajas temperaturas reducirán la ventilación recomendada. Un caldo de cultivo perfecto para que después de las navidades la situación epidemiológica del país reporte una fotografía mucho más preocupante que la que ahora observamos.
La situación a la que nos enfrentamos no es nueva. Se inicia la segunda Navidad en pandemia y ya hemos sido testigos de lo que esto puede suponer, con la diferencia de que este año contamos con uno de los porcentajes de cobertura vacunal contra la Covid-19 más elevados del mundo. La amplia absorción de las vacunas por parte de la población española se traduce en un contexto que difiere notablemente del reportado por muchos de los países europeos que se están viendo obligados a adoptar restricciones y medidas más contundentes para frenar la ola del virus que recorre el viejo continente.
Teniendo en cuenta el recorrido del mensaje del Gobierno desde el inicio del mes de diciembre, previsiblemente, la Conferencia de Presidentes del próximo miércoles únicamente servirá para que desde Moncloa se derive el brazo decisor y ejecutor de las posibles medidas y restricciones en las comunidades autónomas
El Gobierno es plenamente consciente de la situación que tiene ante sí. A principios del mes de diciembre la Ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta, grupo asesor de Moncloa sobre el coronavirus, emitía sus recomendaciones para la celebración de las fiestas navideñas. Entre las propuestas recogidas en el referido documento se contemplaban la limitación de comensales en las reuniones sociales y familiares o la realización de un test de antígenos antes de acudir a estas para descartar la posibilidad de estar infectados. Tal y como informan desde 20 Minutos se pusieron además sobre la mesa otras recomendaciones como la prohibición del consumo en barra, limitar celebraciones como las cabalgatas de Reyes o aumentar la frecuencia del transporte público en los días más señalados. Todas estas propuestas parecen haber sido desoídas por el Ejecutivo central y el Ministerio de Sanidad, con Carolina Darias al frente.
La respuesta a esta situación la encontramos en la rueda de prensa celebrada el pasado 1 de diciembre en la que la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, confirmaba que desde Moncloa no se barajaba la opción de poner en marcha nuevas restricciones para no “parar la economía”. Especificó que no rechazan las restricciones impuestas la Navidad anterior, pero que el contexto epidemiológico actual difiere gracias al buen avance de la campaña de vacunación.
Desde Sanidad se insiste en vacunar, utilizar mascarillas, higiene de manos y adecuada ventilación de los espacios. Desde el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), las recomendaciones pasan por limitar el número de personas que asisten a las reuniones sociales y familiares.
Teniendo en cuenta el recorrido del mensaje del Gobierno desde el inicio del mes de diciembre, previsiblemente, la Conferencia de Presidentes del próximo miércoles únicamente servirá para que desde Moncloa se derive el brazo decisor y ejecutor de las posibles medidas y restricciones en las comunidades autónomas. Situación que no tiene mucho sentido dada la elevada incidencia acumulada a 14 días por cada 100.000 habitantes a nivel nacional que requiere de una acción coordinada desde Moncloa y criterios de aplicación comunes a todas las comunidades autónomas.