SARS-CoV-2 y neonatos: ¿cómo afecta la Covid-19 a los recién nacidos?

Un nuevo estudio desarrollado en Reino Unido encuentra nuevas evidencias sobre cómo se producen los contagios y el curso de la Coivd-19 en recién nacidos.

Bebé recién nacido (Foto. Freepik)
Bebé recién nacido (Foto. Freepik)

Los bebés muestran diferencias del resto de niños respecto a su exposición al nuevo coronavirus SARS-CoV-2. Sin embargo, la forma en la que la Covid-19 les afecta continúa siendo un escenario plagado de incógnitas ya que los datos relativos a la evidencia científica en este grupo son escasos y se presentan con grandes variaciones.

En este sentido The Lancetha publicado los resultados de una reciente investigación desarrollada por el Instituto Nacional de Investigación de Salud de Reino Unido, que tiene como objetivo ampliar la literatura científica sobre cómo el virus afecta a los bebés en Reino Unido. El estudio de cohorte prospectiva ha analizado los casos de bebés con infección confirmada por SARS-CoV-2 en los primeros 28 días de vía y que recibieron atención hospitalaria entre el 1 de marzo y el 30 de abril de 2020.

Se identificaron 66 bebés con infección confirmada en dicho periodo de los que 28 (42%) padecían SARS-CoV-2 neonatal grave. Cabe señalar que 17 de estos bebés (26%) con infección confirmada nacieron de madres con infección perinatal y se consideró que dos (3%) presentaban una posible infección adquirida verticalmente (muestra positiva dentro de las 12 horas posteriores al parto donde la madre también fue positiva). Ocho de los bebés (12%) presentaban sospecha de infección adquirida nosocomialmente. A 28 de julio de 2020, 58 de los 66 bebés habían recibido el alta, siete continuaban ingresados y uno falleció por causas no relacionadas con el SARS-CoV-2.

Los responsables de la investigación indican que la infección neonatal por SARS-CoV-2 es poco común en los bebés ingresados en hospitales

Del total de los bebés que fueron diagnosticados con Covid-19 en el periodo abarcado por el estudio, 27 eran varones y 35 mujeres. De estos, 29 (45%) eran negros, asiáticos o pertenecientes a otras minorías. Los signos más comunes en la presentación de la enfermedad fueron la hipertermia, mala alimentación o vómitos. Los problemas respiratorios y el letargo también aparecieron con frecuencia. Siete de los bebés fueron asintomáticos y únicamente se diagnosticó la infección tras realizar la prueba ante la sospecha de infección de la madre.

De los 21 bebés a los que se les diagnosticó la infección en los siete días posteriores al nacimiento, 14 nacieron a término, un bebé prematuro necesitó ventilación, ocho bebés (tres nacidos a término) requirieron oxígeno suplementario y cinco recibieron apoyo respiratorio no invasivo. Dos de los 66 bebés fueron tratados con agentes antivirales y otros dos con corticoides. Uno recibió un tratamiento de inmunoglobulina combinada.

El tiempo medio de estancia hospitalaria de los bebés con infección por SARS-CoV-2 fue de dos días. Los que precisaron de ingreso en una unidad neonatal reportaron una estancia más larga con una media de siete días. En el caso de los que ingresaron en UCI o una Unidad de Pediatría la estancia media fue de dos días.

Los responsables de la investigación indican que la infección neonatal por SARS-CoV-2 es poco común en los bebés ingresados en hospitales. La infección con el ingreso neonatal después del nacimiento de una madre con infección perinatal por SARS-CoV-2 es poco probable y, posiblemente, la transmisión vertical rara. En base a los hallazgos los investigadores manifiestan que este estudio respalda la orientación internacional para evitar la separación de la madre y el bebé.

La evidencia científica disponible hasta el momento señala que el curso grave de la Covid-19 podría ser más común en lactantes y neonatos que en niños de más edad

La evidencia científica disponible hasta el momento señala que el curso grave de la Covid-19 podría ser más común en lactantes y neonatos que en niños de más edad. El problema que encuentran ante estas afirmaciones los responsables del estudio es que se apoyan en informes de casos y series en los que no se basan en la población en general. Hecho que se traduce en el desconocimiento relativo a la incidencia de la infección neonatal sintomática por SARS-CoV-2 y la transmisión vertical, las características de presentación, la gravedad y los resultados a nivel de la población general.

Cabe señalar que la escasa información disponible sobre las enfermedades neonatales y la transmisión del SARS-CoV-2 entre madres y recién nacidos ha dado lugar a una amplia variación en las orientaciones de los tratamientos de los bebés ante el virus. En algunos países como China se recomienda que las madres infectadas sean separadas inmediatamente de los recién nacidos y no se permita la lactancia. Por el contrario, las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y países como Reino Unido, se centran en no separar a madre y recién nacido fomentando la lactancia siempre que se mantengan una serie de medidas de higiene.

Los autores del estudio afirman que es probable que la separación de una madre y su recién nacido pueda ocasionar consecuencias perjudiciales en su vínculo materno-filial, la salud mental perinatal y la lactancia. “Es fundamental que, con la aparición de nuevas enfermedades, la política se guíe sobre datos sólidos e imparciales”, concluye el artículo de The Lancet.

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