El Hospital Gregorio Marañón emplea el Método Ponseti para el tratamiento del pie zambo

El Método Ponseti corrige el pie mediante la colocación de yesos, una pequeña incisión en el tendón de Aquiles y unas botas de horma recta que se ponen hacia el final del proceso

Paciente de pie zambo (Foto: Hospital General Universitario Gregorio Marañón)
Paciente de pie zambo (Foto: Hospital General Universitario Gregorio Marañón)

El Hospital General Universitario Gregorio Marañón trata pacientes pediátricos de pie zambo con el Método Ponseti. En concreto, la Sección de Traumatología y Ortopedia del Hospital Gregorio Marañón ha tratado a 455 niños en la consulta especializada en esta patología, lo que, junto con el empleo del pionero método, ha situado al hospital como uno de los referentes a la hora del abordaje del pie zambo.

El pie zambo o pie equino es un conjunto de deformidades congénitas que se encuentran presentes en el momento del nacimiento. De este modo, el pie del bebé no está orientado hacia delante, sino que se encuentra hacia abajo y gira hacia dentro. Hasta en el 50% de los casos se da en ambos pies y es más común en varones. Se trata de una de las deformidades congénitas infantiles más frecuentes, y afecta a uno de cada mil niños nacidos en España

Ángel José Villa: "El tratamiento que hacemos con el Método Ponseti se basa en hacer que el pie funcione lo mejor posible para que los niños puedan llevar una vida normal”

Sin embargo, el origen de esta patología es aún desconocido. “Aún no sabemos por qué se produce el pie zambo, pero cada vez más estudios nos indican que hay que abogar por un origen genético, es decir, hablamos de una deformidad congénita y, por eso, el tratamiento que hacemos con el Método Ponseti se basa en hacer que el pie funcione lo mejor posible para que los niños puedan llevar una vida normal”, explica Ángel José Villa, jefe de Sección de Traumatología y Ortopedia Infantil del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Gregorio Marañón.

Gracias al Método Ponseti, la deformidad es completamente curable en la actualidad. Así, el Método consiste en una "manipulación concreta y colocación específica de unos yesos en un orden preestablecido. Esos yesos se cambian cada semana durante unas cinco a siete semanas”, añade Ana María Martínez, médico adjunto de la unidad especializada en pie zambo.

El Método emplea unos yesos que van desde los dedos del pie hasta la raíz del muslo, con la rodilla colocada en 90 grados. Cada semana se cambia el yeso a los pacientes, movilizándoles el pie y colocando un yeso nuevo, repitiendo este proceso de cuatro a seis veces aproximadamente.

Tras este proceso indoloro, se pasa a una tercera fase en la que se realiza una incisión de dos milímetros en el tendón de Aquiles. Una vez realizado esto, el bebé sale con otro yeso que se mantiene durante tres semanas, hasta que cicatrice el tendón.

A continuación, tiene lugar la fase de ferulización, en la que a los pacientes se les ponen unas pequeñas botas de horma recta, unidas por el medio mediante una barra. Se colocan a los grados precisos, dependiendo de las necesidades de cada niño, previniendo recidivas. “El 80% lo hace (presenta recidivas), por eso es muy importante la labor que realizamos de explicarles a las familias la necesidad de que los niños tengan puestas las botas, nosotros les citamos cada 15 días para ver cómo van y revisar pero, al principio, deben usarlas 23 horas y ese compromiso lo deben adquirir las familias para que el resultado sea bueno”, comenta Rocío Gamero, médica adjunta del Servicio de Traumatología y Ortopedia Infantil del Hospital Gregorio Marañón.

Rocío Gamero: “El 80% lo hace (presenta recidivas), por eso es muy importante la labor que realizamos de explicarles a las familias la necesidad de que los niños tengan puestas las botas"

Una vez pasados tres meses con ellas, pueden ponérselas solo para dormir. Esto, en menores de 2 años, se traduce en unas 17 horas al día; a los 2-3 años 14 horas, y 12 horas hasta que tienen 5 años. Por último, acuden a revisiones cada seis meses tras haber cumplido los 5 años y después, anual o bienalmente, hasta que los pacientes dejan de crecer.

Por otro lado, el Hospital Gregorio Marañón ofrece formación en la asistencia a esta patología, así como el entrenamiento en la realización del Método Ponseti y la difusión de este método a todos los profesionales sanitarios. "Nos hemos convertido en uno de los centros referentes en esta patología y apostamos por ofrecer formación tanto a médicos residentes como a otros especialistas a través de jornadas que organizamos en el Marañón y en otros hospitales españoles", concluye Ángel Villa.

 

 

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