¿Cómo puede afrontar Europa la creciente cronicidad?: prevención, inversión y digitalización

El 20% de la población menor de 45 años tiene alguna patología crónica en Europa. Con el envejecimiento el porcentaje aumenta. La Efpia propone una serie de medidas para afrontar este problema

Paciente crónica hospitalizada atendida por sanitarios (Foto. Freepik)

Unas 22 millones de personas, la mitad de los españoles, tienen problemas crónicos en nuestro país. El envejecimiento de la población, así como los avances médicos, han incrementado el número de pacientes en situación de cronicidad, con patologías que marcan su calidad de vida y que tienen un gran impacto en los sistemas sanitarios. España es solo el reflejo a pequeña escala de lo que ocurre en el resto de Europa, un desafío para el que es necesario tomar medidas.

Cada año la población mayor de 65 años crece, con expectativas de vida cada vez mayores, pero también con diferentes problemas de salud. Se estima que más de la mitad de este grupo de edad tiene una enfermedad crónica o una discapacidad que le limita en su día a día. A eso se suma que un cuarto, el 20%, de la población europea entre 15 y 65 años son pacientes crónicos, lo que repercute en una mortalidad prematura que supone 115.000 millones de euros perdidos cada año en la Unión Europa (UE).

Alzhéimer y otras demencias, diabetes, problemas cardiovasculares o metabólicos, afectan a millones de personas al año, e incluso se están duplicando. Para 2030 se prevé que 38 millones de casos de diabetes en Europa, ese mismo año se estima que más de la mitad de la población tenga obesidad y 14 millones de personas alzhéimer. Patologías todas ellas que suponen, un importante gasto económico, 210.000 millones de euros al año, y un importante coste sanitario.

Mejorar la prevención y dar un tratamiento en el momento hubiera evitado 1 millón de muertes prematuras en los Estados miembro en 2019

Ante el actual panorama y las estimaciones futuras, los sistemas sanitarios europeos se enfrentan a un importante desafío para dar respuesta a la salud de la población. Prevenir la enfermedad y fomentar la salud son algunas de las estrategias que se están llevando a cabo por parte de los distintos ministerios y servicios de salud. Estas son las bases de muchas más medidas que tomar para mejorar las intervenciones y los accesos a la atención, reducir las complicaciones y las muertes prematuras y disminuir los costes económicos actuales.

SEIS PASOS FRENTE A LA CRONICIDAD

La Federación Europea de la Industria y Asociaciones Farmacéuticas (Efpia por sus siglas en inglés) ha publicado recientemente un informe en el que aconseja a los servicios de salud de cada país tomar una serie de medidas con las mejorar la respuesta a la cronicidad. Como indican desde la Federación, mejorar la prevención y dar un tratamiento en el momento hubiera evitado 1 millón de muertes prematuras en los Estados miembro en 2019.

La vacunación y la mejora de la literatura científica son dos medidas de prevención primaria capaces de frenar la aparición de problemas crónicos como la diabetes o una enfermedad respiratoria crónica. Medidas como la detección y tratamiento precoces de diferentes patologías constituyen la prevención secundaria para que una de estas enfermedades no se convierta en proceso crónico como un problema cardiovascular.

Otra de las medidas que señala el documento es incrementar la inversión en Atención Primaria, la puerta de entrada al sistema sanitario y la especialidad con el contacto más cercano a la población. Según indican, mayores recursos en los centros de salud permitirían detectar a tiempo los problemas, mejorar el seguimiento de los afectados y con ellos su calidad de vida y la detección de complicaciones que pudieran llevar a una hospitalización y mayores costes económicos.

La digitalización es una de las herramientas que ayudan a monitorizar a los enfermos diariamente, permitiendo a los facultativos adelantarse a posibles complicaciones o mejorando la eficacia del tratamiento

El retraso en el acceso farmacéutico supone a su vez un perjuicio para el paciente y el sistema sanitario. La aprobación de medicamentos en países como Italia y España viene determinada por evaluaciones y limitaciones coste-efectivas que, como señalan los expertos, olvidan que el coste de estos fármacos es una pequeña parte del gasto de la enfermedad y que reducen gastos “innecesarios” como las visitas a Urgencias, las hospitalizaciones o las complicaciones.

Además de mejorar el acceso a los fármacos, es preciso avanzar en el cumplimiento terapéutico. Según datos aportados por la Efpia, actualmente más del 40% de las usuarios con tratamiento hipolipemiante, que disminuye los niveles de lípidos en sangre y reducen los eventos cardiovasculares, y más del 60% de los pacientes en categoría de alto riesgo cardiovascular no logran sus objetivos terapéuticos por falta de adherencia que es preciso resolver con planes, pautas más simples y mayor educación del paciente.

La digitalización es una de las herramientas que ayudan a monitorizar a los enfermos diariamente, permitiendo a los facultativos adelantarse a posibles complicaciones o mejorando la eficacia del tratamiento. En este contexto, desde la Efpia recuerdan que además las nuevas tecnologías permiten mejorar la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades como es el caso del espacio europeo de datos sanitarios, que poco a poco va poniéndose en marcha en el entorno de la Unión.

Por último, la Federación señala la importancia de trabajar todos unidos: la Administración, los profesionales, los pacientes, los investigadores y la Industria, para crear políticas que respondan a las necesidades generados por los procesos crónicos en creciente prevalencia.

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