Los niños de entre 10 y 13 años son un 30% más proclives a sufrir dependencia de móviles y RRSS

Samuel Crespo, inspector de Educación: “Es crucial la concienciación y formación de las familias, la coordinación con el centro educativo y una adecuada formación docente”

Jornada Conectados y ¿protegidos? Defiende a tus hijos de los riesgos de las redes. (Foto: PSN)
Jornada Conectados y ¿protegidos? Defiende a tus hijos de los riesgos de las redes. (Foto: PSN)
CS
9 febrero 2024 | 10:35 h

El Grupo Previsión Sanitaria Nacional ha celebrado en su sede en Sevilla la jornada Conectados y ¿protegidos? Defiende a tus hijos de los riesgos de las redes, con la participación de expertos de primer nivel. Presidido por Manuel Pérez, consejero del Grupo Previsión Sanitaria Nacional y con la participación de Miguel Ángel Araúz, delegado territorial de Desarrollo Educativo y Formación Profesional y de Universidad, Investigación e Innovación en Sevilla, el acto abordó los riesgos a los que se enfrentan los menores de edad, fruto del acceso universal a la tecnología y a la conectividad que ésta implica.

Entre los expertos que han participado, Samuel Crespo, inspector de Educación en Sevilla, ha presentado las principales conclusiones de un estudio en el que se analiza el comportamiento de 2.400 alumnos de centros públicos, privados y concertados de Sevilla y qué variables ayudan a prever futuros compartimientos desajustados en menores en relación con el uso de redes sociales, como situaciones de dependencia, violencia, ciberacoso y rechazo sufrido en estas redes. El estudio concluye que los niños de entre 10 y 13 años tienen un riesgo de un 30% mayor respecto de otras etapas de la adolescencia para sufrir dependencia a móviles o redes sociales. En este sentido, Crespo ha resumido las tres principales variables que ayudan a anticipar comportamientos desajustados del adolescente en sus diferentes entornos:

  • Desde el propio entorno del adolescente en su fase temprana (10-12 años), informar de una escasa autoestima académica y familiar, una elevada soledad emocional, así como una elevada alexitimia (incapacidad para describir las emociones o los sentimientos propios).
  • Desde el entorno familiar, actúa también como posible variable, una elevada comunicación ofensiva con sus progenitores y un estilo altamente coercitivo e impositivo en la fase temprana adolescente y anterior a esta.
  • Desde el entorno escolar, una baja implicación o una percepción negativa por parte de sus docentes y/o compañeros también eleva esta probabilidad.

Otra de las conclusiones del estudio refleja las diferentes funciones o impactos que las redes sociales pueden ocasionar en los adolescentes en virtud de sus variables propias, familiares, escolares o sociales. En función de estas circunstancias, las redes pueden actuar como un potenciador de hábitos ya consolidados, como mero reproductor, como un medio penalizador pero también como elemento alternativo para tratar de compensar cierta reputación social deficitaria en casos puntuales.

"Sintetizar investigaciones que marquen una hoja de ruta de decisiones que afronten una problemática que nos compete a todos”

De esta manera, Crespo ha defendido que, en ciertos casos y bien empleadas, estas redes pueden mostrar también un impacto positivo para mejorar las habilidades en entornos físicos y el propio círculo social en el caso de adolescentes con un buen autoconcepto y autoestima familiar.

Finalmente, Samuel Crespo enfatiza la idoneidad de una mayor concienciación y formación temprana a las familias en este sentido, así como la necesidad de una mayor formación docente en la implicación de las variables expuestas. De igual modo, ha subrayado “la importancia de la coordinación de acciones desde diferentes ámbitos, como por ejemplo desde los medios de comunicación con más campañas de sensibilización sobre el correcto uso pantallas en el entorno familiar, así como desde el ámbito estatal con la gestión de un grupo de experto multidisciplinar para sintetizar investigaciones que marquen una hoja de ruta de decisiones que afronten una problemática que nos compete a todos”.

Por su parte Teresa Vidal, fiscal de Menores en Sevilla, se ha mostrado preocupada por el incesante incremento de casos de bullying, ciberacoso, contra la libertad sexual… en menores. La fiscal ha hecho hincapié en la reacción de las familias cuando se da un caso de acoso, tanto de los padres de la víctima, que en muchos casos victimizan aún más, como de los del agresor, que generalmente se muestran completamente ajenos a que su hijo/a pueda haber hecho algo así, llegando a negar la realidad.

Vidal ha reclamado un papel más relevante de los centros educativos porque, aunque existen protocolos comunes para este tipo de casos, hay diferencias muy notables respecto a cómo se abordan según el centro. A este respecto, Vidal cree que el primer paso cuando se da una situación de este tipo es canalizarlo a través del centro educativo como vía prioritaria para evitar daños mayores a través de una denuncia directa en el juzgado, una práctica que lamentablemente se convierte en la más habitual.

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