IA en el cribado de cáncer de mama, una ayuda para los radiólogos que mejora las tasas de detección

El trabajo conjunto de radiólogos e IA ha llevado a una tasa mayor de detección de cánceres de mama en estadios tempranos. ¿El resultado? Un mejor pronóstico de la enfermedad. Lo cuenta a ConSalud.es la Dra. Álvarez, del Hospital Reina Sofía de Córdoba

Mamografía. (Foto. FDA)
Mamografía. (Foto. FDA)
Agustina Uhrig
29 agosto 2022 | 17:45 h

La inteligencia artificialen los servicios de Radiología ha llegado para quedarse. Así lo constatan los datos y los propios profesionales. “Llevamos más de un año y medio trabajando con la inteligencia artificial en los programas de cribado de cáncer de mama y ha quedado demostrado que el sistema tiene varias ventajas”, asegura a ConSalud.es la directora de la unidad de Radiodiagnóstico y Cáncer de Mama en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, la Dra. Marina Álvarez Benito.

Estos sistemas de inteligencia artificial utilizan la tecnología deep learning para aprender a ser cada vez más precisos en la detección de lesiones potencialmente asociadas al cáncer de mama. La IA es capaz de clasificar las mamografías según tengan un riesgo bajo, intermedio o alto de ser un cáncer. Señalando las lesiones sospechosas de ser malignas, en primera instancia, facilita el trabajo de los radiólogos. La tecnología es un punto clave en la especialidad de Radiología y aunque la inteligencia artificial bajo ningún concepto trabaja sin la supervisión de un profesional, se alza casi como un compañero más.

“Lo bueno de trabajar de forma conjunta, IA y radiólogos, es que para leer un estudio se necesita mucha concentración y puede ser que, en un momento dado, una lesión muy pequeña te llame la atención o no. Cuando la IA ya ha marcado una lesión, es muy difícil que un radiólogo experto haga la valoración y no la detecte. Trabajamos juntos, es lo que se llama una lectura asistida”, explica esta miembro de la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram) y consejera de Salud de Andalucía entre 2017 y 2019. En otras palabras, la IA permite que nada pase desapercibido, aumentando así la tasa de detección de pequeñas lesiones en la mama que podrían ser cánceres.

Prueba de la eficacia de la IA en el cribado del cáncer de mama es que la tasa de detección de cáncer de mama ha aumentado notablemente a raíz de la incorporación de esta tecnología. Así, ha pasado de alrededor de 5,7 por cada 1.000 pacientes, a 9 por cada 1.000. “Es un paso muy importante aumentar la tasa de detección en el cribado porque esa es precisamente la función de los programas de cribado: detectar el mayor número de lesiones y que sean lo más pequeñas posibles”.

"Ahora un mayor porcentaje de mujeres derivadas tiene una lesión. Hemos mantenido la especificidad mejorando la sensibilidad"

La detección precoz de un cáncer de mama a través de un programa de cribado, se traduce en el doble de posibilidades de curación de la enfermedad y supervivencia. Y es que cuanto más pequeña sea la lesión detectada, mejor es el pronóstico de la enfermedad. “Gracias a la tecología y los nuevos equipos, podemos detectar lesiones cada vez más sutiles, de menos de un centímetro. Este tipo de tumores se acompañan de una supervivencia de prácticamente el 100% y con tratamientos mucho menos agresivos”, explica la Dra. Álvarez.

Esta tasa de detección ha aumentado, sin que el número de derivaciones se haya visto afectado. Un aspecto especialmente relevante, ya que la derivación de una paciente a una unidad de referencia porque se ha detectado alguna lesión en la mamografía, se traduce en una gran ansiedad e incertidumbre. “El número de derivaciones tiene que mantenerse lo más bajo posible y así ha sido, aún habiendo aumentado la tasa detección. Es decir, ahora un mayor porcentaje de mujeres derivadas tiene una lesión. Hemos mantenido la especificidad mejorando la sensibilidad”, matiza la experta.

 “OJALÁ TODOS LOS CÁNCERES SE DIAGNOSTICARAN EN EL CRIBADO”

Es por esta razón que llegar al mayor número posible de mujeres a través de los programas de cribado es una prioridad de los profesionales. Estos programas se dirigen a todas las mujeres de 50 a 69 años cada dos años, pues son las que más beneficios obtienen de los mismos. Aún así, cada vez hay más evidencia de que sería beneficioso aumentar el rango de edad y ya hay muchos programas que incluyen a mujeres a partir de los 45 años. La unidad que dirige la Dra. Álvarez, entre otras, ya está trabajando en esta materia. 

“Siempre les decimos que es mejor encontrar una lesión muy pequeña, como las que detectamos ahora, que detectar un nódulo cuando ya sea palpable y mida varios centímetros”

El objetivo principal es claro: detectar el mayor número de cánceres en estadios tempranos. Y para conseguirlo, llegar a las mujeres es esencial. “En nuestra unidad enviamos las citas por SMS, mandamos recordatorios 48 horas antes, llamamos a las que no se presentan, hacemos difusión mediante carteles en farmacias, supermercados…”, subraya la radióloga. La tasa de participación en los cribados de mama oscila el 76-77%. El porcentaje restante, corresponde a mujeres que, o bien se hacen el estudio a través de la sanidad privada, o bien no participan por otras razones como el miedo.

El miedo puede venir por creer que la mamografía es una prueba dolorosa o por la incertidumbre que supone hacerse una prueba diagnóstica “por lo que te puedan encontrar”. Un miedo absolutamente comprensible, pero que no debe ser motivo de preocupación. Para empezar, porque la mamografía es una prueba “tolerable y rápida” que se hace comprimiendo ligeramente el pecho. Una compresión “ligera” que permite extender el tejido mamario, esencial para garantizar la calidad del estudio. Asimismo, las radiaciones ionizantes que se utilizan son a dosis muy bajas y seguras. Tanto que la radiación es “prácticamente insignificante” y está controlada por radiofísicos hospitalarios expertos en la materia.

Respecto al miedo a ser diagnosticada con un cáncer de mama, la Dra. Álvarez hace un llamamiento a la tranquilidad y anima a las mujeres a realizarse estas pruebas. “Siempre les decimos que es mejor encontrar una lesión muy pequeña, como las que detectamos ahora, que detectar un nódulo cuando ya sea palpable y mida varios centímetros”. Si las lesiones son mínimas, de apenas unos milímetros, el tratamiento es poco agresivo y las posibilidades de curación son, prácticamente, del 100%. “La situación es diferente cuando ya hemos notado algo”, por eso es fundamental acudir a los programas de cribado, insiste la radióloga.

“Nos gustaría que todos los cánceres que se diagnostican, sean a través de los programas de cribado, porque eso quiere decir que son cánceres muy pequeños y con buen pronóstico. Por eso animamos a que las mujeres participen en el cribado”, concluye la Dra. Marina Álvarez.

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