¿Quién cuida a quien nos cuida?: Suicidio en sanitarios, más prevalente que en la población general

La sobrecarga, la precariedad, el sufrimiento y el estrés provocados por la pandemia, han comprometido la salud mental de los sanitarios hasta el punto de que la tasa de suicidios ya es mayor entre estos profesionales, que en la población general

Médicos internos residentes, MIR (Foto. Freepik)
Médicos internos residentes, MIR (Foto. Freepik)

Recientemente, se conocía la triste noticia de que una enfermera de 32 años se había quitado la vida. Un anestesiólogo compañero de la joven informaba en sus redes sociales que se trata del segundo caso de suicido entre el personal de quirófano de ese hospital en un plazo de seis meses. Ese mismo anestesiólogo – conocido en redes sociales como @diazolam – lamentaba en julio de 2021 el fallecimiento de un MIR de segundo año, que también había sido el segundo residente de Anestesia en suicidarse en seis meses.

La salud mental ha empeorado con la pandemia de Covid-19 y los datos revelan que los suicidios han aumentado en la población general. Si la depresión, ansiedad y tentativas de suicidio, son problemas de salud mental cada vez más prevalentes, en el caso de los profesionales sanitarios la situación es aún peor.

Una macroencuesta realizada recientemente por el Consejo General de Enfermería (CGE) revela que el 85% de las enfermeras tienen algún problema de salud mental, un dato alarmante teniendo en cuenta que esta cifra es del 35% en la población general. “El déficit de personal, la sobrecarga, la presión asistencial, todo el dolor y sufrimiento que ha generado la pandemia” ha impactado en la salud mental de los profesionales, asegura a ConSalud.es el secretario general del CGE, Diego Ayuso.

La misma encuesta recoge que el 88% de las enfermeras sufre estrés, el 67% tiene ansiedad de moderada a alta y el 58% miedo e insomnio. El dato más crítico: un 33% sufre depresión, “una patología mental compleja que está acompañada de un mayor riesgo de suicidio”. En definitiva, “una inestabilidad emocional enorme”, explica Ayuso.

No solo los médicos tienen más riesgo de quitarse la vida que la población general, sino que ellas están más expuestas a este riesgo que ellos

Ya antes de la pandemia, los datos del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) revelaban que el suicidio era más frecuente entre la población médica que entre la población general. Estudios previos revelan que si la tasa de suicidio en la sociedad era del 0,8%, la cifra rondaba el 1,3% entre los médicos, casi el doble. “Antes de la pandemia, la principal causa de muerte no natural era el suicidio entre los médicos. Es una situación que ya prevalecía antes y que con la pandemia, como todo, ha empeorado”, explica a este medio la vicepresidenta primera del CGCOM y coordinadora del Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (Paime), la Dra. Manuela García.

No solo los médicos tienen más riesgo de quitarse la vida que la población general, sino que ellas están más expuestas a este riesgo que ellos. Es decir, mientras que en la sociedad se suicidan más hombres que mujeres, en la profesión sanitaria ocurre justo al revés. Y es que la vicepresidenta del CGCOM explica que mientas tener un trabajo es un factor de estabilidad que previene los problemas de salud mental que pueden acabar en suicidio, en la profesión sanitaria no pasa así. En otras palabras, la sobrecarga de trabajo, la imposibilidad de conciliar, convivir de cerca con la enfermedad y la presión y estrés son factores desencadenantes de un episodio depresivo o ansioso que puede derivar en tentativas suicidas.

Por otro lado, hay especialidades que parecen concentrar más riesgo de padecer una enfermedad mental o terminar en suicidio. Se trata de Anestesiología y Psiquiatría. Los anestesiólogos “conocen muy bien la farmacopea y su abuso es relativamente más frecuente porque conocen tanto los beneficios como los perjuicios”. Asimismo, los fármacos son un método al que lamentablemente recurren una parte de los sanitarios que terminan con su vida. La Psiquiatría es otra de las áreas con más prevalencia de enfermedad mental y suicidio, lo cual podría tener que ver también con el conocimiento de los psicofármacos y el trato diario con pacientes psiquiátricos. 

ENFERMERÍA, LA GRAN AFECTADA

Recientemente, un estudio publicado en el American Journal of Nursingconfirmaba que de todas las profesiones – no solo las sanitarias – la Enfermería era la que más tendencia a ideaciones suicidas presentaba. La tensión, el desgaste emocional de ver la enfermedad en primera línea, el sufrimiento del paciente y su familia y la sobrecarga, no son más que palos en la rueda que comprometen la salud mental de nuestras enfermeras. “Si le sumas que no hay suficientes enfermeras, tenemos el peor ratio de Europa en enfermera-paciente, pues consigues que la enfermera que quiere cuidar, no llegue y se genera una frustración enorme”, explica Ayuso.

"Nos contratan por días, nos pagan fatal, tenemos mucha responsabilidad y nos exigen trabajar por encima de nuestras posibilidades… Es muy duro y estamos muy cansadas"

Precisamente mejorar las condiciones laborales sería una buena medida para preservar la salud mental. “Tenemos solo 5,9 enfermeras por cada 1.000 habitantes cuando en Europa hay 8,7 enfermeras por cada 1.000 habitantes. Además, no se nos reconoce como nivel A1 pese a tener todos los estudios y responsabilidades. No tiene sentido”, apunta el secretario general del CGE.

La temporalidad es otro de los aspectos que empeora la inestabilidad emocional de nuestros profesionales. En todo el sistema sanitario es habitual ver contratos temporales y precarios de meses, semanas o incluso días. “Hace poco una enfermera gallega nos contaba que el año pasado había tenido 270 contratos y además por 1.200 euros, un salario bajísimo… Nos contratan por días, nos pagan fatal, tenemos mucha responsabilidad y nos exigen trabajar por encima de nuestras posibilidades… Es muy duro y estamos muy cansadas”. En los médicos se suman además las guardias de 24 horas de trabajo, que está comprobado que favorecen los síntomas de depresión, ansiedad y burnout.

¿QUIÉN CUIDA A QUIEN NOS CUIDA?

“En muchas ocasiones, el médico no sigue los mismos pasos que otra persona cuando tiene un problema de salud. Conocen la farmacopea, se maltratan con medicación, van tarde, acuden tarde y piden ayuda tarde…”, comenta la Dra. García. Los profesionales sanitarios, las personas más conscientes de la importancia de la salud y los encargados de cuidar a los demás, muchas veces se olvidan de sí mismos. Esto tiene que cambiar y parece que vamos en el buen camino.

El Paime confirma que este año las personas jóvenes han acudido con más frecuencia a este servicio de atención al médico enfermo. Los menores de 30 años acuden más a los servicios de salud mental, un dato “preocupante”, apunta la Dra. García, aunque del cual podríamos sacar una lectura positiva. Y es que no significa que este sector de la población sufra más problemas, sino que los programas de prevención que se llevan a cabo en muchas facultades de Medicina y el hecho de que las personas jóvenes estén más concienciadas con la importancia de la salud mental, hace que identifican sus síntomas antes y pidan ayuda antes, lo cual favorece un mejor pronóstico de la enfermedad mental.

Si necesitas ayuda…

  • Teléfono de la esperanza: 914 590 055 / 717 003 717
  • Teléfono del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos para más información sobre el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo: 914 31 77 80
Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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