¿Música en los quirófanos? Los beneficios de una 'playlist' para cirujanos y pacientes

Diferentes estudios señalan las ventajas de escuchar música durante una intervención quirúrgica

Cirujanos y equipo de quirófano durante una intervención (Foto. Freepik)
8 abril 2022 | 17:45 h
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Estamos acostumbrados a ver en las películas y series médicas como algunos cirujanos mandan poner música mientras operan, otras veces son el equipo de quirófano (enfermeras o anestesiólogos) los que invitan a poner música, y algunas veces el cirujano prefiere el silencio y quita la música de su sala de quirófano.

La decisión de poner música es voluntaria, y ponerla o no ponerla no es ni más beneficioso ni menos, depende de las personas. Aunque sí es verdad que, según diferentes estudios, no solo mejora la relajación de los pacientes ya que tiene un efecto analgésico, sino que también la tarea del cirujano puede mejorar significativamente, aunque depende del tipo de música.

Así, según una revisión publicada en la Revista Internacional de Cirugía de enero de 2020, un estudio señala una mayor eficiencia cuando se escucha música durante intervenciones como la reparación de la piel, con una reducción del tiempo operatorio de entre un 8 y un 10%. Otro indica una mejor coordinación mano-ojo, y que existe una influencia de la música que hace que fueran más o menos lentos, por lo que en este caso la música se debe “aplicar para mejorar la eficiencia del cirujano de forma personalizada a su gusto musical y patrón de aprendizaje”, indica la revisión. También sirve para mejorar la consolidación de la memoria o reducir los niveles del estrés.

La música clásica en volumen entre bajo y medio “puede mejorar el rendimiento de la tarea quirúrgica al aumentar tanto la precisión como la velocidad”

La música clásica en volumen entre bajo y medio “puede mejorar el rendimiento de la tarea quirúrgica al aumentar tanto la precisión como la velocidad”, mientras que música con más ritmo puede ser perjudicial. De hecho, los quirófanos con más música eran los que había que repetir más veces las órdenes lo que puede llevar a un aumento de frustración. En cuanto a edades, los estudios señalan que principalmente escuchan más música las personas más jóvenes.

“En la medida que entra gente joven sí que está más predispuesta a usarla”, comparte el Dr. Sergi Sánchez-Cordero, adjunto de la Unidad de Cirugía Bariátrica del Hospital de Sant Joan Despi Moisès Broggi de Barcelona y miembro de la Asociación Española de Cirujanos (AEC), en Consalud.es. Según lo que nos llega de la ficción americana, la música está cada vez más presente, pero ¿y en los quirófanos españoles también se escucha música?

DEPENDE DEL CIRUJANO

Pese a los beneficios que pueda tener, como en todos los oficios, hay personas que prefieren música y otras que no. El Dr. Jaume Comas Isus, jefe de sección de la Unidad de Pared Abdominal del Hospitak Moises Broggi y del General Hospitalet y también miembro de la AEC, es de los que les gusta escuchar música durante las intervenciones. “Me ayuda a concentrarme y a evitar la tensión”, señala a este medio por teléfono. No la escucha siempre, pero sí a menudo, y se decanta por música suave y de los años 80 o 90.

“Noto que ayuda al trabajo en equipo y a que mis compañeros de quirófano les relaja”, manifiesta, recordando que ya en los dos hospitales en los que trabaja hay música ambiente y que suele haber música. “La escuchamos principalmente los cirujanos jóvenes, con lo que creo que ha habido un cambio generacional”, indica el Dr. Comas Isus.

“Me ayuda a concentrarme y a evitar la tensión”

Con él está de acuerdo el Dr. Sánchez-Cordero, que reconoce que ahora con los más jóvenes se escucha más música, aunque él prefiere el silencio. “No me gusta la música en quirófano porque pienso que distrae más a la gente de lo que ayuda”, indica. También recuerda que cuando hay música se habla más alto y hay más ruido ambiental. “Siempre he estudiado y trabajado en silencio, no necesito música para concentrarme”.

Aunque, pese a no gustarle especialmente, en algunas cirugías más sencillas o rutinarias, o con el ambiente más distendido, no le importa que haya música. “No soy de los que dicen que no. Si lo piden no hay problema, aunque en los momentos críticos de la cirugía prefiero tener silencio a mi alrededor”.

Esta realidad dispar es algo común en España que cada vez se comparte más en redes sociales. En septiembre del año pasado, el cirujano abdominal Carlos Gómez comenzó en Twitter un debate sobre la música en quirófano. Mientras un residente de cirugía señalaba “odio la música en quirófano” porque lo acaba convirtiendo en un “gallinero”, un anestesiólogo defendía su uso totalmente.

E incluso se compartió una serie de canciones “indispensables” para una playlist de quirófano: Final countdown, Hotel California,  o bandas sonoras como la de la saga de Misión imposible o la de Rocky Balboa. De hecho, en Spotify el Dr. Rafael Díaz del Gobbo tiene publicada una lista para el quirófano. La música divide un poco, pero cada vez hay más profesionales de cirugía que permite la música e incluso reconoce que le calma o le facilita mantener la concentración.

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